'Comando actualidad' analiza la realidad de mujeres víctimas de violencia de género en entornos rurales
‘Comando Actualidad analiza cómo se vive el maltrato en los pueblos, donde todo el mundo se conoce. El 73% de las asesinadas por violencia de género vivían en municipios de menos de 100.000 habitantes. Está silenciada, normalizada y es invisible según las mujeres que viven en entornos rurales. Merche, Vanesa, Nazaret, Ana Bella, Libertad o Macarena son algunas de las supervivientes que cuentan en primera persona una realidad que afecta al 50% de las mujeres.
40 años viviendo con su maltratador
Merche volvió al pueblo de su madre por miedo. Su exmarido intentó matarla, la apuñaló. Fue condenado a nueve años de cárcel. Las mujeres que, como Merche, viven en entornos rurales tardan una media de dos décadas en denunciar la violencia machista. Son datos del primer estudio sobre el maltrato en entornos rurales elaborado por FADEMUR, la Federación Española de Asociaciones de Mujeres Rurales. “Llevan más tiempo escuchando juicios de valor, sabiendo que sus vecinos lo saben. El silencio es más cómplice en las zonas rurales”, asegura Mamen Vidal. Es abogada y coordinadora del Centro de la Mujer Rural en Yátova (Valencia).
Jóvenes entre 15 y 29 años que niegan la violencia
Este dato, además, ha empeorado en los últimos cuatro años: se ha duplicado el número de jóvenes que piensan así. La cifra la aporta la Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción. Stribor Kurik, sociólogo director del estudio, asegura: “También hay un porcentaje importante de jóvenes que cree que el feminismo va en contra de los hombres, incluso uno de cada diez dice que la desigualdad no existe”.
Violencia económica
Yana Franco es profesora en la Universidad Complutense, da clase sobre violencia de género y economía en un máster sobre igualdad. “Las mujeres se ven muy afectadas por el reparto de papeles, los sueldos, las pensiones… Ambos son inferiores por el hecho de ser mujer y estamos obligadas en muchos casos a depender de un segundo suministrador de renta”, asegura. “Poca gente sabe que la reducción de jornada, que sobre todo piden las mujeres para cuidar a los hijos, repercute en la pensión y nos obliga a depender de los maridos o caer en la pobreza”.
Supervivientes
“Es el primer lugar donde me acogieron y el primer lugar donde fui libre”. Ana Bella se emociona al entrar en la casa de acogida que le salvó la vida. “Con 29 años ya era una mujer maltratada pero me di cuenta de que si estaba sana y viva y no totalmente una víctima, era una superviviente”, cuenta. Una noche hizo acopio de valor y con sus hijos acudió a una comisaría a poner una denuncia. La infraestructura que existe en nuestro país posibilitó que Ana Bella fuera a vivir a una casa de acogida en la que pasó 20 años.