La cara B de Huelva y Segovia, dos destinos muy distintos en 'Comando al sol'
- ‘Lo que hay que ver’, martes 23 de julio a las 22:40 en La 1
‘Comando al sol busca en Huelva mucho más que playas y langostinos, y entre dunas, bosques de pinos y tortillitas de camarón, descubre un camping con glamour, el Rocío Chico y castillos de arena fina en piscinas de agua azul dentro del Parque Nacional de Doñana. El programa también viaja a Segovia y constata que la ciudad es mucho más que su acueducto, su alcázar o su catedral. Un monasterio desconocido, la antigua cárcel segoviana o el sushinillo son algunas de las sorpresas.
A la sombra de los pinos. Pegada a 50 kilómetros de playas, buena parte vírgenes, dunas móviles, marismas que se inundan en invierno y se desecan en verano, y bosques de pinos que superan los 30 metros de altura, tienen su casa de veraneo Inés y Santiago. Son los conserjes de un glamping, o lo que las agencias de viajes denominan camping con glamour. A él acuden familias jóvenes con niños buscando tiendas de campaña con nevera y aire acondicionado. Los turistas que viajan a la cara B de Huelva no solo se refrescan en las playas del Atlántico, si no que hacen castillos de arena y se remojan en piscinas con forma de cacahuete. Miguel ofrece paseos en camello por las dunas del Parque Nacional de Doñana, mientras los 17 burros bomberos de Luis desbrozan el monte. Y José aprovecha el tirón veraniego para ofrecer un ‘Rocío Chico’ a los turistas que se acercan a descubrir estos meses de la cara menos desconocida de la provincia.
La cara B de Segovia, a vista de pájaro. ‘Comando al sol’ sube los 190 escalones que comunican la ciudad del acueducto con la torre de la catedral. José María, el guía de uno de los grandes emblemas de Segovia, ayuda a divisar desde el campanario los secretos que esconde la ciudad y la antigua cárcel segoviana. En sus celdas, ahora escenarios de películas, aún pueden contemplarse los camastros en los que penaban los reos. Lugares antes prohibidos ahora abiertos al turista, como la pensión donde vivió Machado su amor clandestino. A pocos metros, Pilar deja boquiabiertos a los viajeros que se adentran en el Monasterio San Antonio El Real. Es la guía de este antiguo palacio del siglo XV, una joya escondida con artesonados y techos impactantes que muy pocos conocen.