La monoparentalidad ante el coronavirus
- Madres solas con hijos, familias devastadas
- Además, historias de mujeres adictas a las drogas tras sufrir maltrato
El Ingreso Mínimo Vital, que se puede solicitar desde el pasado 15 de junio, es la única tabla de salvación para muchas familias devastadas económicamente por la COVID-19, especialmente para aquellas monoparentales, como la de Blanca Mendoza, con un niño de cuatro años a su cargo; y la de Pilar Currás, madre de cinco hijos.
Las familias monoparentales, víctimas de la pandemia
Con Blanca y Pilar ha hablado el espacio de Radio 5 Tolerancia cero, y también con Rosa Maestro, fundadora de masola.org, una asociación de madres solteras por elección. Mujeres que deciden ser madres sin pareja, por decisión propia. Ofrecen sostén, apoyo e información especializada. También es un lugar de encuentro para parejas de mujeres en reproducción asistida, padres en gestación subrogada o para quienes pasan por un proceso de infertilidad o reproducción asistida.
Porque así lo han decidido o porque las circunstancias de la vida les han llevado hasta aquí, las familias monoparentales no tienen por qué sufrir aislamiento ni verse en inferioridad de condiciones, o convertirse en colectivo especialmente vulnerable durante esta pandemia, como así ha sido. La diversidad familiar también es familia y tiene los mismos derechos que las familias convencionales.
La diversidad familiar, castigada por serlo
Además, nos detenemos en las historias de Inma y Mari Carmen, dos mujeres enganchadas al alcohol y a la cocaína tras atravesar años de maltrato.
Drogodependencia y maltrato a veces van de la mano. Una se convierte en la consecuencia de la otra, y ambas conforman un círculo vicioso, del que resulta muy complicado salir. Las carencias emocionales a menudo se compensan con la adicción, y se da con frecuencia en los entornos de violencia. El camino de la solución está en la recuperación de una autoestima saludable y un tratamiento de desintoxicación adecuado, pero ambas cosas para las mujeres maltratadas no siempre es posible ni accesible.
Maltrato y adicción, uno consecuencia del otro
Tolerancia cero lleva 12 años radiofónicos intentando arrinconar la desigualdad y hacer que este mundo sea más justo, con las mujeres como principal preocupación, porque históricamente han sufrido con más virulencia la discriminación y la falta de oportunidades, pero sin olvidarse de aquellos que por su edad, su orientación sexual, su etnia o su cultura viven de cara a la pared.
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