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Manuela Vellés y Marian Álvarez, dos mineras al servicio de los nazis en 'Lobos sucios'

  • Las actrices protagonizan la primera película de Simon Casal
  • Que saca a la luz la explotación de las minas de wolframio por los nazis en España

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Las mañanas de RNE - Manuela Vellés y Marián Álvarez, dos mineras al servicio de los nazis en 'Lobos sucios'

Lobos sucios es una historia de espionaje, amor, guerra e incluso elementos mágicos. Pero sobre todo es una historia desconocida y silenciada, la de los presos y trabajadores libres que durante la posguerra pasaban sus días en la mina de Casaio (Ourense), extrayendo wolframio, el llamado oro negro, bajo las órdenes del ejército nazi que lo usa para la frabricación de tanques y bombas.

La historia ha permanecido oculta más de 60 años hasta que Paula Cons, guionista y productora de la cinta, supo de ello por su familia. Primero grabó un documental con entrevistas a los pocos supervivientes y ahora llega la película, primer largometraje del joven coruñés Simón Casal.

La cinta, basada en varios casos reales, narra la historia de dos hermanas mineras que desde Casaio, tuvieron su papel en la segunda guerra mundial.

Marian Álvarez (Goya a mejor actriz por La herida) da vida a Manuela, madre de una hija enferma que no duda en ponerse al servicio de los nazis si eso les da de comer. "Mi personaje es una minera, trabajaba en las minas de wolframio y a todo el mundo la tacha de meiga porque tiene como un sexto sentido".

Manuela vive con su hermana pequeña, Candela, a la que da vida Manuela Vellés. "Mi personaje está inspirado en las hermanas Touza que ayudaron a escapar a cientos y cientos de judíos por la frontera de Portugal, que luego se embarcaban a América y que no se supo hasta mucho más tarde porque ellas lo mantenían oculto".

Ambas son analfabetas pero de fuerte carácter. "Mi personaje es la inocencia, la rebeldía y mi hermana se juega la vida", continúa Velles. "Hacen lo que hacen sin pensar en las consecuencias tan grandes que tienen sus actos", asegura Álvarez.

Las dos actrices tuvieron que trabajar el acento gallego para el rodaje "nos pusieron un coach para que todos los actores tuviéramos el mismo acento, y es un acentro muy neutro".

Las minas de Casaio no se conservan pero el rodaje se hizo en otras de la zona. "Grabamos durante una semana entera dentro de la mina y me dio un día un ataque de claustrofobia y eso que yo grababa en la bocamina, pero el equipo se metia hasta dentro", ha explicado Marian Álvarez.

Lobos sucios, que se grabó en tan solo seis semanas, se estrena este viernes en los cines españoles.