Viaje a Cádiz y su carnaval
Es época de carnaval y los veteranos de RTVE de Catalunya vamos a Cádiz a disfrutar de su manera especial y diferente de celebrarlo.
Viajamos en AVE hasta Sevilla, donde después de comer hacemos un recorrido a pie por sus lugares más emblemáticos como la Catedral, el Alcázar, el Archivo de Indias, el barrio de Santa Cruz, los jardines de Murillo y la monumental plaza de España. Al atardecer nos trasladamos al hotel en Conil.
El nuevo día nos lleva a Cádiz. A primera hora de la mañana, que hay poca gente, están descansando de la jornada carnavalera del día anterior, recorremos sus calles viendo los monumentos más importantes de la ciudad en la que se firmó la “Pepa”, primera Constitución Española, el día de san José de 1812, también visitamos la maravillosa playa de la Caleta.
A partir del mediodía se nota el cambio, las calles, antes tranquilas, ahora se han llenado de agrupaciones, coros, murgas, chirigotas, comparsas y grupitos llamados “ilegales” o callejeros que se ponen a cantar las famosas coplas humorísticas en donde imperan la sátira y el doble sentido. A partir de este momento el bullicio en Cádiz es apabullante, entre música y disfraces, la gente va asaltando los bares para consumir las famosas tapas de pescaíto frito, tortillitas de camarones, gambas, calamares, chocos, ensaladillas… y todas las delicias que el Atlántico nos ofrece en este lugar y así hasta el final de la jornada.
Al día siguiente nos espera Jerez de la Frontera con el Alcázar y sus murallas, puertas y torres almohades, los jardines circundantes con los naranjos cuyos frutos recogen los empleados municipales para fabricar la famosa mermelada amarga. Visitamos también la Catedral con la torre del campanario exenta más alta de Jerez. No todo son monumentos históricos y es visita obligada una de las famosas bodegas del vino conocido y reconocido en todo el mundo por méritos propios, en este caso la del Marqués del Real Tesoro y Valdespino donde recorremos las instalaciones donde el vino recogido de los viñedos de la zona, mediante su estancia y trasiego por las botas de madera de roble americano, se va convirtiendo en finos, olorosos, jerez, brandis e incluso vinagres del vino de Jerez. El momento esperado ha llegado, la cata de vinos selectos donde reconocemos la calidad de estos caldos en todas sus variedades. Visitamos también las cuadras de cría de caballos jerezanos de pura raza, viendo y tocando a los potrillos y a sus equinos padres.
La nueva jornada nos lleva a Vejer de la Frontera, uno de los pueblos más bonitos de Andalucía, declarado conjunto histórico-artístico en el año 1976, emplazado en una colina de más de 200 m. de altura, con el centro histórico amurallado y con el castillo en la parte más alta. Visitamos una casa particular por donde ascendemos a una de las torres de la muralla y disfrutamos de las vistas tanto de Vejer como de la costa atlántica a nuestros pies. Digna de ver es la estatua de la cobijada con el traje típico de la mujer vejeriega que la envuelve con su manto negro y solo deja un ojo al descubierto. Nos desplazamos a Barbate en la costa, allí visitamos el Museo del atún donde nos enseñan cómo se pesca con la almadraba y asistimos al despiece de un atún entero, por parte de un pescador especialista, que nos muestra el corte (ronqueo) y las partes del atún que luego degustamos en el restaurante. El camino de vuelta al hotel lo realizamos costeando, pasando por el cabo de Trafalgar que nos evoca la famosa batalla con la flota inglesa.
El último día del viaje vamos a Sanlúcar de Barrameda; grandes descubridores como Colón, Magallanes o El Cano lo eligieron como puerto de salida de algunas de sus grandes expediciones. Este enclave privilegiado comportó un importante crecimiento económico debido a que era el paso obligado de entrada de todo lo que llegaba del nuevo mundo, esto se tradujo en palacios como el ducal de Medina Sidonia (descendientes de Guzmán el Bueno) o el de Orleans-Borbón de los duques de Montpensier, actual Ayuntamiento, o el castillo de Santiago, casonas nobles así como bodegas donde se produce el famoso vino Manzanilla.
Frente a Sanlúcar vemos el margen derecho del Guadalquivir, donde empieza el coto de Doñana, y su desembocadura en el océano Atlántico que nos surte de sus suculentos frutos como los famosos langostinos, que, junto con el arroz caldoso de choco, el salpicón, las tortillitas de camarones y otras tapas deliciosas son la comida de despedida que disfrutamos todos juntos antes de volver a Barcelona.