Cuéntame un cuadro: El rapto de Europa de Rubens
En La hora azul hablamos de El rapto de Europa a través de los ojos de Tiziano, Rubens y Velázquez.
Hay veces que lo esencial se esconde de nuestra vista, huye del primer plano y sólo cuando nos esforzamos en comprender lo que pasa al fondo llegaremos a la gran idea del cuadro. Es el caso de Las hilanderas de Velázquez.
Una escena aparentemente costumbrista en un taller que hasta los años 30 y 40 del siglo XX no adquirió la dimensión mitológica que esconde. El mensaje de Velázquez, un prodigio de la técnica, podría ser algo así como que el arte siempre es susceptible de avanzar. ¿La clave? Al fondo, en el tapiz que cuelga detrás de Minerva y Aracne. El rapto de Europa de Rubens.
A través de esta historia mitológica que Velázquez incluye como tapiz en Las hilanderas, el sevillano hila una narración sobre el progreso artístico y la competencia. Él interpreta a Rubens y Rubens, a su vez, estaba copiando a Tiziano.
El rapto de Europa original de Tiziano decoraba el Alcázar durante esos primeros años de reinado de Felipe IV. En los pinceles de Rubens, los tonos dorados y rojizos del cielo tormentoso de Tiziano se convirtieron en grises y azules que dan a la escena un aspecto menos tenebroso. Copiar a Tiziano le ayudó a Rubens a mejorar su estilo, a soltar su pincelada.