Juan de Pablos, un hombre de música
- "Me hizo entender que la emoción se transmite y que el oyente es inteligente"
- El director de Hoy empieza todo despide a su maestro en la radio
Siempre he pensado que, al final de mi vida, desearía ganarme la honra que permita que en mi lápida se inscribiera una definición muy especial que Juan de Pablos dedica únicamente a personas muy concretas: “un hombre de música”. Mis antenas se paralizaban cada vez que escuchaba a Juan de Pablos decir esas palabras: “Allen Toussaint, un hombre de música”, “Joe Meek, un hombre de música”.
En su candoroso y enciclopédico tono, Juan de Pablos nunca se olvidó de los responsables de la intrahistoria de la música. Productores, intérpretes de estudio, mánagers, coristas, djs de radio que ampliaban el espectro más allá del fogonazo de luz que se daba a las estrellas pop.
Buscar discos como deporte
He disfrutado a horrores escuchando esas historias. Me hice a sus pausas valorativas. Conectaba con Radio 3 preguntándome cómo estaba Juan ese día. “Vaya, hoy parece un poco más triste. Las canciones le ayudarán”. Recuerdo que me comentó que su deporte favorito era buscar discos en su casa. Cuando entré como becario en Radio 3, compartíamos ruta de vuelta, y cuando se paraba en Avenida de América, me mordía el labio para no rogarle que me dejara subir a su casa a disfrutar de ese museo del vinilo.
Juan me ha enseñado a apasionarme haciendo radio. Me hizo entender que la emoción se transmite, que el oyente es inteligente y sabe cuándo algo te gusta más o menos. Me hizo entender el concepto de artesano que compone la tarea de seleccionar canciones. Recuerdo que en mis primeros titubeos en Radio 3 (mi sueño hecho realidad), arrancaba los programas con la coletilla: “el colectivo de canonización de Juan de Pablos patrocina este programa”.
Mil historias detrás de cada canción
No coincidimos mucho en la redacción, pero cada vez que lo tenía cerca, le lanzaba preguntas insospechadas y siempre había respuesta:
-Maestro, cuál es su canción favorita de los viernes?
-"Friday on my mind", de los Easybeats
-Maestro, ¿qué recuerda de su primera escucha del Pet Sounds?
-Ahorré para comprarme ese disco, fue en una tienda llamada…
-Maestro, ¿quiénes son los mejores pianistas de Nueva Orleans?
… y así, mil historias detrás de cada canción. Por respeto, nunca lo pude tutear (me ocurría lo mismo con Cifu) pero eso no impidió que pudiera recibir el privilegio de su frágil abrazo, de su apasionado discurso y de su generoso saber. Porque no compartir lo que sabes es indecente, y Juan derrochaba lo que sabía y contagiaba lo que le gustaba: Doo wop, Nueva Orleans o Punk, pero siempre con latido.
Juan de Pablos, apóstol del corazón
No hay latido, no hay Flor de Pasión. Eso mismo es lo que transmitía en sus sesiones de DJ. Viendo a Juan de Pablos entendí qué era importante a la hora de pinchar. No hay que clavar los BPM del tema anterior, no hay que elegir la canción adecuada. Hay que disfrutar. Eso hacía Juan: bailaba con sus propios temas, que es como reirte de tu propio chiste. Si te ríes, se ríen. Si bailas, bailas. Esa y muchas más se la debo a Juan de Pablos, apóstol del corazón.
Posteriormente tuve la oportunidad de sustituirlo en dos ocasiones. Puse todo mi alma pensando en su corazón, sus caderas y su pies. Incluso, reconstruimos la sintonía gracias a Guille Wild Honey, Juandepablista de pro. Esos días, pinché para él desde su estrado y fue un privilegio. Entendí el legado de un hombre con una visión sacra de la música al que deseo que viva su jubilación manteniendo ese enamoramiento único que se produce cuando escuchas una canción por primera vez y te cautiva.
Toda la energía para el hombre que hizo que a las nueve de la noche apagara el telediario, sintonizara Radio 3 y me dedicara a lo más importante: bailar con mi enamorada escuchando Flor de Pasión. Va por usted, maestro. Por Juan de Pablos: un hombre de música. Un hombre de radio.