Milena Busquets, sobre su último libro: "Queda muy poco de la gente a la que hemos amado"
- La autora regresa con una novela sobre la memoria, el amor y la amistad, Gema
- Asegura que tras vivir un gran éxito de ventas "uno escribe con mucho miedo"
Han pasado seis años desde su último gran éxito literario, Esto también pasará, que revolucionó la Feria del Libro de Frankfurt y llegó a ser traducido en más de 30 países. Ahora, Milena Busquets, autora de aquel arrollador fenómeno de ventas, vuelve con una nueva novela cuyo título porta nombre de mujer: Gema, publicado por la editorial Anagrama. Se trata de un proyecto personal que lleva tiempo queriendo escribir y que, por fin, ve la luz.
Tras vivir un acontecimiento de tal magnitud, "uno escribe con mucho miedo", ha comentado en De pe a pa, "pero nunca he dejado de hacer nada por miedo. Más bien lo contrario, me parece que cuando algo me da miedo es una señal de que lo tengo que hacer. Así que no me planteé no hacerlo".
"Escribo desde la desconfianza y la duda absoluta. Por muchos años que lleves dedicándote a algo, las vacilaciones siempre están". Sin embargo, ha remarcado que "lo importante es que no te frene en tu camino y haga que luches más".
Escribir para recordar a quienes nos han dejado
En su nueva entrega literaria, la escritora viaja entre los límites de la realidad y la ficción. El argumento principal parte de una experiencia real que Busquets vivió siendo una adolescente: el fallecimiento de una compañera de colegio a causa de la leucemia y en lo que se inspira Gema.
La muerte de la protagonista fue una de las pérdidas que marcó su infancia junto a la de su padre, madre y abuelo, aunque la primera lo hizo de forma muy distinta. Mientras que los fallecimientos de sus familiares los ha vivido como "ausencias muy llenas", en el caso de Gema sintió "una ausencia vacía, como un hueco".
"La muerte es una injusticia terrible. Escribimos contra la muerte y muchas de las cosas que hacemos las hacemos contra la muerte y el olvido. Hacer una labor de rescatador de los demás es un incentivo para escribir", ha explicado.
Una de las cuestiones que Busquets saca a relucir es la pervivencia del recuerdo de una persona cuando ésta fallece. El personaje central se empeña en buscar rastros de su recuerdo, sin embargo, durante su misión advierte lo complicado que resulta seguir la pista de personas desconocidas cuyas vidas han transcurrido antes de que existiese internet.
"Cuando empecé hace muchos años a indagar que quedaba en el mundo de Gema, más allá de mis recuerdos, me di cuenta de que queda muy poco de la gente a la que hemos amado a no ser que esta persona sea muy conocida. Uno no sabe lo que sobrevive de él mismo", ha señalado Busquets.
El amor justifica la vida
La narradora de la novela es muy parecida a la propia autora. En alguna ocasión ha hablado de autoficción aunque, en la entrevista con Pepa Fernández, ha precisado que en sus textos se permite "ir mucho más lejos", así como que sus personajes digan cosas mucho más "locas, provocadoras o incorrectas". De hecho, lo entiende casi como una obligación intrínseca a su profesión. "Como escritora tengo derecho a molestar, por lo que intento llevar las cosas más lejos que en mi vida cotidiana".
De este modo, en su último libro encontramos una parte de invención, pero también una buena dosis de realidad con la que cualquier lector podrá sentirse identificado: la etapa escolar. A lo largo de su novela, Busquets realiza una introspección sobre esta faceta de la vida evitando repetir "lo que ya está dicho".
Preguntada sobre el amor, ha reconocido que "es un terreno implacable y tremendo, pero tambien es el más maravilloso" porque "en una época en la que tenemos la suerte de decidir tantas cosas, el amor y la pasión son de los pocos campos vírgenes e incontrobles que quedan. Uno no decide cuando se enamora ni cuando dejas de querer". De hecho, para la autora de Gema hay dos cosas que justifican la vida: el enamoramiento y la experiencia de ser madre.
Busquets creció en una familia donde se amaban los libros y la cultura, quizá por eso desde chiquitita, con apenas seis años soñaba ya con escribir. En su época de estudiante en el Liceo Francés ganó algún premio literario y le dejaba los textos encima de la mesa a su madre, la editora Esther Tusquets, para que los leyera. Además de a la escritura, Milena Busquets se dedica también a la traducción.