El último concierto de Elvis Presley
- El rey del rock dio su último concierto el 26 de junio de 1977
- Murió en Graceland el 15 de agosto del mismo año
Lejos quedaban sus movimientos de cadera y sus sensuales bailes, muchas veces criticados y hasta censurados en televisión. El declive de Elvis era evidente desde hacía varios años pero el rey del rock no estaba dispuesto a abandonar los escenarios.
El divorcio con Priscilla, la caída en las listas de su música, su sobrepeso y sobre todo sus adicciones, sumadas a la muerte de su madre que nunca pudo superar, le pasaron factura. El Elvis de 1977 nada tenía que ver con el atrevido e innovador cantante de los años 50 que dio un vuelco a la música y a los shows televisivos en Estados Unidos.
Su despedida sobre el escenario
El concierto del 26 de junio en Indianápolis fue el último de una gira de 10 días, sin descanso, por varias ciudades estadounidenses. La primera parada fue el 17 del mismo mes en Springfield.
Aunque sus canciones ya no tenían el éxito esperado y las feroces críticas por su sobrepeso no cesaban, Elvis volvió a subir a un escenario para demostrar que, a pesar de su estado físico y emocional, su voz seguía siendo única y que como dijo en alguna ocasión, “la música no podía ser mala influencia”.
Enfundado en su icónico traje blanco, tildado de hortera por algunos - lleno de brillos y bordados en dorado, rojo y azul - el rey comenzó su actuación prevista para las 20:30 a las 22 horas, saludando a un lado y a otro, colgándose la guitarra y entonando See see rider.
En la casi hora y media que duró el concierto con un repertorio de una veintena de canciones, interpretó algunos de los éxitos que le llevaron a la cima de la música como Jailhouse rock o Hound dog. En algunos momentos también parecía ido, intentando recordar la letra de alguna canción, vocalizando con dificultad y lanzando torpemente al público su pañuelo, que le reponían una y otra vez. Pero en otras, se atrevía a mover la cadera tímidamente al ritmo del chasquido de sus dedos, tocaba la guitarra con destreza y ponía de manifiesto una vez más que seguía siendo capaz de enloquecer a un público que respondía con gritos a cada nota y cada movimiento.
Uno de los momentos más emotivos, sobre todo tras conocer su final menos de dos meses después, fue cuando presentó a todas y cada una de las personas que lo acompañaban. Algo que algunos, probablemente a posteriori, percibieron como una despedida. A pesar de su adicción a las anfetaminas y el alcohol y la cadena de excesos que lo llevó hasta la tumba, el público era lo que lo mantenía con vida.
Su última canción fue Can´t help falling in love.
El legado del rey del rock
Las 18.000 personas que agotaron las entradas y llenaron el Market Square Arena en Indianápolis aquella noche no sabían que estaban asistiendo al último concierto del rey y, por tanto, formando parte de una de las páginas más importantes de la historia de la música.
El Market Square Arena, que prometía ser el eterno símbolo de la última aparición en público de Elvis Presley, fue demolido en 2001. En su lugar se colocó una placa que explicaba “a las futuras generaciones” que allí se había producido ese último concierto. Encabeza la placa la famosa frase “Elvis has left the building” (Elvis ha abandonado el edificio) que se hizo popular tras pronunciarse al final de sus conciertos.
Aquel 26 de junio de 1977 fue la última vez que se escuchó.
El rey murió dos meses después. O no.