Un segundo premio en el grupo de WhatsApp: "Nos ha tocado!!!"
Regalar en el día de tu cumpleaños. Así se siente Carmen Hinojosa, dueña de la administración 31 de Madrid, en la calle Félix Boix número 4, que ha vendido 102 series del segundo premio de la Lotería de Navidad, el 10.989. “Hoy es mi cumpleaños y me estaba preparando para ir a Toledo a comer con mis padres. No estaba siguiendo el sorteo, pero me han avisado rápidamente por teléfono y lo he parado todo”.
Su administración lleva solo cinco años abierta, aunque Carmen ya repartió hace años, como empleada, el gordo en una administración cercana a La Paz. Su administración está en el distrito de Chamartín, el de mayor renta de Madrid (25.969 euros anuales per cápita, según en INE) aunque, situada en la encrucijada de Plaza de Castilla, no está lejos del distrito de Tetúan, el barrio más humilde del norte de la capital (14.970 per cápita).
Es domingo y se nota, apenas hay movimiento en la calle y los premiados tardan en llegar porque, en realidad, hay pocos en la zona: de las 102 series, 100 son el número de empresa del Grupo BC, una gestoría cuyas sedes está repartida por la ciudad, una de ellas al final de la calle Orense, no demasiado lejos. Y en las dos series restantes también hay mucho abonado al número desde hace años que no es del barrio.
Hasta que aparecen, por tandas, un grupo de amigos (unos 34) unidos por haber sido miembros de Youth for understanding (YFU), una organización internacional dedicada al intercambio de estudiantes. La mayoría de ellos ha hecho el COU o Bachillerato hace años en EE.UU. y luego han colaborado con la organización. Desde hace algunos años se reúnen para cenar en la taberna Volapié, junto a la administración de Lotería de Carmen. Y desde hace tres años compran ahí el número, cada año un número distinto.
“Que nos ha tocao!”. Un mensaje en uno de los inevitables grupos de WhatsApp comunes (una necroporra: destinada a apostar sobre futuros fallecimientos de celebridades) había desatado la locura. “Estoy temblando!!!”, contesta alguien al instante. Cada décimo está premiado con 125.000 euros. Todos tienen uno o medio y, alguno, dos.
“Nos conocemos desde hace 30 años porque de estudiantes fuimos a EE.UU con la misma organización: YFU. A partir de ahí, somos amigos y lo que nos une obligatoriamente es la lotería”, explica Borja, el encargado de comprar el número, el más abrazado.
“Estaba tomando un café con una amiga, y cuando ella se ha ido al baño he mirado al móvil y he visto 96 mensajes, el último decía: ‘Voy para allá corriendo’”, relata una de las premiadas. “Cuando ha vuelto mi amiga le he dicho bajito y al oído, porque no me salía gritar: nos ha tocado el segundo premio”, dice entre risas. "No he jugado en mi vida y este número es el único del grupo de amigos que he jugado. Esta mañana, estaba tendiendo la ropa y me he dicho de repente: hoy cancelo la hipoteca, cancelo la hipoteca, la de mi hermana, la de mi hermano y vivimos a gusto el resto de nuestra vida”.
- “No te llega para tanto”, le corrige una amiga recordando la cifra real: 104.000 euros después de impuestos.
- “La mía, la cancelo. Y mis hermanos….pues ya”
Apenas una semana después de su cita anual, el grupo ha montado una fiesta en el Volapié. Llega el momento conga y el coro: “Que lo sepa todo el mundo, nos ha tocado el segundo”. Un camarero casi prefiere no mirar. “Como dice mi madre, unos nacen con estrella y otros estrellados. Mejor que no se entere y me pregunte que por qué no he comprado”, dice con buen humor y sin parar de trabajar.