Enlaces accesibilidad

La leyenda negra del Marqués de Sade: ¿Está justificada la mala fama del escritor?

  • El novelista pasó en prisión la mitad de su vida por publicar obras calificadas de obscenas
  • "No hacía nada que no hicieran otros aristócratas o empresarios de la época", dice Nieves Concostrina

Por
La leyenda negra del marqués de Sade
La leyenda negra del marqués de Sade

Casi tres siglos han pasado desde el nacimiento del marqués de Sade (2 de junio de 1740), autor de algunos de los libros más polémicos de la historia de la literatura y que arrastra muy mala fama por ello y por sus gustos sexuales. Incluso se inventó un término en el diccionario a su costa: "sadismo" que aparece desde 1884 en el diccionario para referirse a distintos tipos de prácticas sexuales que provocan placer infligiendo dolor a otros.

Al escritor le gustaba frecuentar burdeles con chicas especializadas en "azotes y otras prácticas del amor físico", como se llamaba entonces al sadomasoquismo, algo popular entre los franceses de aquella época y que se practicaba en locales legales, explica la periodista Nieves Concostrina. Incluso había manuales publicados para conocer y aprender más sobre el tema. Mientras textos como estos circulaban con total normalidad, el filósofo y escritor entró en la cárcel varias veces en su vida por praticar lo que en ellos se contaba y por ficcionarlo en sus obras.

La mala fama del Marqués de Sade

Es cierto que el novelista no era un bendito, continúa Concostrina, "pero ni mucho menos era lo que nos han hecho creer, no hacía nada que no hicieran muchos aristócratas, empresarios y altas esferas del clero en la Francia del siglo XVIII", asegura la autora de obras como Menudas historias de la historia.

Intelectual brillante y adicto al sexo

Donatien Alphonse François de Sade nació en París a mediados del siglo XVIII en una familia aristócrata. Hijo único del diplomático y conde de Sade, Jean-Bastiste François Joseph, un vividor y libertino; y de una mujer de sangre bornónica, Marie Eleonore de Maille, el extremo opuesto de su marido. Exageradamente devota, la progenitora del escritor ingresó en un convento cuando el futuro Marqués de Sade era aún un crío. Esto supuso que el novelista se mudase a vivir con su tío, un abad erudito y aficionado a la prostitución que ejerció sobre él una gran influencia en todos los sentidos. El Marqués de Sade creció entre una gran cultura (era intelectualmente brillante y devoraba libros, principalmente de historia) y la vistia con frecuencia a los prostíbulos más finos de París.

Sobre la figura del escritor, la periodista Carmen Ro incide en que "hay que recordar que la iglesia católica incluyó en el índice de libros prohibidos prácticamente la totalidad de los escritos del Marqués de Sade pero que también hay que saber que los supuestos crímenes que en teoría había cometido nunca habían alcanzado ni siquiera la sombra de lo que él narraba en la ficción".

El canto del grillo - Ésa rara gente - El marqués de Sade - 2/12/15 - Escuchar ahora

Desarrolló una importante carrera militar que comenzó a los 16 años en la batalla de la toma de Mahón (Menorca), enmarcada en la Guerra de los Siete Años. Su buena actuación le supuso un gran prestigio y cuando regresó a Francia se casó con la hija mayor de una familia noble con gran poder adquisitvo, los Montreuil.

Él no estaba a favor de ese matrimonio y al parecer lo sobrellevaba con la compañía de varias amantes, la mayoría de ellas habituales de la corte, también frecuentaba el calor de las protitutas de la ciudad. Incluso, llegó a tener una relación con su cuñada. Por lo que a la vez que comenzó su carrera literaria, empezó también la retahíla de escándalos sexuales de los que se le acusó.

La mitad de su vida, en prisión

En 1763 fue arrestado y encarcelado por primera vez durante 15 días por publicar un manual que contenía un texto de altísimo contenido sexual. Gracias a los contactos y al dinero de la familia de su mujer pudo salir libre.

Dos años después volvió a salpicarle otra gran polémica, el escándalo de Arcueil, en el que se le acusó de contratar los servicios de una mujer a la que forzó y torturó, realizándole cortes con un cuchillo, primero, y derramando cera ardiendo sobre dichas incisiones, después. Pasó en prisión siete meses y el incidente acabó para siempre con su prestigio.

Sade montó una compañía de teatro y cuando parecía que estaba muy centrado en esta nueva faceta, le señalaron por un nuevo escándalo relacionado con una orgía con prostituas, a las que supuestamente suministró unos bombones con cantárida, un afrodisíaco que podía tener efectos secundarios, y acabó denunciado por envenenamiento.

En esta ocasión fue condenado a muerte y huyó a Italia. Allí le encarcelaron de nuevo, esta vez por orden de su suegra, una mujer inteligente y de armas tomar que estaba harta de los contínuos escádalos de su yerno.

Su mujer le ayudó a escapar y a esconderse en Italia, donde su suegra le tendió una trampa y consiguió que le encarcelaran de nuevo y permaneciera encerrado 13 años en la prisión de Vincenne y en La Bastilla. Fue uno de los últimos prisioneras de esta cárcel antes de la Revolución Francesa.

Posteriormente estuvo encerrado en un psiquiátrico diganosticado de "demente libertino" y terminó muriendo totalmente deprimido y arruinado deseando "que su recuerdo se borrarse del recuerdo de los hombres", tal y como él mismo escribió.

La obscenidad de su literatura

En este programa de Todos somos sospechosos, de Radio 3, podemos escuchar La mujer vengada y otros de sus cuentos

La mayor parte de su obra la escribió durante sus encierros y fue calificada de obscena, aunque en sus textos no solo había espacio para el sexo, también denunciaba la hipocresía de la sociedad de su época.

Esto se aprecia, por ejemplo, en Los 120 días de Sodoma (1784), en el que además de la trasgresión sexual incluye crítica social, sobre todo al poder. Más tarde, en Los crímenes del amor (1788) aborda aspectos más retorcidos del sexo y formas de amor que atacan a la moral.

En Justine (1791) y Juliette (1798) defiende su tesis de que la virtud es siempre aplastada por el vicio y este es el que al final se abre camino en la vida; y ahonda en la cuestión de la doble moral de la sociedad.