Carta de Bertrand, maître de Marango's
- Como parte del proceso de construcción de sus personajes, los miembros del reparto de La cocina, en versión de Sergio Peris Mencheta, imaginaron una carta de su personaje. Esta es la de Romans Suárez-Pazos.
[Membrete de Marango`s - London]
Londres, noche del 7 al 8 de Agosto de 1953
Mi Querido hermano,
No sé si te llegará esta carta, y si es que te llega, si la vas a leer. Es difícil saber que es lo que ocurre allí, por donde andas. Como siempre las noticias de guerra son escasas. Desde que te fuiste a Indochina. A guerrear. Seguirás pensando que soy un cobarde. Tal vez sea eso. Pero decidir no morir con las armas ha sido definitivo para mi. Aquí me vine en Londres cuando nos llamó el General. Luché para nuestro país, para nosotros ante todo. Contra los nazis. Y descubrí lo que los nazis hicieron de nuestro querido pueblo de nuestra infancia, de los primos, y que los nazis no solo eran alemanes. Papá no era alemán. Intenté avisarte en Enero, cuando empezó el juicio. No sé donde andabas pero al final la carta nunca te la envié. Tal vez ni hubieras querido leerla. Para mí este juicio era el de nuestro padre. Que juzgando a aquellos monstruos algo se apacigüe para nosotros. Tú decidiste irte a guerrear, yo he vuelto donde nadie colaboró, aquí, en Londres. Dirás qué cobardía fue. Perdona que yo no lo vea así. Y ahora tú…
Hoy escuché en la radio que hubo un ataque en Bac Ninh. Hablan de unos 18 muertos. Es tu compañía. Reconocí el nombre. Creas lo que creas me quedó grabado el nombre de tu compañía, el día que te fuiste ya hacen 7 años. Al oírlo algo se ha roto en mi. Qué será de ti?
La guerra me lo va a robar todo? ¡Putas guerras! Te salvaste de una para perderte en otra. Por qué no te viniste aquí en Londres? Por qué en vez de unirnos nos hemos dividido. Que papa haya sido lo que fue no nos tenia que destrozar. Ya te había dicho, mejor irse de Francia. Escapar de este país, de este sitio que nos destrozó a todos. Yo ya lo he dado todo. Decidiste perderte en las armas. Ya hace casi 8 años que se acabó esa gran puta guerra. Creía que ya mas lejos no se podía ir.
Y te fuiste para Indochina. A defender qué causa? Después de los nazis que arrebataron con nuestras vidas ¿ahora qué? Te fuiste a por los comunistas. Ya murió Stalin hace 5 meses y tal vez con él mueran sus ideas. Ya juzgaron a esos hijos de nada que nos destrozaron en Oradour. Solo con tal de escribir el nombre de nuestro pueblo entra rabia, tristeza, odio, y vergüenza. Vergüenza por ser hijos de este nazi, no lo puedo llamar de otro modo, que fue nuestro padre. Pero para qué responder a la matanza con otras matanzas.
Mi querido hermano… creo que nunca te lo dije, y tal vez sea la última vez que te lo pueda decir, o ya es demasiado tarde, pero sí, me eres querido. Si allí desapareces, allí muy lejos desaparecerá todo resto de mi otra vida. Aquí construí otra vida. De nuestro padre nadie sabe y no sabrá nunca. Y al final, ahora no sabes ya nada de mí, ni yo nada de ti.
Aquí me casé. Veo tu carcajada al leerlo… (si es que lo lees). Pues sí, me casé. Con una italiana. Se llama Francesca. Trabajo ahora con su padre en su restaurante. El Marango’s. Soy el Maître d’hôtel ¿Te acuerdas de cuando jugaba a ser Vatel en la sala del restaurante de Papi? Siempre me gustó dirigir. Podrías haber sido chef aquí… Ahí estoy. De mi mujer, diría que es un fracaso. Si me aportó equilibrio, ahora no comparto casi nada. Pero si la dejase, creo que todo se vendría abajo. Su padre me permitió llegar adonde llegué. Nunca me juzgó ni me pidió nada. Con tal que diera la cara. En el trabajo no tengo que ir por el mundo, el mundo está dentro. Gente de todo el mundo. Ahí me escapo con el trabajo. Aquí no hay tiempo para pensar demasiado. Aquí vuela el tiempo, vuelan los pensamientos.
Y las mujeres… ¡Ya sabes hermano! ¿Qué le vamos a hacer? Cada una tiene su maravilla. Cada una tiene sus encantos. Lo que ya no tengo con mi mujer, lo encuentro con ellas. Me pierdo en las mujeres, o ellas me pierden… Ya sabes cómo soy.
Pero… si algún día tuviera que quedarme con una sola persona, sería con Monique. Es camarera en el restaurante. Es mi ángel. Desde que la vi presentarse al restaurante, supe que era la mujer que siempre soñé. Y consta que nunca intenté nada con ella. Nunca. Y no creo que nunca pueda. Si amar se puede. A ella la amo. Y cuando habla francés, hermano mío, podría quedarme horas escuchándola. Es la única persona que me gusta oír hablar en francés. Que me lleva mas allá de todos los resentimientos que pueda tener con nuestro país. Hay un pastelero francés, judío, que siempre quiere hablarme en francés, no lo soporto, sobre todo porque será judío, y me recuerda que yo también al final soy responsable de la tragedia de su pueblo, quisiera desaparecer cada vez que me habla en francés, es como un cuchillo que me entra en el vientre. El pobre no lo entiende, pero a mí me duele tanto. Pero Monique, podría hablarme horas… ¿Ves? tenía que escribirte esta
carta para darme yo cuenta de quién es aquella mujer para mí… no te lo podrías creer… ¿Yo? ¿enamorarme? … No sé, pero ella es mi ángel y se llama Monique. Con Monique no creo que pueda haber otra cosa que sueños, tal vez sea mejor así. Entonces, sí, tengo aventuras. Mi relación de ahora se llama Molly. Y las otras fueron Gwen, y Hettie… todas trabajan conmigo… No sé por qué contarte sus nombres… Creo que cómo tú soy un cazador, tú te fuiste a cazar los enemigos del mundo para desahogarte, yo me pierdo cazando las mujeres… Perderme en ello me impide perderme en batallas mas sangrientas… Y me hace ser vivo. Y trabajar también.
Amistades tengo pocas o no dejo que nadie entre en mi mundo. No creo que interese a la gente y tal vez así es mejor. Hay este chico, el segundo de cocina, un chico recto, trabajador, que no juzga. Me recuerda a ti. A ti antes. Antes de que todo explotara…
Hermano mio, escribo, escribo y quisiera contarte tanto de mí, como nunca lo hice en tantos años, y siento que si termino de escribir algo se termina… Cuanto más escucho a mi corazón, más me dice que de esos 18 muertos estás tú, quisiera guardarte vivo escribiendo, pero el cansancio me atrapa… hoy ha sido un día duro, mañana será peor. No quiero fallar. Mañana firman el acuerdo para la deuda alemana… No crees que nosotros ya merecemos enterrar nuestras deudas…
Esta carta te lo prometo, te la enviaré… Con ella se cierra nuestra vida. Si mi corazón me mintió y sigues vivo, sabes que aquí te espera tu hermano que a pesar de todo te ama.
Bertrand
PD: Aquí una foto de Londres, de mis momentos favoritos, cuando paseo en el frog… me gusta la soledad
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