Leo Bassi pone el foco en Mussolini porque cree que "el fascismo puede volver"
- El Mussolini que representa quiere abrir el corazón y convertir a los 'progres' en fascistas
- Sobre los que han asaldo el Capitolio en Estados Unidos ha dicho que podrían ser los que siguieron a Mussolini
El actor Leo Bassi ha presentado Yo, Mussolini en Tarde lo que tarde. El cómico italiano quería analizar al dictador porque piensa que "el fascismo puede volver" y de quién quiere mostrar su perspectiva "verdadera, quién era, cómo uno llega a ser un dictador, cómo uno crea el fascismo, hasta la palabra fascismo, fascista es él. Mussolini inventó eso".
"Entro en el escenario y soy Mussolini. Abre su corazón porque quiere seducir a los 'progres'. Quiere hacer perder el miedo al fascismo y transformar el público 'progre' en fascista", describía el actor sobre el espectáculo que se puede ver en la Sala Mirador de Mirador hasta el 31 de enero de 2021.
Quiere poner el foco en el ascenso "muy rápido" al poder de Mussolini, así como en su "decadencia", "la peor de las derrotas" y "su muerte terrible con su cuerpo expuesto en Milán con el público escupiendo encima". "Un hombre que fue apoyado por el poder de verdad. Era un muñeco, un títere", le explicaba a Julia Varela.
Para la preparación de esta obra, se documentó y por ejemplo descubrió "su amistad con Walt Disney o con Henry Ford", "utilizaba la cocaína, era un hombre que tenía miedo al público y para darse esta fuerza se la tomaba". "Hablaba muchos idiomas, un personaje popular de un pequeño pueblo del centro de Italia, pero aprendió a hablar alemán, inglés".
Más allá de los aspectos privados, quiere poner el foco en "cómo funciona la política, el fascismo con los poderes de verdad y cómo después se consigue borrar todo esto, porque muchas historias de Mussolini nadie las dice. Hay una escultura en el Rockfeller Center en Nueva York" con su cara."Yo nací en Nueva York y he tenido que esperar a mis 66 años para saber que era Mussolini".
Asalto al Capitolio
Sobre lo acontecido en el asalto al Capitolio en Estados Unidos, ha señalado que "toda esta gente son típicamente los que podrían haber seguido a Mussolini antes. Son del pueblo. No son intelectuales. Son trabajadores y víctimas de la sociedad. Hillary Clinton les había llamado asquerosos. La gente que votaba por Mussolini son los asquerosos de la sociedad. Son la gente de baja clase y cuando uno no se preocupa por esta gente, sale un líder y pueden ser violentos".
Cree que el humor puede "hacer mucho" contra el extremismo. "El fascismo se nutre del miedo. Cuando la gente empieza a tener miedo de los fascistas porque son violentos y ellos se aprovechan del miedo y qué hace la comicidad. Quita el miedo. Tú haces un chiste sobre algo, significa que lo estás dominando y estás riendo. Mira por dónde, odian la comicidad y toda mi vida fui atacado y agredido", por ejemplo cuando le pusieron una bomba en el Teatro Alfil de Madrid en el año 2006, como ha recordado en la entrevista.
Los límites del humor: la víctima
Sobre los límites del humor, ha señalado que él nunca hace un chiste "contra la víctima, contra las personas débiles o las cosas frágiles. Los chistes se hacen contra el poder. Si el poder es poderoso, tendrá que aceptar el chiste. Es difícil hacer chistes con el COVID porque hay gente que muere. Yo no voy a hacer un chiste que puede herir a una familia que ha perdido alguien, porque son frágiles, son débiles. Para mi no es tan complicado, es ponerse del lado de la víctima".