Rascacielos: la vida en las alturas
- Hablamos de seguridad y su construcción con Carlos Castañón y Javier Quintana
- Memoria de delfín se sube a la planta 13 de Torres Blancas y de otros gigantes
Aunque su pretensión inicial fue dar respuesta a la falta de espacio, ganar superficie útil en un suelo reducido, los gigantes que dibujan el skyline de nuestras ciudades van más allá de la necesidad.
Arturo Martín esquiva al vértigo en un nuevo Memoria de delfín dedicado a los rascacielos, a esas poderosas construcciones que compiten por alcanzar el cielo.
Hablamos de los materiales utilizados para edificarlas, de estrategias arquitectónicas, de los usos y de su vulnerabilidad frente a fenómenos como el viento o los terremotos. Lo hacemos junto a Carlos Castañón, ingeniero de Caminos, y Javier Quintana, Chair del Council on Tall Building (UK) y profesor de la London School of Architecture. “Son miniciudades. Antes se trataba fundamentalmente de oficinas, ahora no”, apunta este último.
Con Patricia Costa subimos planta a planta edificios como el Burj Khalifa de Dubái, diseñado por Adrian Smith y reconocido como el rascacielos más alto del mundo en enero de 2010. Le sigue la Shanghái Tower y la Makkah Royal Clock Tower de la Meca, en un ránking donde también figura el Taipei 101 de Taiwán.
Capítulo aparte merece la seguridad, porque “a raíz del 11S muchas normativas internacionales recogen todo tipo de situaciones extraordinarias”, añade Castañón, director de Estructuras en el Área de Arquitectura y Edificación de la compañía IDOM, especializada en servicios profesionales de consultoría, ingeniería y arquitectura.
Y si alguien sabe cómo se vive en las alturas, ese es Antonio, vecino de la planta 13 de Torres Blancas, uno de los primeros rascacielos de Madrid, que esta semana inspecciona Miriam Poncelas para conocer los pros y los contras de residir en un inmueble de 23 pisos.
Con la vista puesta en el futuro, observamos la torre Yedá, en Arabia Saudí, una obra en construcción que se prevé llegará a alcanzar el kilómetro de altura.
Ya sobre tierra firme, Miguel Ángel Hoyos se detiene en el año 2010 y en sus dos últimos dígitos, una cifra mágica que marcaría aquel año. Porque, por ejemplo, el 10 de mayo de 2010 se producía la mayor subida del Ibex de la historia.
Mientras tanto, el noruego Magnus Carlsen ganaba el Óscar del ajedrez, mucho más que un juego de mesa al que nos aproximan Sonia Castelani y Álvaro Van den Brule, profesor de esta disciplina y fundador de Ajedrez sin Fronteras. “Lo más importante es entender que el ajedrez es una herramienta con valor intrínseco (…) Nosotros la entendimos como un instrumento de hermanamiento para hacer algo decente en una sociedad tan convulsa”, apostilla.
Al ascensor volvemos para acompañar a Alberto Maeso a algunas de esas fiestas de terraza, como la que aparece en la película La gran belleza.
Celebraciones en las que nunca faltan selecciones musicales minuciosamente cuidadas, como la que cada semana nos trae Juan Otero, en este caso una playlist encabezada por Johnny Cash, Tom Jones, Caro Emerald, Gary Clark, Imelda May y Kid Rock.