Ava Gardner, un espíritu libre en la España de Franco
- La estrella fue libre en una España sin libertades
- Llegó huyendo de la sociedad puritana norteamericana
Ava Gardner vivió en España algo más de 14 años, entre 1953 y 1968. En un país sin libertades, la estrella, paradójicamente, fue libre. Hizo cuanto se le antojó, con el beneplácito de una dictadura que miraba para otro lado ansiosa por transmitir una imagen de apertura.
Aprovechando los acuerdos bilaterales con Estados Unidos, Hollywood descubre nuestro país como plató de cine, en virtud del bajo coste de producción.
Ava Gardner vino por primera vez a nuestro país en 1950, en concreto a la Costa Brava, para el rodaje de la película de Albert Lewin Pandora y el holandés errante. Tenía 28 años y aceptó dar el salto a Europa porque no se sentía satisfecha en Estados Unidos. La actriz quería esquivar el férreo control de los poderosos estudios de la RKO y huir de la campaña de desprestigio que la sociedad puritana norteamericana lanzó contra ella, debido al idilio que mantuvo con Frank Sinatra.
La estrella descubrió una España atrasada, pero alegre y divertida. Cautivada por el flamenco y los toros, y envuelta en fiestas y alcohol, como antídotos contra su profunda soledad, Ava sintió libertad para amar. Su idilio con el galán y torero Mario Cabré acaparó el interés de una sociedad que sentía cómo el glamour de Hollywood podía llegar hasta ella.
Se fue y volvió para dar rienda suelta a sus excesos
Una vez terminado el rodaje de la película, Ava Gardner regresó a Estados Unidos, donde prosiguió la relación apasionada y borrascosa con Frank Sinatra. Se casaron en 1951. Dos años después Ava Gardner regresa de nuevo a España para romper con los demonios que, otra vez, la perseguían. En Madrid conoce al torero Luis Miguel Dominguín. Una de las mujeres más guapas del mundo y el seductor personaje de la sociedad madrileña, vivieron algo más que una aventura entre 1953 y 1954.
Ava Gardner dio rienda suelta a sus excesos. Era famosa y hacía lo quería, mientras seguía protagonizando películas para mantener el nivel de vida que llevaba. Era habitual de bares, clubes nocturnos y tablaos flamencos, y cuando cerraban estos locales, la velada seguía en su casa de la madrileña calle Doctor Arce hasta altas horas de la madrugada.
Entre películas y fiestas nocturnas, entre alcohol y amantes, la etapa española de Ava Gardner llegó a su final en 1968. Después de que fueran más frecuentes sus viajes a Londres y, en especial, tras los problemas fiscales que tuvo con la Hacienda española, la actriz decidió abandonar el país e instalarse en la capital británica. Allí vivió recluida y apartada del cine y del mundo.
Murió en 1990 a causa de una neumonía. Tenía 67 años.
Documentos RNE, con guión de Antonio Buitrago, muestra la vida de la estrella y los sonidos que la acompañaron. Lo hacemos de la mano de Juan Tejero, escritor, periodista y crítico de cine; Francisco Reyero, periodista y autor del libro Sinatra: nunca volveré a ese maldito país; Marcos Ordóñez, periodista y crítico teatral, autor del libro Beberse la vida. Ava Gardner en España; Andrés Amorós, ensayista, crítico literario y taurino; Nieves Herrero, periodista y autora del libro Como si no hubiera un mañana: La pasión de Ava Gardner y Luis Miguel Dominguín; Isaki Lacuesta, director del documental sobre Ava Gardner La noche que no acaba.