A la caza del millonario de la Lotería de Navidad
- A los bancos también les puede 'tocar la lotería' si se hacen con los nuevos millonarios
- Los banqueros se presentan en el lugar donde caen los premios en apenas minutos
- Comprar lotería premiada es una manera habitual de blanquear dinero y evadir impuestos
- Vender un décimo premiado no es delito, pero puede acarrear una importante multa
- A José Antonio Roca la lotería le tocó 80 veces y a Fabra el Gordo le cayó tres veces
- Toda la información sobre el Sorteo de 'El Gordo' en nuestro especial de la Lotería de Navidad
El 22 de diciembre 'lloverá' dinero en España, caerán 2.320 millones de euros, y los bancos y cajas -más sedientos de liquidez que nunca- no dejarán pasar la oportunidad de llevarse a sus entidades la cartera de los agraciados.
Así, a medida que el bombo vaya dando premios, "los hombres del maletín" aparecerán en las administraciones y los bares en donde se haya repartido la suerte para tratar de 'hacerse' con el nuevo millonario.
Desde 3.000 euros -la cifra máxima que se puede cobrar en la administración de lotería- hasta los 300.000 euros al décimo del Gordo, todos los premios de la Lotería de Navidad tendrán que pasar por las cuentas de los bancos, a las que -nunca antes de enero- el Banco de España transferirá el dinero del premio, que está, además, libre de impuestos.
"Los bancos están como locos ese día y este año la guerra será más dura" ha contado a RTVE.es un trabajador de una entidad bancaria. Y es que esta Navidad las dificultades que atraviesan los bancos a causa de la crisis financiera llevarán a los "hombres del maletín" a intentar llegar los primeros y con la mejor oferta al lugar en donde se esté celebrando la fiesta, y evitar, así, que otro banco se quede con el cliente.
Después de la fiesta
El año pasado en Carballo, A Coruña, se vendieron 150 décimos del gordo -45 millones de euros-. "A los 10 minutos ya estábamos en la administración y en la cafetería donde los vendieron", explica un trabajador del Banco Pastor, que asegura que lo primero que recomienda a los afortunados es que dejen el décimo a buen recaudo en la caja fuerte de un banco.
Sin embargo, no todos los nuevos millonarios se exhiben. "Si el agraciado es un poco precavido ese día no aparece por la fiesta, sino que depositará su décimo directamente en su entidad habitual", cuentan desde la entidad gallega.
A los que les toque sólo un 'pellizco' -hasta 3.000 euros- no deben preocuparle los bancos, ya que podrán cobrar el efectivo directamente en una administración de lotería.
Un imán para el dinero negro
Además de las ofertas de la banca, a los afortunados del día 22 les llegan a veces otras ofertas más oscuras: las de quienes buscan en la lotería una manera de lavar dinero negro.
El resultado son casos como el de Juan Antonio Roca, cerebro de la trama de corrupción urbanística marbellí, a quien la lotería le ha tocado hasta 80 veces. A su mujer y su hija en sólo seis meses le cayeron 600.000 euros. A Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Alicante, le ha tocado el gordo tres veces.
Uno de los casos más espectaculares de compra de décimos premiados para blanquear dinero fue el del clan de 'Los Charlines', una familia de narcotraficantes que operaba en Galicia cuyo jefe, Manuel Charlín Gama, fue sentenciado en 2003 a 104 años de cárcel por blanqueo. Se habían gastado 2,2 millones de euros en comprar lotería premiada.
La compra-venta de décimos premiados por algo más del valor del premio (un 10% ó15%) es una manera fácil de convertir dinero 'B' o 'negro' (no declarado al fisco) en dinero limpio y exento de impuestos.
No es delito pero puede complicarnos la vida
"Vender un décimo premiado no es un delito", afirma Ángel González, de la Agencia Tributaria. El fraude o el delito fiscal -dependiendo de la cantidad- lo comete la persona que compra un décimo premiado con un dinero que o bien no ha tributado o bien procede de una actividad ilegal como el narcotráfico y la venta ilegal de armas. Un dinero que encuentra en la lotería una manera fácil y rápida de ser blanqueado.
"Bajo ningún concepto debemos vender un décimo premiado, porque significa contribuir a un posible blanqueo de capitales y porque lo que nos va a quedar es dinero negro que luego no podremos declarar", asegura a RTVE.es Rubén Sánchez, portavoz de la Federación de Consumidores en Acción (FACUA).
Una arriesgada operación
Así, a una persona que tenga un décimo del gordo, 300.000 euros y lo venda por 330.000 (un 10% más) la maniobra le puede salir por un pico, ya que si Hacienda le inspecciona tendrá que pagar, no sólo los impuestos patrimoniales correspondientes, sino además una multa del 20% y los intereses por la demora. Total, unos 130.000 euros como mínimo, dependiendo de cada contribuyente.
El comprador, por su parte habrá hecho un negocio redondo, ya que se habrá quitado de encima los 300.000 euros en 'B' por sólo 30.000 euros. Sin embargo, cuando esta operación se repite, como en el caso de Roca o de 'Los Charlines', todo apunta a que la suerte poco tiene que ver con el volumen de sus fortunas.