Ricardo García Vilanova, fotógrafo secuestrado en Siria: "Eran puros psicópatas"
- Estuvo cautivo junto al periodista Javier Espinosa durante más de seis meses
- Ahora ha regresado a Siria para fotografiar a sus captores, retenidos en una cárcel del país
Ricardo García Vilanova, fotógrafo y videógrafo, fue secuestrado en Siria en septiembre de 2013 y estuvo en cautiverio durante más de seis meses junto al periodista Javier Espinosa.
Cuatro años después de su liberación ha vuelto al país asiático con la BBC y ha visitado la cárcel donde dos de sus presuntos captores están retenidos.
Respecto a la impresión que tuvo ante la experiencia de estar cara a cara frente a los torturadores ha afirmado en Las mañanas de RNE: “Son seres despreciables”.
Desde el año 2011 lleva documentando lo que ocurre en este territorio a través de sus fotografías. “Nunca lo percibí como algo personal, yo entendía los riesgos de trabajar en Siria, lo asumí como algo que formaba parte de mi trabajo”, ha explicado Ricardo.
Actualmente está preparando un proyecto en forma de libro sobre el califato y le pareció adecuado cerrar con la fotografía de sus secuestradores. Visitó la cárcel con el propósito de hacer la foto, pero también quiso preguntar a uno de ellos si tenía algún mensaje para su hija, a quien abandonó junto a sus otros dos hermanos y su madre en Alepo para unirse al ISIS. No obtuvo respuesta.
Ideología transformada en terrorismo
“Para ellos no hay mayor recompensa que morir como mártir”, pero hay mucha gente que se rinde o huye y termina luchando por su vida, ha contado Ricardo, dudando de los principios que los simpatizantes del autodenominado Estado Islámico dicen tener.
Los integrantes son de muchos perfiles pero lo que le sorprende es que una persona procedente de Europa, que ha conocido las dos partes, llegue a radicalizarse. No obstante, desde el primer momento el grupo terrorista entendió que un 50% de la guerra era multimedia y no iba a tener lugar en el país.
El fotógrafo ha explicado que Occidente tiene responsabilidad respecto a lo que ha pasado en Siria. Un país dividido e inestable tras tantos años de guerra, que deja más de un millón de personas asesinadas y seis millones de refugiados. Además, hizo de altavoz de la propaganda y el ISIS consiguió marcar la agenda informativa durante algún tiempo.
Una guerra sin fin
El autodenominado Estado Islámico sigue presente y sigue teniendo fuerza, aunque haya perdido territorio. Para los simpatizantes no representa un grupo terrorista sino una ideología y unos pensamientos muy arraigados.
“Ellos consideraban que eran el grupo elegido e incluso despreciaban a los propios musulmanes que no estaban integrados en sus filas”, ha añadido Ricardo.
La historia con el ISIS ha terminado para él y por esa razón aceptó el proyecto del libro. “Eran puros psicópatas”, ha concluido.
Sin embargo, su espíritu incansable le hace querer contar lo que está ocurriendo en otras zonas del mundo y está pensando en regresar a Libia, viajar a Jordania o a Yemen.