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Inteligencia artificial en el trabajo

Tecnofobia en el trabajo: ¿Volverán los luditas al siglo XXI?

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Imagen: collage de fotos de Ned Ludd, máquinas de hilar y destrucción de una fábrica textil.
El temor de los trabajadores luditas por perder su trabajo y la situación de precariedad laboral desencadenaron una ola de protestas contra los empresarios

La adopción de las nuevas tecnologías en las empresas no solo optimiza la productividad, también es una clave de crecimiento y una garantía de supervivencia. Pero no todos ven con los mismos ojos esta realidad. El uso de algoritmos cada vez más sofisticados ha promovido un replanteamiento de los flujos de trabajo; aparecen empleos antes inexistentes y desaparecen ocupaciones que quedan obsoletas. Esto ha despertado inquietud entre trabajadores y trabajadoras que temen que sus puestos sean prescindibles. Algunos colectivos se han posicionado y rechazan abiertamente ciertos avances tecnológicos por el temor a que desaparezca la mano de obra humana. Pero la aversión a las nuevas tecnologías no es nueva, los luditas ya la sentían dos siglos atrás.

Imagen: collage de fotos de luditas reunidos afuera de una fábrica en el siglo XIX
¿Volverán los luditas al siglo XXI?

Trabajadores protestando en el exterior de una fábrica Lab RTVE

A principios del siglo XIX en Reino Unido, los luditas fueron los primeros en preocuparse por su futuro laboral con la llegada de las máquinas y la automatización a sus trabajos. El movimiento empezó el 11 de marzo de 1811 en Arnold, un pueblo cerca de Nottingham, cuando los trabajadores británicos destruyeron los telares de las fábricas textiles.

Un movimiento inspirado en un héroe imaginario

Los luditas se inspiraron en el personaje imaginario de Nedd Ludd, un joven aprendiz que destruyó en 1779 el telar de su propio maestro. A finales del siglo XVIII la tensión entre los trabajadores y empresarios fue aumentando con la prohibición de los sindicatos. Las restricciones impuestas por el gobierno británico sobre el comercio internacional obligaron a los empresarios a reducir sus costes y producir materias primas de baja calidad, por lo que recurrieron a las máquinas. Las jornadas laborales se alargaron y los salarios se hicieron cada vez más precarios. Los luditas demostraron su descontento asaltando fábricas y destruyendo telares.

¿El hombre contra la máquina?

El movimiento ludita terminó siendo reprimido con deportaciones y ejecuciones por parte del gobierno de Reino Unido, pero sus reivindicaciones se conservan a día de hoy. Según la consultora McKinsey, alrededor del 49% de las tareas de los trabajadores pueden ser automatizadas en España.

Aunque ahora los tecnófobos no se dediquen a quemar fábricas, con más de 3 millones de parados en España, los trabajadores no sólo tienen que competir entre sí, sino con el ritmo de producción de un robot. A diferencia de los luditas, que en su mayoría se dedicaban al sector agrícola y textil, en la actualidad cualquier actividad puede ser susceptible de ser sustituida por un algoritmo. Los servicios de atención al cliente, aquellos relacionados con la banca y los de transporte, podrían ser los más afectados por el uso de la inteligencia artificial.

Además de acortar los tiempos de producción, algoritmos bien diseñados podrían predecir el diagnóstico de una enfermedad en cuestión de segundos al introducir una serie de datos. La innovación tecnológica puede perfeccionar las habilidades de precisión de un ser humano y realizar tareas metódicas con una consistencia casi perfecta. Sin embargo, los especialistas aseguran que la clave de la automatización de procesos no es prescindir de la mano de obra humana. En ‘Algoritmia: ¿El fin del trabajo como lo conocemos?’, un documental del Lab de RTVE, Gemma Galdón, experta en ética de algoritmos, explica: “muchas tareas rutinarias pueden ser asumidas por máquinas, de forma que los humanos nos podamos dedicar a cosas mucho más satisfactorias, pero para eso tenemos que entender que la Inteligencia Artificial ni plantea ni puede sustituir a trabajadores, sustituye tareas”. Algoritmia ya está disponible -gratis y online- en la plataforma de RTVE Play.