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Viaje a Pontevedra

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El grupo en Combarro
El grupo en Combarro Ángel Crespo

El 10 de Marzo, con las maletas repletas de ilusión y ganas de descubrir nuevos lugares (aunque para la mayoría, este no era el primer viaje a la zona), siempre se espera encontrar ese rincón escondido, que en otra ocasión no se pudo disfrutar.

Llegamos a la T2 del Aeropuerto de Madrid; la primera satisfacción de estos viajes se inicia en el aeropuerto, cuando en la fila de facturación nos encontrarnos a los compañeros y compañeras con los que hemos compartido vivencias en nuestro trabajo y en otros viajes. En el aeropuerto de Vigo nos recibió nuestra guía acompañante Rosana, que nos hizo la estancia muy agradable y de cuyo trabajo y trato solo se pueden decir alabanzas.

Ante la catedral de Santiago

Ante la catedral de Santiago

La tarde de ese primer día empieza atractiva para la mayoría (era una visita opcional), la primera parada fue Santiago de Compostela, la joya histórica y espiritual de Galicia, en estos momentos más majestuosa si cabe, después de los años que se han dedicado a su limpieza y restauración; en la Catedral admiramos el altar mayor, y realizamos el ritual de abrazar al Santo, la sorpresa es que el Botafumeiro no estaba en su lugar habitual, por encontrarse en reparación.

La primera parada del siguiente día fue en la encantadora ciudad de Pontevedra, visita realizada con guía local. Nos recibió un personaje peculiar, el loro Ravachol, una escultura que está en la plaza de la Virgen Peregrina, y era el animal de compañía del farmacéutico Perfecto Feijoo. Cuentan las crónicas que, tras su muerte, la población pontevedresa le dedicó una calurosa despedida con una multitudinaria asistencia. Durante los carnavales de la ciudad de Pontevedra, no se entierra la sardina, se entierra a Ravachol. Iniciamos la visita por la Iglesia de la Peregrina, con su singular forma de vieira y por el Convento de San Francisco, nos adentramos en sus recoletas plazas donde convive su nombre actual con el antiguo, como la de La Leña, la de La Verdura o la plaza das Cinco Rúas con su maravilloso cruceiro junto a la casa de Valle Inclán. Admiramos la Basílica de Santa María la Mayor con una fachada plateresca maravillosa, pero cubierta de plantas que salen entre las piedras.

Por la tarde visitamos Vigo, ciudad marinera totalmente enfocada al mar; en su Porta do Sol se encuentra su más famosa escultura, El Sireno híbrido entre pez y hombre. Pudimos constatar que desde el Monte de O Castro, se tienen las mejores vistas de Vigo y de su ría.

El día 12 nos dirigimos hacia Tui, visitamos la catedral, donde destaca su portada principal, la sillería del coro, el órgano y su claustro del siglo XIII. En el museo diocesano pudimos ver unos sambenitos originales, castigo que la inquisición aplicaba a los herejes y que son los únicos que se conservan en Europa. Camino de Baiona hicimos un alto para almorzar en el monte de Santa Tecla, lugar donde se retrocede a la época en la que lo habitaban los celtas.

Nos dirigimos hacia Baiona, ciudad a la que llego Pinzón en 1493 con la primicia del descubrimiento de nuevas tierras al oeste del océano Atlántico; en este recorrido hicimos una parada en el Monte Sansón para subir a la Virgen de la Roca.

Los días pasan rápidamente, ya es miércoles 13, hoy en primer lugar vamos a Vilagarcia de Arousa, la primera parada fue en el Monasterio de San Cristóbal. En el camino hacia Sanxenxo, vemos el duro trabajo de las personas que estaban mariscando, y una vez en el pueblo, la criticada y luego alabada escultura de la Madama de Silgar y el Atlante.

La tarde de este día vamos a Combarro, con su muestra representativa de los tres elementos arquitectónicos tradicionales de Galicia: los hórreos, las casas marineras y los cruceiros. Pero el día no ha finalizado, nos queda un recorrido en barco para ver las bateas

donde se cultiva el mejillón, la vieira y las ostras. Una vez finaliza la explicación del proceso, pasamos a la fase no menos interesante, la degustación del mejillón.

Ya estamos en el penúltimo día de nuestro viaje, es jueves, por la mañana vamos a la isla de A Toxa, famosa por sus aguas termales. Admiramos la arquitectura única de la Iglesia de San Sebastián, famosa por su fachada cubierta de conchas marinas. Por la tarde vamos a Cambados; en estos días habíamos disfrutado del paisaje, de la historia, de la arquitectura, de la belleza del mar, de su gastronomía, pero faltaba algo, sentíamos que no podíamos irnos de Galicia sin disfrutar de una de sus características más singulares, la lluvia; la guía nos informa de que la visita es totalmente exterior, en ese momento la lluvia aumenta su intensidad, una parte del grupo la sigue soportando estoicamente, en este momento ya no es lluvia fuerte, alguien desde lo más alto está tirando cubos de agua, el grupo se descompone….

Al final quedan 15 valientes que han soportado y disfrutado del casco histórico de Cambados. La iglesia de San Benito nos dio cobijo. La Plaza de Fefiñáns, con su imponente pazo y sus soportales centenarios, impregnados de historia y encanto fue el punto donde nos reagrupamos para ir al autobús.

Con la esperanza de poder volver a vernos, nos despedimos de todos los compañeros con los que hemos compartido unos días disfrutando de los monumentos, la historia, los paisajes, la tradición y la gastronomía de esta tierra.