El incendio de Valencia y los dos años de la guerra de Ucrania, en 'Informe semanal'

• Última edición de ‘Informe Semanal’ presentada por Ana Blanco
• Sábado 24 de febrero, a las 21:20 horas, en La 1, Canal 24 horas y RTVE Play

Exterior del edificio incendiado de 14 plantas en Valencia

‘Informe Semanal’ analiza el trágico incendio del edificio del barrio del Campanar en Valencia, en ‘Infierno en Valencia’. Además, emitirá un especial dedicado a los dos años de la invasión rusa de Ucrania, con los reportajes ‘Ucrania: pasado, presente y ¿futuro?’ y ‘Ucrania, la guerra insaciable’. Un programa especial en el que Ana Blanco presentará ‘Informe Semanal’ por última vez y tras el cual se despedirá de los espectadores tras más de tres décadas en TVE.

‘Infierno en Valencia’

¿Qué ocurrió? ¿Cómo se originó el fuego? Con las 138 viviendas arrasadas a la vista, todavía es pronto para encontrar respuestas a todas las preguntas que hay ahora mismo en el aire: ¿la clave de la rápida propagación de las llamas está en los materiales utilizados en su construcción? Los bomberos ya han podido entrar en su interior y, en este momento, se sigue buscando a los vecinos desaparecidos. Por el momento, ya hay 10 fallecidos confirmados.

‘Ucrania: pasado, presente y ¿futuro?’

En la segunda parte del programa, ‘Informe Semanal’ dedicará especial atención a los dos años de la agresión rusa, con conexiones en directo con Kiev y con varias de las corresponsalías de TVE para analizar todos los contextos. El programa ha viajado para este especial por los lugares más simbólicos del país: la capital y sus alrededores, trágicamente devastados durante las primeras semanas de la invasión.

Unos destrozados vehículos militares pesados de la era soviética, utilizados por las fuerzas rusas en Borodyanka, a tan solo 60 kilómetros de la capital, aún dan cuenta de lo que fueron las primeras batallas de Moscú para hacerse con el control del país y establecer un gobierno afín. Fue una aventura fallida, pero atrás dejaron una enorme destrucción y mucho dolor. El de los ciudadanos de localidades cercanas a Kiev como Irpín, obligados a huir a la desesperada, o el de los vecinos de Bucha que vivieron en primera persona la ocupación. Nadia Filimonova, una profesora de español que se refugió con su marido y sus tres hijos en España y que ahora trata de ayudar a muchos ucranianos que están en el país y fuera de él, lo tiene claro tras su regreso: “Somos valientes. Seguimos luchando porque no queremos estar bajo Rusia. Y vamos a luchar hasta el final porque estamos luchando por los valores de la democracia”

‘Ucrania, la guerra insaciable’

‘Informe Semanal’ comprueba, sobre el terreno, cómo el país lucha contra el agotamiento tras dos años de guerra y, en primera línea de combate, contra la escasez de armas y, también, de hombres. Los que sobreviven no tienen fecha para volver a casa. Algunas de sus mujeres, de sus madres y de sus hijos han empezado a protestar para que regresen. Como Halina, esposa de un soldado: "Pedimos a nuestro gobierno que desmovilice a los que llevan casi dos años en el frente. Muchos eran civiles corrientes: ingenieros, conductores, panaderos, no soldados profesionales".

El Parlamento de Ucrania espera sacar adelante una nueva ley de reclutamiento para ampliar las filas militares y el período de movilización a los 36 meses. Todo parece traducirse en una sospecha: que el conflicto va a prolongarse aún más. Soldados como Fiodor conocen de primera mano la situación: "Necesitamos más gente y más municiones. Con más gente, podríamos descansar más a menudo. Y podríamos atacar más al enemigo". Por eso, el objetivo pasa por movilizar a otro medio millón de hombres, aunque el hartazgo ya hace mella entre la población en general. Dos años después, según cifras de la ONU, esta última guerra de Ucrania ya se ha cobrado la vida de más de 10.000 civiles y, al menos, otros 20.000 han resultado heridos. La cifra de bajas militares, en ambos bandos, se acerca a las decenas de miles, pero es un dato prácticamente imposible de verificar porque depende de qué bando la ofrezca. Aún así, Yulia, viuda de un combatiente, cree que a pesar del elevado número de fallecidos, “hay que ganar. No podemos aceptar ni siquiera una tregua".