La desconocida vida de Anna Freud, una de las hijas del creador del psicoanálisis
- Fue discípula de su admirado padre, del que siempre estuvo a la sombra
- Elisabet Riera narra su historia en Fresas silvestres para miss Freud
"Hizo un trabajo extraordinario en psicoanálisis, sobre todo en psicoanálisis infantil, y fundó una clínica especializada que sigue abierta en Londres, y a pesar de todo es una mujer que ha trascendido poco históricamente precisamente por ser hija de quien era", señala la periodista catalana Elisabet Riera, autora de una novela, Fresas silvestres para miss Freud, en la que se narra la desconocida vida de Anna Freud, una de las hijas del creador del psiconanálisis, Sigmund Freud.
La autora ha explicado en Las mañanas de RNE que la biografía de Anna, la menor de seis hermanos y la única que siguió los pasos de su padre, transcurre paralela a la teoría psicoanalítica, de la que se convirtió en "defensora a ultranza". No obstante, fue psicoanalizada por su propio progenitor. "Esto es muy heterodoxo en el mundo psicoanalítico, muy curioso y un poquitín perverso", afirma Elisabet Riera, que subraya que Sigmund Freud se defendió de las críticas argumentando que nadie mejor que él podía psicoanalizar a su hija.
La "devoción" de Anna por su padre tiene que ver con su afán por ganarse su admiración, ya que ella siempre se sintió una hija "no deseada". "Tuvo que competir con Sophie, una hermana mayor que ella, eso también la marcó mucho", añade la escritora, que subraya que el profesor austríaco siempre intentó reprimir los impulsos masturbatorios de su hija, que nunca se casó ni tuvo hijos pero que compartió vida durante más de cuarenta años con una mujer, Dorothy Burlingham.
"Era una americana divorciada -cuenta Elisabet Riera- que vino a Europa en los años veinte precisamente para psicoanalizar a sus hijos con Anna Freud. Desde entonces, prácticamente no se separaron jamás. Eran amigas íntimas, eso es lo que decían. Compañeras de vida desde luego, porque compartieron la crianza de los hijos, proyectos laborales, casa, viaje y amistades".
Sin embargo, Anna y Dorothy nunca admitieron que su relación fuera homosexual, tal como añade la periodista: "Anna Freud, encima, daba incluso conferencias diciendo que la homosexualidad era una enfermedad y en contra de que los homosexuales ejercieran de psiconanalistas".
La novela Fresas silvestres para miss Freud ha sido publicada por la editorial Berenice.