Documentos - Horacio Echevarrieta, esplendor y caída de un magnate
- Echevarrieta, magnate heterodoxo, enérgico y audaz
- Fue uno de los hombres más poderosos del primer tercio del siglo XX
- Republicano y liberal, anticlerical y antinacionalista, acabó víctima del excesivo riesgo de sus iniciativas
Figura destacada de la España de los años veinte y treinta del siglo XX, Horacio Echevarrieta fue un importante industrial vizcaíno, enérgico, audaz e innovador, que creó uno de los mayores emporios empresariales, pero acabó arruinándose a causa de sus arriesgadas iniciativas.
El conglomerado empresarial de Echevarrieta abarcó importantes sectores: minería, construcción, industria naval, energías, prensa y radio... Además, participó en importantes proyectos: apoyó a Leonardo Torres Quevedo en la construcción del transbordador de las cataratas del Niágara; de sus astilleros de Cádiz salió el buque escuela de la Armada española, Juan Sebastián Elcano; participó en la creación de Iberia; o dio el impulso decisivo a la construcción de la Gran Vía madrileña.
Echevarrieta también participó en política y llegó a ser diputado durante siete años. Al igual que en otros aspectos, Echevarrieta mantuvo una posición independiente; a pesar de ser empresario, él se veía como republicano, anticlerical, liberal y antinacionalista. Mantuvo alianzas con el Partido Socialista e, incluso, tuvo amistad con Indalecio Prieto a quien conoce en la redacción de El Liberal, periódico que Echevarrieta compró y modernizó.
Su prestigio aumentó notablemente gracias a su mediación en la liberación de los prisioneros capturados por Abd el-Krim, tras el desastre de Annual, debido a sus contactos con el líder rifeño durante sus prospecciones mineras en el norte de África. En la cúspide de su fama, Alfonso XIII le ofreció un título nobiliario que rechazó por coherencia con sus ideales republicanos.
Sin embargo, una concatenación de episodios arriesgados le conducirá al desastre. Buscando negocios para sus astilleros de Cádiz, Echevarrieta acuerda con Alemania la construcción de un submarino y la instalación de una fábrica de torpedos. Pero el encargo vulneraba los términos del Tratado de Versalles, por lo que la firma del contrato se alargó entre las dudas del gobierno de Primo de Rivera. El submarino se botó en octubre de 1930, pero el tiempo transcurrido le desangró económicamente.
Pero la situación se va a endiablar aún más. Unos meses después se proclama la II República y el nuevo gobierno abandona los proyectos de la dictadura. Sin embargo, las autoridades le ofrecen la posibilidad de comprar el submarino y salvar los astilleros si, a cambio, participa en el envío de un cargamento de armas para derrocar a la dictadura portuguesa. La idea no se consumó, pero las armas van a terminar en la costa asturiana para ser usadas, supuestamente, por algunos socialistas para dar un golpe contra el gobierno. El plan es abortado, Echevarrieta es detenido como intermediario de las armas y pasará nueve meses en prisión.
Documentos RNE, con guion de Modesta Cruz, reconstruye la intensa y aventurera vida del magnate vasco de la mano de su biógrafo, el profesor Pablo Díaz Morlan. También participan el letrado Gonzalo Arroita, la arquitecta María Peraita y el editor Javier Amézaga, coautores de Las 150 vidas de Horacio Echevarrieta. Finalmente, su nieta, Alicia Echevarrieta, nos cuenta sus recuerdos personales.
Documentos RNE se emite los viernes, de 23 a 24 horas, por Radio Nacional.