Enlaces accesibilidad

Visita a La Palma, "la isla bonita"

  • Del 17 al 22 de mayo, un grupo de Veteranos hemos visitado la isla de La Palma.

Por
Al fondo, Santa Cruz de La Palma
Al fondo, Santa Cruz de La Palma Valentín Cortés / Antonio Carreira

“La isla bonita” es pequeña, 47 x 28 kilómetros, y es la más verde del archipiélago. Su clima es subtropical. En sus pequeñas dimensiones tiene cumbres hasta de 2.440 m. de altitud, como es la del Roque de los Muchachos, por eso, sus caminos, sus carreteras, tienen muchas curvas y generalmente muy cerradas e inclinadas. El Nordeste es la zona más fértil, aunque plataneras hay en gran parte de su territorio. Su cultivo empezó en el año 1895 y se producen 130.000 toneladas de plátanos al año; el 35% de los plátanos que vienen a la península proceden de La Palma, siendo, junto con el turismo, las dos fuentes principales de ingresos para los 89.000 habitantes que la ocupan. Está dividida en 14 municipios y su capital es Santa Cruz.

El primer día lo dedicamos a descubrir Santa Cruz, ciudad encantadora con solo unos 15.000 habitantes. La calle O’Daly, calle Real, es la más comercial, termina en la plaza de España, donde está el Ayuntamiento y la iglesia de El Salvador. San Francisco es otra de sus iglesias, unida al convento de los franciscanos, ahora convertido en Museo Insular, de interés para conocer la flora y la fauna de la isla, sus fondos marinos, así como sus tradiciones. Al final de la calle Pérez de Brito (que empieza en la plaza de España), vemos un barco construido a imitación de la carabela Santa María de Colón, y que alberga el Museo Naval.

Al día siguiente emprendemos viaje hacia el Nordeste y paramos en Sauces y San Andrés, descendemos hasta el océano y nos encontramos con lo que llaman el Charco Azul, un conjunto de piscinas naturales sostenidas por placas volcánicas de gran belleza; de allí subimos al mirador del joven enamorado, desde donde se contemplan los innumerables campos de plataneras limitados por muros construidos con roca volcánica y, más adelante, perteneciente al municipio de Barlovento, La Fajana, otro conjunto de pozas donde rompen las fuertes olas; en 1971 se empezó a acondicionar para que se convirtiera en una zona de baño segura y placentera. Preguntamos a qué volcán correspondería esta lengua de lava tan inmensa y nos dijeron que se debe a una erupción de miles de años atrás, pues la mitad norte de la isla es la más vieja. Al regreso vamos al Cubo de la Galga, bosque originario al que se penetra por un sendero siempre húmedo, desde el que se pueden observar hasta 18 especies de árboles.

Al día siguiente fuimos a descubrir lo que llaman “los tesoros del Noroeste”. Hay que decir que en esta zona están los acantilados más altos de la isla. La población está dispersa por los barrancos, zonas agrícolas salpicadas de viñedos hasta casi los dos mil metros de altitud; en las profundidades de estos barrancos domina la laurisilva. Hacemos senderismo por la Caldera del Agua, en la Zarza, zona correspondiente al municipio de Garafía. Luego comemos en la bodega Níspero, que toma el nombre de un gran ejemplar delante de su puerta. Siguiendo hacia el Oeste se nota mayor aridez, descendemos por una carreterita estrecha y muy inclinada hasta Poris de Candelaria, pueblucho al borde del mar. De allí subimos al mirador de El Time, desde donde se ven las coladas del volcán Tajogaite, que erupcionó el 19 de septiembre de 2021. Observamos las lenguas de lava que llegaron al océano y ganaron al mar medio kilómetro cuadrado. Desde allí también se contempla el Barranco de las Angustias que es por donde vierte la Caldera de Taburiente cuando llueve mucho.

No quiero cansaros, lectores veteranos, pero es mucho lo que nos falta por contar porque otro día hay que subir hasta el Roque de los Muchachos, antes de emprender la subida pasamos por Puntagorda y nos detenemos en su mercadillo repleto de los productos palmeros: quesos, verduras y la artesanía del lugar. En el Roque admiramos los 18 telescopios pertenecientes a diferentes países, entre ellos los telescopios de Cherenkov para detectar los rayos gamma de las estrellas colapsadas. Desde ese lugar, a 2.440 metros de altitud, como ya dijimos, con suerte se puede ver la Caldera de Taburiente, este día estaba cubierta por el mar de nubes… En la bajada hasta el

santuario de la Virgen de las Nieves, hay una vegetación hermosa, destacan los grandes bosques de pino canario y plantas con muchas flores: la retama blanca y amarilla, el codeso, la viola palmensis, la hiniesta y los tajigastes…

El volcán Tajogaite

El volcán Tajogaite Valentín Cortés / Antonio Carreira

Otro día, ese rumbo nos lleva al cono Sur de la isla, allí contemplamos el gran volcán San Antonio que erupcionó en 1677 en cuyas laderas se cultivan las cepas del vino malvasía (no sabemos si los antiguos pobladores, los benahoaritas, bereberes, ya lo harían), y junto a él, el grandioso Teneguía, que surgió en 1971. Pertenece esta zona al municipio de Fuencaliente y los Canarios. A orillas del océano están las salinas que aún se trabajan de forma artesanal, y dos faros, el viejo y el nuevo, que señalan el vértice sur de la isla. Por la tarde nos aproximamos todo lo posible al jovencito Tajogaite, cuya lava cortó la carretera y cubrió tantas viviendas y edificios. Sus ocupantes tuvieron que ser desalojados y muchos de ellos aún siguen viviendo con familiares o amigos que generosamente los acogieron en sus casas.

Bella y emocionante experiencia. Creo que hemos disfrutado mucho. Hasta la próxima.