'Benvenuto Cellini' de Héctor Berlioz
- El 7 de mazo de 2020, Radio Clásica ofrecerá la primera ópera de Héctor Berlioz en Maestros Cantores
- Con John Eliot Gardiner a la batuta, el tenor Michael Spyres, la soprano Sophia Burgos y el bajo Maurizio Mauraro
“Estoy convencido de que nos encontramos ante una verdadera obra maestra, que ha de ser vista como una perla dentro de una ostra”. De este modo se refería Sir John Eliot Gardiner -un ferviente y apasionado defensor de la causa berliozana, como ha demostrado en numerosas ocasiones- a su Benvenuto Cellini.
Como se sabe, la primera ópera del compositor romántico francés, basada en las novelescas aventuras del orfebre florentino, adaptadas para la escena por Léon de Wailly y Auguste Barbier, y especialmente en la fundición de su famoso Perseo, fue un rotundo fracaso ya en su estreno en la Salle Le Peletier de París el 10 de septiembre de 1838, pese a contar en el papel titular con el mítico tenor Gilbert Duprez y con la soprano Julie Dorus-Gras en su amada Teresa, y François Habeneck como director musical. El público, sin duda, hubo de quedarse muy sorprendido al encontrarse ante una obra tan radical, silbando cada uno de los números. Los múltiples avatares ocurridos en los ensayos y en la primera función son relatados con mucha sorna por el propio compositor en sus suculentas Memorias.
El libreto original (actualmente perdido), hacía pensar en una ópera cómica con diálogos hablados, que luego se reconvirtió en una ópera semi-seria en dos actos y cuatro cuadros, aceptada gracias al empeño del nuevo director de la ópera, Henri Duponchel. En 1851, Franz Liszt se ofreció a presentarla en el Teatro Nacional de Weimar, con decisivos cambios y con el tenor alemán Karl Beck como protagonista, que había encarnado el papel titular de Lohengrin de Wagner el año anterior.
Cinco años después de la fallida creación, Berlioz reaprovechó algunos de los temas principales en la obertura El carnaval romano, que, con el tiempo, pasaría a ser una de sus obras más populares y aclamadas, y cuyos principales temas aparecen a lo largo de la ópera, como ese inicio festivo que refleja el alegre ambiente de los festejos que se celebraban en la Piazza Colonna de Roma. Tras un tema lírico tomado del aria de Cellini (Oh, Teresa a la que yo amo), se pasa después a un animado saltarello que evoca las danzas de carnaval, para terminar en una brillante coda.
La obra habría de esperar hasta finales del siglo XX para ser apreciada en su justo valor. Coincidiendo con el 150º aniversario de la muerte de Berlioz, y como culminación de un proyecto de cinco años, el inquieto director inglés la trajo a los Proms londinenses, en una producción semi-escénica de Noa Naamat, con la Orchestre Révolutionnaire et Romantique y su inseparable Coro Monteverdi, tras presentarla en la ciudad natal del compositor, La Côte-Saint-André, y en Berlín.
En el papel del célebre escultor, un rebelde iconoclasta pero atractivo y seductor, una parte larga y exigente para el cantante, el tenor norteamericano Michael Spyres, al que también oímos en otro destacado personaje del músico francés, el Fausto de la Condenación desde el Met. La emergente soprano puertorriqueña Sophia Burgos dió vida a la seductora y sensual Teresa, y el bajo Maurizio Muraro fue su padre, el tesorero papal Balducci, encargado de la famosa estatua.
Radio Clásica emitió esta ópera el 7 de marzo de 2020 en Maestros cantores.