Mari Trini y su curioso vínculo con James Dean: en común, el productor de Hollywood que dirigió 'Rebelde sin causa'
- La artista fue descubierta por el mítico director de Hollywood, Nicholas Ray
- El programa Imprescindibles estrena el documental Yo soy Mari Trini: ya disponible en RTVE Play
Mari Trini fue una de las mejores voces de la música española y la primera mujer cantautora de nuestro país. Su aparición en la escena musical de a finales de los años 60 fue una auténtica revolución. Hasta entonces, nadie había visto una mujer compositora, tocando la guitarra y con una forma tan cuidada da cantar. Nacida en Murcia, estudió canto en Londres y París, una formación que le brindó la vida, gracias al encuentro fortuito con uno de los productores y directores más míticos de Hollywood. Su cruce de caminos, cuando apenas tenía 16 años, fue determinante en su carrera como artista.
Cuando se celebran 15 años de su muerte, el programa Imprescindibles recupera su historia en el documental Yo soy Mari Trini (2024), la de una cantante que tocó el cielo de la música, comparada en Francia, con Edith Piaf, procedía de la escuela de Charles Aznavour o Jaques Brel, y compusó temas inolvidables como Yo no soy esa, Ayúdala o Amores. La música llegó a su vida cuando era muy pequeña. A los 8 años le diagnosticaron una enfermedad renal, nefritis, por la que tuvo que mantener reposo absoluto durante varios meses. Fue durante esa convalenciencia que comenzó a tocar los primeros trastes de su guitarra. "Aquella enfermedad le hizo madurar antes de tiempo. Entró en la cama siendo niña y salió siendo una mujer", recuerda su hermano Gonzalo Pérez Miravet.
Nicholas Bay, el productor de Hollywood que la descubrió
Durante aquel tiempo de reposo, en su estancia en una casa de campo, en su familia descubrieron su voz cuando, durmiendo bajo un pino, a Mari Trini se le calló un nido de pájaros en la cabeza. Lo recuerda su hermana Miriam en el documental de Imprescindibles. "Eso dio pie a la primera canción que compusó y que cantó, se llamaba 'pia, pia, pajarito'". Con 15 años, ya era habitual escucharla cantar y actuar en casa cada vez que recibían invitados.
Establecida con los suyos en Madrid buscó alguna oportunidad para cantar. Sus padres decidiern llevarla a un pequeño club llamado Nika‘s, cuyo dueño resultó ser el director de cine norteamericano Nicholas Ray, quien había dirigido Rebelde sin causa, la última película que no pudo ver estrenada James Dean. Al igual que Ava Gadner, vivía durante largas temporadas en España, tras el rodaje que hizo de 55 días en Pekín. En aquel local tocaba el piano un todavía desconocido Juan Carlos Calderón, futuro compositor de gran talento. Ambos ayudaron a la jovencísima intérprete (su padre tuvo que ir a casa a por la guitarra) durante su actuación.
Su paso por Londres y París
Tras descubrir su talento, Nicholas Ray propuso a sus padres, acompañar a la joven Mari Trini a actuar a la BBC, allí se estuve formando en canto y de familiarizó con el pop británico, entonces en boga. Su formación que seguiría después en París, donde estaría acompañada por su hermana. En francés compondría algunas canciones, fascinada con el estilo de cantautor que se estilaba por entonces, y llegó a grabar una espléndida versión de Ne me quitte pas, de Jacques Brel. Aquella experiencia le hicieron elevar el nivel artístico, pero como se cuenta en el documental, era demasiado joven para vivir sola y decidió volver a España.
En 1968 volvió a Madrid. Grabó para la RCA y se presentó en una sala de la Gran Vía madrileña. Cantaba canciones suyas, y otras de Patxi Andión, que la ayudó mucho, de Aute, de Juan Carlos Calderón. Se dio a conocer con Guitarra. Pero aquel debut no le reportó los beneficios que ella pretendía. No había precedentes. No había una mujer cantautora, una mujer hablando desde un enfoque romántico y crítico, por eso las compañías no sabían que hacer con eso. No una mujer tan seria como Mari Trini.
Y entonces llegó Amores
Todo cambió cuando firmó con Hispavox, con la que editó un espléndido álbum titulado Amores. La canción que daba nombre al album fue número uno en las listas. Los arreglos y dirección de orquesta eran de Waldo de los Ríos, con producción, de Rafael Trabucchelli, uno de los grandes nombres de la música italiana.
Aquel disco fue tan monumental que marcó para siempre su carrera, tanto que siempre se creyó que, a pesar de sus 27 albumes posteriores, ninguno volvió a alcanzar el mismo nivel. Lo cierto es que una de las grandes cortapisas que Mari Trini encontró en su carrera fue su distinción y su forma de ser, contraria al mundo. Sobre todo ello profundiza Yo soy Mari Trini, el documental de Imprescindibles ya disponible en RTVE Play.