- Incluye los reportajes ‘Marlon Brando, un actor llamado deseo’ y ‘Marlon Brando en su paraíso’
- Sábado 6 de abril, a las 23:35 horas en La 2 y RTVE Play
Con motivo del centenario del nacimiento del actor Marlon Brando, ‘La noche temática’ se acerca a uno de los actores más relevantes de la historia del cine. Marlon Brando fascina, hipnotiza, pisotea las reglas y se burla de los límites. Además, desarrolló una faceta desconocida como activista que derivó en un proyecto ecológico aún activo.
‘Marlon Brando, un actor llamado deseo’
Este documental descubre la personalidad excepcional de Marlon Brando a través de archivos y fragmentos de sus apariciones más emblemáticas.
Verano de 1943. Un joven de 19 años llega a Nueva York con unos pocos dólares en el bolsillo. Su sueño es convertirse en el mejor actor del mundo. Unos años más tarde, Marlon Brando, se gana el título del "Rey de los actores", pero detrás de la imagen de Hollywood había otra persona. La vida de Marlon Brando fue una novela oscura, un camino a la autodestrucción.
Tras cosechar grandes éxitos a comienzos de la década de los 70, la apariencia de Marlon Brando cambió de una figura atlética a una persona con tendencia a la obesidad y aspecto ermitaño. Los productores no se interesaban en trabajar con él para nuevos roles ni él tampoco se interesaba en hacerlo, salvo que su situación económica lo demandara.
‘Marlon Brando en su paraíso’
Marlon Brando se enamoró del atolón Tetiaroa, en la Polinesia, cuando fue a rodar ‘Rebelión a bordo’. En 1966 lo compró y lo convirtió en su pequeño paraíso. Dedicado a la causa medioambiental luchó por preservarlo, con ideas a veces bastante visionarias. Construyó un hotel, emprendió excavaciones arqueológicas y lo convirtió en centro de investigaciones científicas.
Su proyecto se enfrentaba a la amenaza constante de la quiebra. Los ingresos no cubrían los gastos del trabajo científico en la isla. Quizá Brando se adelantó demasiado a su tiempo.
La construcción de un nuevo complejo empezó tras el fallecimiento de Marlon Brando. El resultado fue ‘The Brando’, un resort de lujo que garantizaba exclusividad y privacidad. Los ingresos del hotel permiten a los científicos continuar con sus investigaciones y vivir en la isla. Además, supervisan el hotel para garantizar que cumple estándares medioambientales muy altos: sin combustibles fósiles, sin desperdicios y con el mínimo de emisiones de CO2 posible.