100 programas explorando la Biblioteca Nacional con Ángela Núñez
- En la BNE no solo hay libros: cada semana Ángela Núñez indaga entre sus estanterías, donde encuentra desde memes hasta carteles de zarzuela
- Es un espacio que visibiliza el patrimonio, que nos ayuda a entender nuestra historia y queda a disposición de consulta de investigadores y del público en general
Videojuegos, rollos de pianola, colecciones de cajas de cerillas o de recordatorios de comunión, fotografías, grabados, partituras, páginas web, periódicos, películas porno, vinilos, memes, carteles de zarzuela…. Todo eso y mucho más se guarda en la Biblioteca Nacional junto a los manuscritos e incunables o nuestras novelas preferidas.
Cada semana, Ángela Núñez, en el espacio Biblioteca Nacional: Más que libros, en Radio 5, trata de darlo a conocer, poner en valor ese patrimonio cultural que sirve para documentar nuestra historia, divulgar el trabajo de todos los profesionales que lo conservan listo para su consulta por los investigadores o el público en general.
Son cinco minutos de radio llenos de curiosidades y datos de interés sobre una institución, la Biblioteca Nacional, que es de todos. Repletos de periodismo y sin patrocinios. Así ya llevamos cien desde octubre de 2018. Se puede escuchar los sábados a las 9.25 h de la mañana y los miércoles a las 21.37 y en el podcast.
¿Qué es Ephemera?
Calendarios, colecciones de cajas de cerillas, etiquetas de perfumes, marcapáginas… piezas que no estaban destinadas a perdurar pero que el afán coleccionista el ser humano ha conservado. Se guardan en Ephemera. Es la más joven de las colecciones de materiales gráficos de la Biblioteca Nacional. Poseen un gran valor para documentar una época, la forma de vida de unos años concretos.
Cilindros de cera
Parecen una vela gruesa, pero están recorridos por unas marcas muy sutiles, de las que salen voces. Son los incunables del sonido, los primeros soportes donde se grabó la voz. La Biblioteca Nacional conserva nada menos que 522. A través de ellos podemos recuperar voces de finales del XIX, al Mochuelo del mundo del flamenco, el poema Patria de Belmonte o a los ventrílocuos de la época. Pueden escucharse ya digitalizados a través de la Biblioteca Digital Hispánica.
Videos porno
También las películas porno tienen su espacio en la Biblioteca. Llegan de acuerdo a lo establecido en la Ley de Depósito Legal que obliga a la conservación de una copia de todo lo que se edita en España y se catalogan como cualquier otro documento. Ahora hay muchas menos porque existe internet, pero hace pocas décadas sí se vendían. Sirven para documentar la evolución de la sociedad en un tema muy concreto. Una demostración más de que en la Biblioteca Nacional no hay censura.
Mapas de fuga
En el magnífico servicio de cartografía de la Biblioteca Nacional se guardan, entre otras joyas, los mapas de fuga. Están impresos sobre telas de seda, como pañuelos resistentes al agua que los pilotos en la Segunda Guerra Mundial llevaban ocultos entre la ropa o en un zapato como última forma de salvar la vida. En esos mapas finísimos estaban impresas todas las vías de escape de la zona sobre la que iban a volar, carreteras, caminos, etc. para que pudieran orientarse en su huida si eran derribados.
La COVID
El archivo web de la Biblioteca Nacional conserva los documentos virtuales: páginas web, cuentas de Facebook o Twitter, blogs e incluso los memes. Son sumamente efímeros y contienen mucha información que se pierde muy fácilmente. Cuando un tema es especialmente relevante, los documentalistas crean una colección especial en el que se guardan todas esas entradas que algún día serán una fuente fundamental para el análisis de nuestra sociedad por parte de los futuros investigadores.