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Sorteo de la Lotería de Navidad

"Que te toque la lotería es la última esperanza del año contra la crisis"

  • El centro de Madrid es un hervidero de compradores de última hora
  • "Antes eran agujeros ahora hay que tapar boquetes", dice un cliente
  • La mayoría ayudaría a familiares afectados por la crisis si ganara el Gordo

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¿Qué hacer con el dinero si ganamos el Gordo de Navidad?

No se vende nada, el año pasado por estas fechas nos teníamos que quitar a la gente de encima”, sentencia Saray, una lotera ambulante de la Puerta del Sol.

Las vendedoras de lotería elaboran, en cuestión de segundos y a pie de calle, su propio análisis de la situación socioeconómica y de cómo les afectan los “recortes”: “antes te pedían varios décimos, ahora se llevan uno e incluso hay gente que paga con calderilla de la hucha”, nos cuentan.

Para intentar levantar las maltrechas ventas algunas de ellas harán noche en Sol, en estos días previos al sorteo de la Lotería de Navidad.

“Lo que si se está pidiendo mucho son las terminaciones acabadas en 12; será por lo del fin del mundo”, reflexiona Saray resignada y confirma que los "números raros" como el 13 siguen siendo los que más se venden.

Sueños de lotería

Las manías y los rituales que invocan a la suerte reviven en estas fechas, y este jueves el centro de la capital era un hervidero de compradores de última hora en busca su décimo soñado; mientras esperaban su turno muchos clientes dejaban volar la imaginación y se hacían la inevitable pregunta: ¿Y si toca?.

Si ganara ayudaría a mi hijo que está en el paro y le han quitado la casa; ahora ha vuelto a vivir con nosotros”, explica Pilar, que viene desde Velilla de San Antonio a por lotería “acabada en 57”.

“Antes se decía que el dinero era para tapar agujeros pero ahora son boquetes”, añade Enrique, otro cliente que se compraría una casa si le tocara el Gordo porque “si no es imposible”.

Si ganara ayudaría a mi hijo que está en el paro

La omnipresente crisis todo lo empaña y la mayoría expresaba su deseo de ayudar a amigos y familiares si “les cae un pellizquito”

Es el caso de Antonio, un jubilado de 74 años, que hace fila pacientemente frente al Doblón de Oro para adquirir tres décimos: “Yo tengo que ayudar a mi hijo que está en el paro y tiene una niña pequeña. Espero que me toque”, suspira esperanzado.

A pesar del panorama negro, la esperanza y la tradición no se pierden. Las inevitables colas se renuevan sin descanso porque muchos turistas de paso en Madrid no renuncian a tentar al azar. Javier y Ángel vienen expresamente desde Zaragoza a Madrid a por “décimos, a comer y a buscar figuritas para el belén”.

“Juego por algo social ya que durante el año hay amigos a los que solo veo en Navidad para compartir lotería”, confiesa Javier que dice que a pesar de la crisis “se quita de otras cosas pero no de comprar décimos”.

RTVE

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