Cuando le toca el Gordo a casi todo el pueblo
- Casi todos los vecinos de Sodeto ganaron el Gordo en 2011
- Es una localidad agrícola de Huesca de 250 habitantes y 70 hogares
- El premio ha servido para que muchos jóvenes no abandonen el pueblo
- Busca tu décimo favorito de la Lotería de Navidad en RTVE.es
Algo ha cambiado en el pequeño pueblo oscense de Sodeto. Sus gentes, dedicadas sobre todo a la agricultura, siguen siendo amables y hospitalarias pero a su carácter campechano se añade un brillo de optimismo que contrasta con la negrura de una crisis que todo lo arrasa.
“El dinero del Gordo ha sido la ayuda necesaria para salir del bache”, cuentan los vecinos. La "lluvia de millones" de la lotería de Navidad se concentró en esta pedanía de "250 habitantes y 70 hogares", donde "le tocó el Gordo a todos los vecinos menos a uno", tal y como cuenta con orgullo la alcaldesa, Rosa Pons.
Es la nueva vida en el conocido como ‘el pueblo de la lotería’ donde se ha "obrado el milagro" de impulsar el empleo juvenil, en forma de nuevas explotaciones agrícolas.
Un año después del premio, los sodetenses ya están más que acostumbrados a lidiar con los periodistas que se han interesado por su historia. “Han puesto al pueblo en el mapa mundial. Han venido de The New York Times a entrevistarnos y hasta de televisiones japonesas”, recalca Rosa Pons.
Recuerda como los vecinos festejaron su suerte en la plaza todos abrazados- algunos en pijama- e invirtieron una parte del dinero en hacer una fiesta de Nochevieja “con mucho glamour y alfombra roja y todo”.
Reformas, un futuro gimnasio y más jóvenes agricultores
Las celebraciones arrancaron el 22 de diciembre de 2011. En la administración número 1 de la localidad de Grañén (Huesca), situada a 13 kilómetros de Sodeto, se vendió íntegramente el 58.268, el Gordo del sorteo de Navidad. Los millones se repartieron por la comarca de los Monegros.
La Asociación de Amas de Casa de Sodeto vendió participaciones “puerta por puerta” y dio más de 120 millones de euros.
Estas particulares “hadas madrinas” planean invertir el dinero en la rehabilitación de las antiguas escuelas de la pedanía para tener un local propio con gimnasio. “Para toda la gente joven del pueblo y ver si en un futuro se puede crear algún puesto de trabajo”, cuenta Mari Carmen Lambea, la secretaria de la asociación.
Es uno de los efectos de la inyección económica de la lotería. Las obras y reformas de hogares se han multiplicado este año en Sodeto; muchos vecinos han invertido en la modernización de sus explotaciones agrícolas, a través de la compra de maquinaria- sobre todo tractores- o terrenos.
“Muchos jóvenes que estaban pensando en marcharse a la capital se han quedado, se han comprado casa aquí y han decidido dedicarse a la agricultura”, explica Mari Carmen Lambea.
“Le tocó a todo el pueblo menos a un chico que vive en las afueras“
“Hay una docena de chicos que se han montado su explotación”, asegura la alcaldesa, que detalla como el Ayuntamiento ya ha vendido cuatro parcelas urbanizadas para hacer viviendas.
Uno de estos emprendedores es Borja Viñuales, de 27 años, que trabaja la tierra “igual que hicieron sus padres y sus abuelos”, después de haber estado empleado dos años como topógrafo.
Ha invertido “el capitalito” en la rehabilitación de un almacén agrícola y espera implantar el sistema de regadío en sus campos para “modernizarlos”.
“Antes vivía en Huesca con mi pareja pero ahora nos hemos trasladado los dos aquí”, detalla.
Borja ya no concibe el futuro fuera de su pueblo donde le gustaría montar un negocio relacionado con la agricultura ecológica.
Recuerda con cariño ese “día inolvidable” que les cambió la vida y lanza un deseo: “Que el premio de este año toque donde lo necesiten de verdad”.
En el 2000, el Gordo inundó Segovia de millones de pesetas
Al igual que en Sodeto, no es la primera vez que el primer premio de la lotería de Navidad se concentra en un punto muy determinado de la geografía española.
En el año 2000, el Gordo tocó integro en Segovia y repartió 46.500 millones de las antiguas pesetas en una ciudad de poco más de 50.000 habitantes.
“Le tocó a media Segovia, desde el deán de la catedral a miembros de la Guardia Civil. Se repartió muchísimo a través de papeletas en los mercados”, recuerda Rosi Díaz, la lotera responsable de la administración número 2, donde se despacharon los décimos premiados.
“Se vendieron muchos pisos, estábamos en plena burbuja inmobiliaria, no como ahora que no hay más que carteles de ‘Se vende’”, cuenta a RTVE.es.
Lorenzo Moreno, propietario de un supermercado, repartió más de 15.000 millones de las antiguas pesetas entre más de 2000 familias en pequeñas participaciones.
Moreno aprovechó para sanear su negocio y contratar a varios empleados, “ahora con la crisis vivimos más tranquilos gracias al premio”, explica.
“Más de diez años después solo quedan los buenos recuerdos, aunque en aquel momento también hubo miradas de envidia. (…) Es un tema de sitios pequeños porque en los lugares grandes estas cosas se diluyen”, recalca este empresario. Es la otra cara del premio más esperado de la Navidad.