Aislamiento digital: cómo la brecha digital afecta a las personas mayores en la sociedad actual
- Sólo el 37,5% de las personas entre 65 y 74 años han tenido algún tipo de interacción con la administración electrónica
- Ayuntamientos de la provincia de Sevilla han puesto en marcha iniciativas como el "Curso de capacitación digital" que ayudan a disminuir la brecha digital
En la actualidad, la tecnología digital se ha convertido en una herramienta muy presente en nuestra vida cotidiana, facilitando diversas tareas y ofreciendo acceso a una amplia gama de servicios. Sin embargo, para muchas personas mayores, esta era digital supone un desafío significativo. La brecha digital entre generaciones se ha convertido en un problema cada vez más presente, especialmente cuando se trata de realizar gestiones a través de internet.
“Yo me defiendo en muchas cosas, pero en esto no”, responde indignada Felisa Sánchez. Sus arrugas y manos temblorosas reflejan su avanzada edad. Tiene 86 años. “Deberían poner todas las cosas para que las personas mayores también podamos entenderlas”, responde a la pregunta sobre cómo se enfrenta en su día a día con las nuevas tecnologías.
En esta época de digitalización que vivimos, el uso de comunicación vía electrónica es crucial para comunicarse con las instituciones públicas. Es un canal para formalizar trámites tan necesarios como pedir una cita médica o realizar gestiones bancarias. Todo esto se ha convertido en una odisea para nuestros mayores.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023, solo el 37,5% de las personas entre 65 y 74 años han tenido algún tipo de interacción con la administración electrónica. De este porcentaje, el 27,5% la han utilizado para obtener información oficial de páginas web de la administración, enviar formularios como el pago de impuestos, solicitar citas médicas y para descargar formularios oficiales. Sin embargo, un 11,2% de los usuarios de este rango de edad declararon que, a pesar de necesitar presentar documentos, no los enviaron a través de internet.
Vulnerabilidad impotencia: el impacto de la brecha digital
“Me meto en WhatsApp, veo los vídeos y fotos de la galería, miro bastante Facebook y de ahí me entero de muchas cosas, le mando fotos a mis nietos”, explica Joaquina Reina, de 90 años, mientras toquetea con detenimiento su teléfono móvil. “Me gusta enterarme de las noticias, ver vídeos bonitos y mandarlos”, añade. “Las cosas estas del móvil me distraen mucho todos los días, porque estoy casi siempre sola”, asegura y confiesa que el teléfono se puede convertir en un refugio para combatir la soledad.
La falta de experiencia con dispositivos tecnológicos y aplicaciones, sumado a la complejidad de muchos de los procesos y gestiones on line, hace que aumente en muchas personas la sensación de frustración y confusión. “Claro que afecta a mi vida. Yo lo único que siempre he deseado es saber y aprender de todo, pero como estas cosas han ido demasiado rápido yo no las sé hacer”, alega Felisa un poco frustrada. “Le tengo que decir muchas veces a mis hijos, hazme esto, ayúdame con lo otro, y la verdad que me gustaría poder encargarme yo, pero no tengo más remedio que acudir a ellos”, lamenta.
La incapacidad para realizar ciertas gestiones importantes puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de las personas mayores. Tener que depender de terceros para realizar estas tareas llega a generar sentimientos de vulnerabilidad e impotencia. “Hasta para ir a un bar necesito saber manejar un móvil”, denuncia Felisa refiriéndose a los códigos QR presentes en las cartas de los restaurantes.
A pesar de que Joaquina sepa manejarse con su teléfono móvil, solo lo utiliza para el ocio. Sin embargo, nunca ha utilizado otro tipo de dispositivos ni ha realizado nunca una gestión administrativa. “Yo hasta ahora no he hecho nunca nada de eso, de eso se ha encargado siempre mi hijo”, dice. La falta de habilidades y conocimientos en el mundo digital y tecnológico llega incluso a provocar soledad no deseada, un sentimiento que surge de la discrepancia entre las relaciones sociales que una persona tiene y las que le gustaría tener. La brecha digital contribuye al aislamiento en las personas mayores al limitar su autonomía, tener acceso a servicios esenciales y a sus oportunidades de comunicación y participación en actividades sociales.
Es vital abordar esta brecha, no solo para garantizar que todas las personas tengan igualdad de acceso y oportunidades en la sociedad digitalizada de hoy, sino también para que se sientan integradas.
Iniciativas para disminuir la barrera digital
Los mayores son personas dispuestas a aprender y a superarse cada día. “Nunca he hecho ciertas cosas, pero vaya si tengo que aprender a hacerlas, las hago”, dice Joaquina con disposición. Por ello, es fundamental que tanto las empresas como las instituciones y la sociedad en general ayuden a que esta brecha digital se vaya disminuyendo poco a poco.
A pesar de que la tecnología avanza rápido, son diversas las iniciativas que se están llevando a cabo tanto dese instituciones públicas como empresas para intentar evitar que esta se convierta en una barrera a la hora de acceder a servicios básicos. Desde teléfonos de consultas en entidades bancarias para facilitar las gestiones, hasta programas, proyectos y aplicaciones destinadas a mayores para enseñarles y ayudarles a resolver situaciones diarias.
Con el objetivo de acercar la tecnología y ayudar a los mayores a desenvolverse en el mundo digital de manera autónoma, surge como iniciativa del ayuntamiento el primer curso de capacitación digital, en uno de los pueblos de la sierra sur sevillana (Herrera). “Desde estos cursos lo que pretendemos es acercar el manejo de ordenadores y programas a personas que se sienten perdidas cuando tienen que hacer cualquier cosa de manera telemática”, comenta la profesora del curso, Francisca Cabello.
Gracias a proyectos como este se promueve la alfabetización digital y se fomenta la inclusión digital en personas de todas las edades. “Hay sobre todo gente mayor que nunca ha utilizado un ordenador, pero también vienen personas más jóvenes buscando programas básicos que les sirvan para sus negocios”, explica Francisca. “Enseñamos a utilizar Canva, PowerPoint o Excel, mandar correos electrónicos o escribir en Word”. Una iniciativa que ha tenido tanta afluencia que ya está preparando una segunda edición para el próximo año.