'Documentos TV' muestra el arriesgado viaje a Europa de los adolescentes migrantes
‘Documentos TV’ estrena ‘Juego de sombras’, donde cuenta la trayectoria de adolescentes de países en guerra que emprenden un arriesgado viaje de camino a Europa. Conseguir cruzar las fronteras se ha convertido para ellos en un macabro juego.
Destino, Europa: Game over
En el largo y difícil trayecto, que dura meses o incluso años, los menores se enfrentan a contrabandistas, campos de minas, policía fronteriza y kilométricas vallas. El lado más oscuro de la deseada y hermética Europa
Miles de adolescentes abandonan a diario sus países en guerra y se ponen en marcha hacia un futuro mejor y más seguro. Son menores, en muchas ocasiones niños de tan solo 12 o 13 años, que caminan miles de kilómetros para llegar a Europa. Emprenden un viaje que puede durar meses o incluso años y en el que se enfrentan a una Europa vallada donde solicitar asilo.
Cruzar fronteras es un peligroso reto para llegar al destino. Y estos chicos lo llaman irónicamente, el juego. “Si llegas hasta el final, ganas el juego”, exclama Jano, un joven sirio que viaja con su hermano Shiro de 15 años. Huyeron de la guerra e hicieron el camino andando. Desde Turquía a Grecia y después, de Albania hasta Montenegro. Ataviados con un móvil y una mochila cruzaron ríos y montañas bajo la nieve. Les acompaña Mohammed, de 14 años, en un duro camino sin apenas comida y recogiendo el agua de los charcos. “Si la policía te atrapa, tu juego termina”, asegura SK, un afgano de 15 años que huyó de su país y desde Grecia hoy comienza su particular juego.
Grabado durante tres años y en parte con los vídeos de los adolescentes migrantes, ‘Juego de sombras’ es la historia de un viaje por el lado más oscuro de Europa y sobre las profundas consecuencias de la política de asilo europea. Un viaje que nunca se ve. “Venimos de la muerte y vamos hacia la muerte”, afirma Faiz, el adolescente que salió de Sudán con 13 años y que después de intentar en 20 ocasiones salir de Italia hacia Francia, lo consiguió, pero sigue atrapado en Bélgica a la espera de poder colarse en un camión que le lleve a Gran Bretaña.
“Tenemos miedo, pero no nos rendimos”, cuenta SK mientras enseña en su móvil cómo actúa la policía en las kilométricas vallas de la frontera serbo-croata. “No hay compasión en sus corazones, ellos solo te golpean”. “Este es el último nivel. Si lo pasamos, todos nuestros problemas acabarán”. Pero el juego de SK aún no ha terminado.