Las salas de cine independiente agonizan: un sector en crisis que no remonta
- En primera persona asiste a un encuentro del gremio en Sevilla
- La bajada del IVA e incentivos a la distribución, entre sus reivindicaciones
El gremio del cine está preocupado y, como me cuentan, estas también son unas jornadas de protesta, porque ya no se puede vivir del cine en nuestro país prácticamente. El encuentro al que asistí tuvo lugar en el marco del Festival de Cine Europeo de Sevilla y reunió a productores, distribuidores, gestores y dueños de salas independientes europeos para debatir y buscar fórmulas que revivan la pasión por el cine de sala.
En comunidades autónomas como la vasca, desde ZineEuskadi, parece que la gestión de esta industria se está haciendo mejor, de hecho muchos entendidos del sector afirman que es el espejo donde mirarse para avanzar en la buena dirección, porque también hay muchos profesionales del gremio trabajando en las instituciones y saben de lo que hablan o qué problemas reales tiene el sector. Pero las reivindicaciones son las mismas para todos: bajar el IVA, que se ofrezcan incentivos para la distribución y educar a las nuevas generaciones para que aprendan con el cine y esos temas que, a menudo, solo se tratan en la gran pantalla. También han hablado de adaptar la legislación para promover que las salas tengan prioridad a la hora de exhibir una película.
Hace 15 años que no se abre una sala de cine independiente en nuestro país, salvo tal vez alguna excepción en algún pueblo. De hecho, en España hay más de 20 pueblos entre 50 y 100.000 habitantes que no tienen salas de cine. Y si las tuvieron algún día, cuando cerraron lo hicieron en analógico y ahora habría que reabrir en digital, lo que todavía supone mayor dificultad. También han desaparecido las míticas sesiones golfas por falta de público, sobre todo joven. Por eso, es importante que los jóvenes recuperen la pasión por el cine y la industria vuelva a crear empleo abriendo salas y ofreciendo películas que interesen.
Durante el encuentro tuve ocasión de hablar con Rogelio Delgado, presidente de la Asociación de Empresas de distribución Audiovisual de Andalucía, que me decía que se debería hacer caso a Berlanga cuando decía que el "cine debe depender del Ministerio de Industria, no del de Cultura". O con Esperanza Morena, que con su colega Raúl Díez lideran Youfeelm. Es una apuesta diferente para comercializar títulos de cine a petición directa de los espectadores. El cine a la carta y a medida que está empezando a funcionar muy bien porque se parte del interés del público para programar la película, garantizando su exhibición.
También escuchamos a dueños de salas independientes que viven buscando fórmulas para subsistir, a productores y distribuidores de otras comunidades autónomas o iniciativas como CineArte, una asociación compuesta por iniciativas independientes que apuesta por un modelo de exhibición alternativo y entre cuyas propuestas se encuentran el reconocimiento legal de la figura de los cines de arte (cines art house), homologable a la que existe en la mayor parte de Europa; la reducción del IVA para todos los cines y un tratamiento fiscal bonificado para los cines de arte o el apoyo a los colectivos ciudadanos, asociaciones vecinales o profesionales que se proponen el rescate de cines y su reapertura bajo el modelo de cines arthouse.
En definitiva todos reclaman que no se deje morir el cine independiente.