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Iván, el 'niño de la cresta' que ha cantado el Gordo: "Que me den las gracias o un piso"

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LOTERÍA-NAVIDAD
Los niños del Colegio de San Ildefonso Ivan Quintero (i) y Andreas López muestran el número.

Con un desparpajo absoluto, igual que el peinado que luce a lo 'punky', Iván Quintero, bautizado como "el niño de la cresta", ha asegurado que desde esta mañana "sabía que iba a cantar el Gordo". Y así ha sido y, con la misma desenvoltura con que se ha codeado con los numerosos cámaras y periodistas que lo rodeaban, ha pedido a los agraciados con el 79.250 "que, por lo menos, me den las gracias o un piso en Valencia en la playa".

Iván, de 10 años y del madrileño barrio de Vallecas, ha cantado el Gordo afónico, pese a que ayer, cuando comenzaba a perder la voz, le decían que procurara no hablar -"eso me pasa por no hacer caso", comentaba a RTVE.es-. Pero, el niño de San Ildefonso hace de la necesidad virtud y a todo le saca punta: "No creo que haya mucha gente que haya cantado el Gordo afónico",  bromea.

Pese a que estaba convencido de que iba a cantar el Gordo con su compañero Adreas López de Haro, el "niño de la cresta" ha confesado que ha sentido "emoción, alegría y nervios".

Si hubiese sido él el agraciado con el Gordo se habría ido de viaje "a China o Hawai", aunque deberá conformarse con viajar estas Navidades a Huete (Cuenca), el pueblo de su madre.

Su progenitora lo ha estado siguiendo desde el salón de loterías, tan nerviosa que "no podía ni hablar" cuando su hijo ha cantado el primer premio. "Siempre me decía, 'mamá, si canto el Gordo va a ser para que te toque a ti', pero se ha equivocado", comenta la orgullosa madre.

Más espacio en el nuevo salón de loterías

Iván y Andreas han sido los primeros en cantar el Gordo de Navidad en el Palacio de Congresos de Madrid, el nuevo emplazamiento del sorteo mientras que se acometen unas obras de reforma en la sede del Organismo de Loterías en la calle Guzmán el Bueno. El nuevo marco, con mucho más espacio para el público -cabían unos mil espectadores y han quedado huecos libres- y para la prensa, ha dejado contentos a casi todos los asistentes.

Ángel, que lleva cinco años siendo el primero en la cola para entrar al sorteo, dice a RTVE.es que el nuevo salón de loterías es "muy moderno y bonito", pero que el de Guzmán el Bueno "era más hogareño y acogedor".

También le ha gustado mucho el cambio a Ana Romero, ataviada con un sombrero de copa forrado con fotocopias de los números que juega: "Llevo 13 años viniendo al sorteo y este año he venido a estrenar la nueva sede, que tengo 78 años y ya no sé estaré el año que viene".

Los que han agradecido especialmente el cambio han sido quienes han pasado la noche haciendo cola, "porque nos hemos podido resguardar de la lluvia bajo la marquesina, que en el otro sitio no había", comenta Juan Antonio.

Otra de las ventajas de ganar espacio es que se han podido colocar unas pantallas gigantes a los laterales del escenario, donde se ha podido seguir el sorteo y el público ha podido ver los números y las localidades en las que tocaban los premios. Paula, de Córdoba, y su amiga Isabel, de Madrid, están encantadas con las pantallas, "porque facilitan mucho la información y antes te tenías que enterar luego por la prensa de dónde habían caído los premios".

Pese a que los medios de comunicación también han ganado en espacio y en equipamiento técnico, la afluencia de periodistas es tanta que, como se lamentaba un vigilante de seguridad, "da igual que haya más espacio, porque siempre se queda pequeño".