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Hace 70 años, L. Ron Hubbard fundó la Cienciología, que promete un método radical de desarrollo personal. Creen en la reencarnación y en alcanzar la iluminación a cambio de elevadas cantidades de dinero, como señala el reportaje ‘La cara oculta de la cienciología’, que estrena esta semana ‘Documentos TV’.
Algunos exmiembros de esta polémica organización se han atrevido a denunciar las prácticas inmorales y los insidiosos abusos cometidos dentro de la secta, así como las peligrosas consecuencias de la deserción.
En 1950, el guía espiritual de la Cienciología, L. Ron Hubbard, publicó su gran obra, “Dianética”, uno de los primeros métodos de desarrollo personal del mundo. Este escritor de novelas de ciencia ficción “proclamaba que él no era de este planeta y que había sido enviado para salvar al mundo”, relata Mike Rinder, un ex alto cargo de la Cienciología.
Con su controvertido método consiguió infinidad de seguidores desafiando a la ciencia, pero como las críticas comenzaban a suponer una amenaza para su negocio, pensó en dar una vuelta de tuerca más. “Si quieres ganar millones, lo mejor que puedes hacer es fundar una religión”, manifestaba Hubbard, según afirma el experto en Abusos Sectarios, Pierre Brard.
En 1954, fundó la Cienciología, una estructura piramidal que se apoyaba en comunidades locales. Su objetivo es ayudar a los adeptos -llamados tetanes- a recuperar los poderes olvidados y enterrados profundamente en la mente humana heredados de anteriores reencarnaciones. Los cursos, sesiones y tecnologías necesarias para conseguirlo tienen un precio. “Si alcanzas los niveles más altos de la Cienciología habrás pagado entre medio millón y un millón de dólares”, advierte Chris Shelton, otro de los dirigentes de la Cienciología que se ha atrevido a abandonar la secta.
Considerada una religión en Estados Unidos, alcanzó su apogeo en las décadas de los 70 y 80. El reclutamiento de famosos como John Travolta o Tom Cruise a sus filas originó que, según sus dirigentes, la organización llegara a contar con millones de seguidores. Pero lo que Hollywood le dio, Internet se lo quitó. A la velocidad de la red, la iglesia de la Cienciología se vio envuelta en continuados escándalos. Prácticas inmorales para reclutar a adeptos, abusos cometidos por su cúpula y hostigamiento contra los que se atreven a abandonar y a hablar, son las denuncias que, junto a la campaña de Anonymous, sacaron a relucir el oscuro funcionamiento de la secta. “Hoy están en horas bajas, pero ¡cuidado!, la Cienciología podría volver”, alerta Shelton.