Eurovisión, un festival en el que la geopolítica importa (casi) más que la música
- Ser “vecinos” puede garantizar una buena bolsa de votos, sobre todo del público
- España en Eurovisión, en cifras: Portugal es quien más nos vota
En los últimos años, la influencia de circunstancias ajenas a la música han copado el protagonismo en Eurovisión. En 2022, Ucrania se alzó con la victoria tras conseguir el récord de puntos en el televoto (439 puntos), tan solo unos meses después del inicio de la invasión rusa.
Este año, la guerra en Gaza no ha pasado desapercibida en el festival de la canción. Israel sorprendió a todos quedando en segunda posición en las votaciones del público, consiguió 323 votos, llegando a quedar dentro de los cinco primeros clasificados.
En las normas de Eurovisión está expresamente prohibido hacer referencias políticas en las canciones a concurso. Pese a esto, la política ha estado presente en el festival desde sus inicios, ya sea como elemento unificador tras el nazismo o para rivalizar en influencia con el comunismo soviético.
El televoto: donde importa algo más que la música
No es la primera vez que se produce un vuelco a los resultados gracias al televoto y con motivos más allá de la música detrás.
Para José Luis Panea, profesor del Departamento de Estética e Historia de la Filosofía de la Universidad de Sevilla y experto en Eurovisión, el hecho de que Ucrania e Israel “arrasaran” en las votaciones del público tendría unas implicaciones más políticas que artísticas. A pesar de que ambos países están en guerra, el profesor asegura que hay varias diferencias importantes entre ellos ya que Ucrania fue invadida por otro país y en el caso de Israel, el conflicto es entre su propio estado y una organización terrorista como Hamás.
“En cuanto al televoto también encontramos diferencias puesto que no hay evidencias de una configuración masiva en favor de Ucrania. Sin embargo, las últimas noticias que nos están llegando confirman que sí que ha habido una organización por parte de numerosas asociaciones pro-israelís para para pedir este este voto”, sentencia Panea.
Cabe recordar, como explica el profesor de la Universidad de Sevilla, que en el festival participan televisiones públicas y no los gobiernos de cada país por lo que técnicamente todos los países de esta edición tenían derecho a estar presentes. Pese a todo, y teniendo en cuenta la descalificación de Rusia en 2022, el hecho de que se permitiera a Israel actuar ha sido criticado por una buena parte de la comunidad eurovisiva e incluso por cadenas públicas participantes.
Las tensiones políticas y las afinidades culturales definen el televoto en Eurovisión, donde se han creado varios bloques de apoyo mutuo. Panea afirma que es en los puntos que otorga el público donde se demuestra de una forma más clara el peso de la geopolítica. Algo que no se hace tan evidente por el jurado: “Están formados por profesionales de la música que votan en base a ciertos criterios”, asegura Panea.
La "tasa de generosidad" entre regiones
Para comprobar la relación entre los países y las votaciones, se han analizado los resultados desde 2016, a partir de ese año los votos de jurado y televoto se anuncian por separado, según las zonas geográficas con mayor relación cultural entre ellos:
Big 5: El Big 5 está compuesto por: España, Italia, Reino Unido, Francia y Alemania. Estos países siempre pasan a la final directamente, sin competir en las semifinales, al ser los que más contribuyen económicamente a la Unión Europea de Radiodifusión (UER). Pese al interés económico, y ser un grupo compacto, no muestran mucha afinidad a la hora de votar.
Nórdicos: Para comprobar la falta de “generosidad” entre el Big5, lo comparamos con los países nórdicos (Noruega, Islandia, Suecia, Finlandia y Dinamarca), que también son cinco, y presentan una unidad más cohesionada en votos.
Balcanes: La península balcánica es un ejemplo del poder de la música para unir territorios en disputa histórica, una de las bases del nacimiento de Eurovisión. “Hay países incluso que se odian entre ellos, pero a través de la música sí que entran en contacto”, dice Panea en relación a los votos entre países anteriormente en guerra como Serbia y Croacia.
Antigua URSS: Pese a que Rusia solo ha participado en cuatro de las últimas nueve ediciones, ha tenido una importante influencia en los países de su entorno. Ucrania ha ganado mucho peso en los últimos años.
Mediterráneo: Es la relación más fuerte entre vecinos. Albania, Grecia y Chipre tienen una fuerte predilección por ciertos países del entorno, lo que provoca altas “tasas de generosidad”.
A raíz de los resultados se puede observar cómo los países del Mediterráneo y la antigua URSS presentan unas “tasas de generosidad” bastante altas, en especial con el televoto.
En muchas ocasiones, lo que hace que un país reciba más o menos puntos, en lo que al televoto se refiere, es la inmigración. “Por ejemplo este año ha habido un gran número de votaciones desde Luxemburgo a Portugal porque hay una gran comunidad de portugueses allí y esto es algo que podemos comprobar en muchos otros países de Europa”, explica el especialista en Eurovisión.
El caso de España
En el caso español, el profesor relata que no se ve una correspondencia tan clara, aunque afirma que tanto Bélgica como Suiza y Rumanía - en las ediciones en las que ha participado- suelen votarnos debido al gran número de españoles afincados en estos países.
Y es que pese a lo que podamos pensar, la relación entre España y Portugal no es tan fuerte, en comparación con otros países que participan en el festival.
En total, España consiguió este 2024 votos de siete países. La puntuación más alta fue del jurado de Italia, que premió a Nebulossa con 7 puntos. Pero es otro país vecino, Portugal, el que a lo largo de la historia ha dado más puntos a España. Y hay que decir que no ha sido correspondido en la mayoría de las ocasiones.
Ganar Eurovisión como un símbolo político
España es el país de Eurovisión que más tiempo lleva sin repetir su victoria. Las únicas dos ocasiones en que se alzó con el micrófono de cristal fue en 1968 y 1969. La primera ganadora española del festival fue Massiel, con La, La, La…, y al año siguiente repitió Salomé con Vivo cantando. Sin embargo, desde entonces, España apenas ha conseguido cuatro segundos puestos y un dos terceros puestos. Hasta que llegó Chanel en 2022. Con SloMo, se consiguió la mayor cantidad de votos a España hasta la fecha, 459 contando al jurado y al público.
“Para nosotros no es tan importante ganar el festival porque ya somos Europa, porque no hay una necesidad de legitimarse a través de un festival”, asegura Panea. Esto explica parte del fuerte éxito de Eurovisión en los países del este y los Balcanes, como un intento de integrarse en la cultura europeista.
Sin embargo, el “resurgimiento” de España en Eurovisión es algo que rompe la tendencia de los últimos años de los países del Big5. “No tenían intención ni de quedar en buena posición y mucho menos de llegar a ganar el concurso o al menos no se ha trabajado de manera fehaciente para ello”, explica Panea.
“Organizar el festival es un motivo de orgullo y reconocimiento internacional”, asegura Panea“
Algo que no solo ha roto España, también Francia (con 3 top 10 en los últimos años) y Reino Unido. “Organizar el festival es un motivo de orgullo y reconocimiento internacional”, declara el profesor en referencia al intento por volver a la palestra en el caso Francia con la llegada de Macron y el brexit británico.
El año que viene Suiza, el país neutral por excelencia, organizará Eurovisión. El experto señala que este hecho “da una cierta credibilidad al festival”, al celebrarse en un país poco implicado políticamente. Por lo tanto, se espera, al menos sobre el papel, una edición menos movida que los últimos años. Aunque habrá patrones que no cambiarán en las votaciones.