Chicho Ibáñez Serrador, una leyenda de la tele
- Repasamos lo más destacado de su amplia producción televisiva
- Especial con motivo de su muerte en 2019
En la historia de Televisión Española hay nombres escritos con letras de oro por su excepcional aportación al patrimonio audiovisual de la radiotelevisión pública: es el caso del realizador, director, actor y guionista Narciso Ibáñez Serrador, fallecido en 2019 en Madrid a los 83 años. Todo el mundo coincide en que se nos fue un genio sin cuyo trabajo la televisión en España habría sido muy diferente (y acaso irreconocible).
Hijo del director teatral español Narciso Ibáñez Menta y de la actriz argentina Pepita Serrador, Narciso (más conocido como Chicho) nació en 1935 en Montevideo y vivió su infancia en tierras latinoamericanas acompañando a sus progenitores en sus giras. Fue en 1963, 16 años después de establecerse en España, cuando empezó a trabajar en TVE con la adaptación de clásicos literarios.
"N.N.23" es el título de uno de los capítulos más celebrados de su serie Mañana puede ser verdad, que fue emitida en Argentina unos años antes que en España (1964-1965). En "N.N.23", los habitantes de la "ciudad mundial" han sido convertidos en autómatas en un régimen tecnocrático de resonancias orwellianas en el que está prohibido leer. El éxito de Mañana puede ser verdad llevó a Chicho a apostar en TVE por otra serie parecida: Historias para no dormir.
Emitidas a lo largo de tres temporadas entre 1966 y 1982, Historias para no dormir eran adaptaciones televisivas de obras de terror, misterio y fantásticas, basadas en escritos de autores como Edgar Allan Poe. Muchos de los capítulos son presentados por el propio Ibáñez Serrador. Uno de ellos, "El asfalto", fue premiado en 1967 en el Festival de Montecarlo con la Ninfa de Oro al mejor guion, primer galardón internacional cosechado por TVE en su historia.
En 1968, Chicho realiza y escribe junto a Jaime de Armiñán el programa cómico Historia de la frivolidad, interpretado por Irene Gutiérrez Caba, una producción que también recibió una Ninfa de Oro en Montecarlo. Una puritana y sus ayudantes, que están en contra de todo lo que se aleje de la castidad, nos irán mostrando con un ingenioso recorrido el erotismo a través de la historia.
El 24 de abril de 1972 comienza un concurso que marcará un hito en TVE y forma parte de la memoria colectiva de varias generaciones de españoles: Un, dos, tres. Presentado primeramente por Kiko Ledgard, y luego por Mayra Gómez Kemp y otros, el programa cosechó un gran éxito de audiencia en sus diez etapas repartidas a lo largo de cuatro décadas. El formato del Un, dos, tres llegó a venderse a otros países como Portugal, el Reino Unido, los Países Bajos y Alemania. Su última temporada, en 2004, con el nombre de Un, dos, tres... a leer esta vez, pretendía fomentar la lectura.
Mis terrores favoritos fue una serie de películas de suspense y terror que Chicho seleccionó y se encargó de introducir a su estilo, con mucho humor negro. Se mantuvo en antena en dos temporadas en La 2 (1981-1982 y 1994-1995), en las que los televidentes pudieron ver obras como La semilla del diablo, Drácula, Los pájaros, La mosca o Pesadilla en Elm Street.
En 1989 se estrenó el concurso Waku Waku, con preguntas relacionadas con los animales, presentado en una primera etapa por Consuelo Berlanga (1989-1991) y en una segunda por Nuria Roca (1998-2001). En 2003 conoció una tercera época, con la conducción de Rosa García Caro, bajo el nuevo nombre de Jimanji Kanana.
En 1990 llegó a TVE el primer programa sobre sexología en nuestro país: Hablemos de sexo, presentado por la doctora Elena Ochoa. Con él, Chicho logró su primer Premio Ondas. Hablemos de sexo también marcó época, pues pues por vez primera se empezó a hablar en la televisión española con toda naturalidad de temas como la masturbación, la homosexualidad o las fantasías sexuales.
Entre 1994 y 1995 se emitió el programa de sucesos Luz roja, también con la presentación de Elena Ochoa, en el que se abordaban problemas como la violencia doméstica, el alcoholismo, la ludopatía o las sectas. Pero también otras cuestiones como las fantasías sexuales.
En 1995 se pone en marcha El semáforo, presentado por Jordi Estadella, concurso de artistas noveles que se mantuvo en antena hasta 1997. Fue su última gran apuesta televisiva.