Flamenco de masas: la proliferación de tablaos en Sevilla
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Son más de las doce de la noche en Sevilla y hace buena temperatura. Da igual qué estación o mes sea, siempre hace buena temperatura en Sevilla. Estás volviendo de la Alameda y cruzas el Puente de la Barqueta y la temperatura baja. Cerca del río hace fresco, así que caminas más rápido, con la cabeza gacha, y de pronto te topas con El Palacio Andaluz. En la puerta, media docena de autobuses y grandes grupos de turistas asiáticos.
En 2019, justo antes de que la COVID pusiera el mundo en stand-by, Salvador Carrasco, director general de este tablao flamenco, decidió trasladarse a este nuevo emplazamiento para ampliar su aforo. La operación se tasó en unos dos millones de euros, según El Diario de Sevilla, y uno de sus objetivos, en declaraciones a este mismo periódico, era poner solución al trajín que provocaba la carga y descarga de autobuses en María Auxiliadora, su anterior ubicación.
En aquel año, el Tablao Arenal también anunció la alianza "Authentic Flamenco Quality Establishments", que le ponía en asociación con La Casa de la Memoria, el Teatro Flamenco Triana y el Museo del Baile Flamenco. Citando el comunicado original de la marca, la iniciativa tenía "la intención de mostrar lo mejor del arte flamenco a Sevilla y al mundo" y combatir "la proliferación de salas donde se ofrece un flamenco de baja calidad, un flamenco descafeinado, engañando al turista y al visitante".
Una ciudad que depende del turismo
El complejo panorama social, económico y cultural sevillano, que recoge por un lado iniciativas que pretenden satisfacer el deseo espontáneo del extranjero, y por otro cuidar un arte tan arraigado, responde a una economía vinculada al turismo. Si bien este incremento de tablaos puede parecer un reflejo de la riqueza cultural de la ciudad, también evidencia los riesgos de la dependencia del visitante. En el mismo comunicado, Enrique Escalante, director del Tablao El Arenal, ya manifestaba que la saturación de estos establecimientos ha llevado a una comercialización del flamenco que tiende a sacrificar su autenticidad.
En enero de 2024, un informe de la Sevilla City Office sobre el turismo de la ciudad en el año anterior, confirmó un crecimiento turístico de récord que se alinea con una serie de desequilibrios socioeconómicos y urbanos actuales. Los ingresos turísticos son una parte crucial de la economía local, pero también han contribuido a la gentrificación y al encarecimiento de la vivienda, desplazando a residentes locales y generando tensiones sociales. Así lo ha podido saber RTVE a través de un reportaje realizado por los alumnos del Máster en Periodismo 360 RTVE-US.
Escuela Sevillana de Baile, Bien de Interés Cultural
La designación de la Escuela de Sevilla de Baile como Bien de Interés Cultural, recogida en el Decreto 518/2012, de 6 de noviembre del BOJA, marcó un hito significativo en el reconocimiento y la protección del flamenco como patrimonio cultural. Este acto no solo validó su valor histórico, cultural y artístico, sino que también implicó una serie de compromisos y responsabilidades. Al recibir esta distinción, el flamenco se convirtió en objeto de admiración y en sujeto de salvaguardia y preservación activa. Esta protección especial, respaldada por la ley, se tradujo en el establecimiento de mecanismos legales concretos para asegurar que el flamenco se enseñara, practicara y difundiera de manera auténtica y fiel a sus raíces y tradiciones.
El análisis de la Escuela Sevillana de Baile, llevado entonces a cabo por el organismo público, destacaba su importancia como patrimonio cultural protegido, argumentando que representaba la culminación de un proceso de codificación que se remontaba a alrededor de 1830 y que había experimentado un enriquecimiento continuo a lo largo del tiempo. Además, una de las motivaciones era advertir sobre el riesgo de perder la identidad única de esta escuela de baile. Para la Junta de Andalucía, era una preocupación mantener viva una parte importante del patrimonio cultural flamenco, asegurando su continuidad y relevancia en el panorama artístico y cultural.
No obstante, Sevilla parece hoy vivir este arte de una manera similar a como lo hacen Madrid o Barcelona. Esta apreciación responde a una evolución en la percepción y la práctica del flamenco, que ha pasado de ser una expresión cultural propia, arraigada en Andalucía, a convertirse en un fenómeno nacional, e incluso internacional. Su creciente popularidad ha significado su difusión y consumo masivo y se ha convertido en una atracción turística y un símbolo no solo de la cultura andaluza, sino española.
La promesa de Kurt Gröstch, director del Museo del Baile del Flamenco, en el acto de apertura de la marca “Authentic Flamenco Quality Establishments”, hace cinco años, fue "recuperar la imagen de Sevilla como capital de flamenco", pero hoy aquella afirmación ha quedado diluida.