Ena. La reina Victoria Eugenia
World Premiere MIPCOM Cannes 2024.
ENA
Serie de Prime Time - Biográfica / Histórica / Drama
1T - 6 x 60'
ENA es la historia de una reina y también de una mujer. De una joven inglesa que jamás había soñado ser lo que fue: reina de España. En el viaje, Victoria Eugenia deja atrás a su familia, sus costumbres, su cultura y tiene que renunciar a su religión para vivir en una tierra extraña, en la que lo primero que sufre es un atentado el mismo día de su boda.
Nunca se sintió aceptada ni querida, pero jamás se rindió y luchó siempre para conseguir ambas cosas. Moderna en un ambiente tradicional, fue icono de la moda y de la liberación de las costumbres femeninas: fumaba, vestía pantalón… Cuando descubre las continuas infidelidades del rey Alfonso XIII, no deja de ejercer como reina. Y lo hace con discreción y, sobre todo, resiliencia. Padeció la maldición de transmitir la hemofilia, para dolor de su marido ante la difícil sucesión dinástica que ello suponía. A cambio, mejoró la salud de muchos españoles con un trabajo que ha pasado a la Historia: la reconstrucción de la Cruz Roja.
ENA fue una mujer que luchó por ser feliz con todas sus fuerzas en una época amarga, en la que fue testigo de dos guerras mundiales, una guerra civil y la mortífera gripe española. Por todo ello, ENA, como serie, no cuenta sólo la vida de Victoria Eugenia, es también el retrato de una época que cambió el mundo.
PERSONAJES:
REINA VICTORIA EUGENIA (ENA). Educada con la reina Victoria de Inglaterra (su abuela), su madre era su primera dama de compañía. Pero su rango era inferior al de sus primas princesas. Por lo tanto, que fuera elegida para ser reina de España fue algo sorprendente. Una oportunidad que surgió después de que el joven Alfonso sufriera el rechazo de Patricia de Connaught y quedase atraído por su belleza. Le costó mucho adaptarse a España y a España le costó entender a Ena, que tenía costumbres inusitadas para una mujer de esos tiempos en nuestro país: fumaba, jugaba al golf, vestía pantalones y era moderna en su forma de vestir, huyendo de todo lo recargado… menos con una de sus grandes pasiones: las joyas.
El inicio de su matrimonio con Alfonso XIII fue feliz. Y ella, sabedora de sus responsabilidades, dio a luz -entre 1907 y 1914- a seis hijos. Su matrimonio se resquebraja cuando se detecta en su hijo mayor la hemofilia en 1910. Preocupada por las labores benéficas, su gran obra fue la renovación de la Cruz Roja.
Tras su separación de Alfonso en el exilio, pasó tiempo alejada de su familia. Con el paso de los años, desarrolló un sentido de la estrategia, un instinto político que fue clave para su hijo Juan y para su nieto Juan Carlos, al que supervisó en su educación de niño.
ALFONSO XIII. Alfonso es el ejemplo de rey que tiene que asumir responsabilidades desde demasiado joven. Nació cinco meses después de la muerte de su padre y asumió la corona a los 16 años. Creció bajo la sombra de su madre, María Cristina, con la que tenía una gran dependencia. Castizo como pocos, Alfonso se manejaba como nadie en las distancias cortas. Tenía carisma y personalidad: el mismo Winston Churchill lo reconoció. Tenía tres debilidades: los coches, la caza y las mujeres, una obsesión que le venía de familia y legó a sus sucesores. Su amor por Ena era sincero, pero eso no implicaba que coqueteara con cualquiera. Era su forma de ser. Cuando conoce que la hemofilia ha llegado a la familia, empieza el fin de su relación con Ena.
Como estadista, su reinado confronta luces y sombras. Propulsó la industria y el comercio, dando un paso adelante en la modernización del país. Su labor humanitaria con la Oficina Pro Cautivos fue pionera a nivel mundial y merecedora de un premio Nobel para la Paz que nunca recibió. Por el contrario, dichas modernizaciones no corrigieron la gran brecha social existente. Tampoco atinó a corregir el conflicto africano, que generó grandes disturbios sociales, derribó varios gobiernos y generó la Dictadura de Primo de Rivera, que fue -junto al precedente del desastre de Annual- el inicio de la crisis que acabó con los reyes en el exilio.
Creyó que se iba de España para volver pronto. No volvió nunca. Y su añoranza por España le hizo amargarse en el exilio. Cuando estalla la guerra civil apoya al general Franco, al que en su día nombró como el general más joven de Europa y del que fue padrino de bodas. Sin embargo, tras la victoria del bando nacional, Franco se desentiende de él. Alfonso se consume entre la estupefacción y el resentimiento y cae enfermo. Abdica en nombre se su hijo Juan en Roma. La ciudad donde murió en 1941.
MARÍA CRISTINA. Segunda esposa de Alfonso XII, ejerció la regencia en solitario desde la muerte de su marido en 1885, hasta que Alfonso cumplió los 16 años. Y, con su hijo, hasta 1929, año en el que murió. Bajo su reinado se vivió la crisis de 1898, con la pérdida de Cuba y Filipinas. Como Ena, no tuvo fácil su llegada a España: venía a suplir a la fallecida María de las Mercedes, una reina de leyenda popular. Sin embargo, su disciplina y su rectitud germanas lograron imponerse. Discreta, culta (gran melómana) y prudente también tuvo, como Ena, que sufrir múltiples infidelidades de su marido, a las que plantó cara siempre de manera directa. Nunca quiso que Ena se casara con Alfonso.
María Cristina era el vivo ejemplo superviviente del glorioso pasado de las monarquías europeas. Y, para ella, Ena era poco más que una advenediza que, además, podría traer la enfermedad a los herederos de la corona, visto que sus hermanos ya padecían hemofilia, así como la rama rusa de los Battenberg. Tampoco le gustaba de su nuera lo que ella consideraba excentricidades fuera de lugar para una reina, como fumar, jugar al golf y su forma de vestir. Sin embargo, aunque no era amiga de reconocerlo, valoraba su discreción, la capacidad de ocultar sus sentimientos… El pueblo la llamaba doña Virtudes, por su rigidez moral y porque nunca cayó en un renuncio que nadie le echara en cara. De carácter, era introvertida, y procuraba aislarse del mundo para vivir más intensamente el mundo interior de sus propios ensueños e ilusiones.
BEATRIZ DE SAJONIA (BEE). Nieta de monarca británico por línea paterna, Beatriz llevó el tratamiento de princesa de Gran Bretaña e Irlanda con tratamiento de Alteza Real. Técnicamente, era mejor partido que Ena. Incluso, Bee (así la llamaban los más íntimos) comentó a Ena que Alfonso se había carteado con ella al mismo tiempo que con su prima. Ena siempre lo tomó como una broma. Bee es la mejor amiga de Ena. Su cómplice desde niña. Al contrario que la reina, Bee es juerguista y desinhibida. Cumpliendo el dicho de que una boda trae más bodas, en el enlace entre Alfonso y Ena, Bee conoce a Alfonso de Orleans, primo del rey. Allí inician una historia de amor que acabará en matrimonio… Y en drama, porque al ser Alfonso de Orleans (Ali, para los amigos) parte de la familia real, Bee debía convertirse al catolicismo, a lo que se negó. Se casaron en secreto en una doble ceremonia (luterana y católica) en Coburgo, lo que supuso una orden de destierro. Alfonso, que siempre se había sentido atraído por Bee, consiguió que volvieran en apenas dos años para felicidad de Ena… Y para poder llegar más lejos en sus relaciones con Bee, por la que se sentía apasionadamente atraído. Dotada de un gran talento artístico, Bee era una gran dibujante y diseñó el emblema de la aviación española, que posteriormente sería copiado por la RAF inglesa y por otros países. Ali, su marido era uno de los aviadores más talentosos del país.
ALFONSO DE ORLEANS (ALI). Hijo de Eulalia de Borbón, que nunca vio con buenos ojos la boda de Ena con el rey, y menos, que su hijo se casara con Bee. De carácter tímido, pero especialmente tierno (eso fue lo que le llamó la atención a Bee), Ali era un destacado miembro del ejército español como piloto de su aviación. Además de primos, los dos Alfonsos eran muy amigos, y solían salir juntos con sus respectivas parejas. Ellas temían que ellos empezaran a hablar de motores y mecánica, porque se aburrían como ostras. Bee sabe que atrae al rey, pero le rechaza. Tal vez por ello, Alfonso no hizo nada por evitar su primer exilio. Cuando volvieron, quizá por agradecimiento o porque Alfonso le parecía un hombre tremendamente divertido, la situación llega al límite. La historia de la pareja Bee-Ali dura pese a los exilios y el paso de los años, siendo padre de dos hijos. Humanamente, Alfonso, lejos de conformarse con la vida cortesano que le hubiera correspondido por nacimiento, el Infante decidió guiarse por su vocación, la aviación, llegando a ser uno de los primeros pilotos españoles de la historia. Noble y nada temeroso, no le importó perder su condición de infante para casarse con la mujer que amaba. En la guerra civil combatió al lado de Franco. Sin embargo, acabada la guerra, descontento porque no se restaurara la monarquía, fue apartado del ejército pese a su grado de General. y aún así, siempre fue profundamente leal a Alfonso XIII.
CARMEN ANGOLOTI DUQUESA DE LA VICTORIA. La llamaban la heroína del Rif. Y no hizo ni un solo disparo. Pero su trabajo cambiando el régimen de los hospitales militares salvó la vida de miles de soldados, algo que en tiempos de guerra sólo consigue un buen general en la batalla. Carmen Angoloti es, junto a Isabel Zendal, un mito de la enfermería española y de las Cruz Roja. Es decir, de aquello por lo que tanto luchó Ena. La Duquesa de la Victoria es también un símbolo del empoderamiento de la mujer en un tiempo en el que, en España, las mujeres tenían que pedir permiso a su marido para comprar un piso o poder trabajar. Sin duda, su condición de noble no le había hecho sufrir en su vida ningún apuro. Pero llama especialmente la atención su templanza para plantarse ante militares. Para ordenar la atención a los soldados por la gravedad de su enfermedad o sus heridas. Y no por la graduación.
Compañera inseparable de Ena (era una de sus damas más leales), la duquesa estuvo a su lado desde el principio de sus labores benéficas. Fue la elegida (junto a otra de sus damas “especiales”, Conchita Heredia) para viajar a Melilla tras la derrota de Annual. La labor de Carmen Angoloti demostró dos cosas: su valor y el de todas sus enfermeras y lo atrasada que estaba la sanidad militar. Siempre leal a la reina, viajó con ella al exilio. Especialmente para cuidar de su hijo, el príncipe Alfonso. Acabada la guerra civil cuando Ena ya se había separado del rey, Carmen volvió a España. A llevar otra vez las riendas de la Cruz Roja. Dicen que Ena, antes de partir a París le pidió a un republicano que cuidaran de “su” Cruz Roja, que no la abandonaran. Cuando supo que la duquesa de la Victoria se responsabilizaría de ella tras la guerra, debió respirar tranquila.
MIGUEL PRIMO DE RIVERA. A Miguel Primo de Rivera se le recordará siempre por la dictadura que lleva su nombre. Un hito que supuso el desprestigio del rey que lo apoyó. Para muchos, es uno de los primeros ejemplos claros de populismo. Admirador de Mussolini, a quien visitó, llegó al poder y prohibió huelgas y sindicatos. También el uso del catalán y el euskera. Disolvió los partidos políticos y los sustituyó por uno: Unión Patriótica. Y llevó a cabo una exaltación católica máxima como esencial seña de identidad. Su política económica fue proteccionista, con gran inversión en obra pública, carreteras y escuelas… Medidas positivas calcadas de los planes de Mussolini para Italia. Pero al no realizar una reforma fiscal y con gastos públicos del nivel de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, las cuentas no salían.
Tras el crack de Wall Street de 1929, la economía española se derrumbó, y muchos militares, su apoyo principal, le retiraron su apoyo. La destitución de dos jueces por condenar a su amante (llamada La Caoba) por tráfico de cocaína y chantaje, conllevó el ataque de los intelectuales. Entre ellos estaba Unamuno, que acabó desterrado en Fuerteventura. Para el que tuviera alguna duda de sus planteamientos, aquí uno de sus discursos, anteriores a llegar convertirse en dictador: “Este movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón, sin perturbar los días buenos que para la patria preparamos. Españoles: ¡Viva España y viva el Rey!”.
ÁLVARO DE FIGUEROA Y TORRES CONDE DE ROMANONES. Para unos, el conde de Romanones es el ejemplo más claro de cacique, comprador de votos (incluso de su título), una persona cuya única razón de ser era tener un cargo público y poder. Cuando no convencía con la palabra, lo hacía con el dinero. Para otros, Álvaro de Figueroa es un modelo de político adelantado a su tiempo, capaz de conseguir la jornada laboral de cuarenta horas, de potenciar la educación laica y apartar a la Iglesia de los colegios, ser el brazo armado de la reina Victoria Eugenia, promulgando leyes que cambiaron la educación de enfermeras, la sanidad y la salud pública. Por último, para algunos, el conde de Romanones es todo lo dicho anteriormente a la vez. Probablemente sean estos últimos quienes tienen razón. Poder, desde luego, tenía. Tanto que se hizo popular la frase: “¿Tú quién te crees que eres, el conde de Romanones?”, para referirse al que mandaba o pedía demasiado. De niño tuvo un accidente de caballo que le regaló de por vida una visible cojera, que hacía que muchos lo criticaran a sus espaldas. Cómplice del rey en muchas cosas (hasta en frivolidades como ayudarle a producir cine porno), para muchos analistas fue el que precipitó su salida al exilio en unas elecciones de ambiguo resultado. Tenía tal poder de convencimiento que el rey aceptó y se exilió. Probablemente, no olvidaba el apoyo del rey a Primo de Rivera, cuya dictadura le obligó a exiliarse.
CARMEN RUIZ MORAGAS. Carmela, como la llamaban desde niña, era una malagueña hija de buena familia que pronto dedicó su vida a la interpretación. Lo hizo no sólo como forma de trabajo sino como necesidad cultural propia de una mujer que hablaba idiomas, era una lectora de calidad (de novela y ensayo) y era capaz de mantener el nivel en una conversación con los principales intelectuales del momento. A veces era contradictoria. No creía en el matrimonio pero se casó. Y además con un torero, siendo ella antitaurina. Era de izquierdas (y dicen que republicana) y fue la amante del rey. Más que amante, incluso, su “otra” esposa. Ena ya había llegado a la conclusión de que, aunque doliera, su marido era como era. Pero esta infidelidad le marcó: por su duración y por los dos hijos fruto de la misma.
Carmen no era la esclava de nade, ni siquiera del rey del que, por cierto, se dice que no estuvo nunca enamorada. Le parecía divertido, buen conversador… y le fue fácil llegar a un pacto. Él quería su compañía. Ella, seguridad, protección y lujo. Y cuando se dice compañía no se está hablando solo de sexo. Carmen era capaz de regalarle una crema para la piel porque Alfonso decía que su esposa tenía problemas al respecto. Incluso se dice que influyó en la caída de la dictadura de Primo de Rivera, al que odiaban todo su círculo de amistades, especialmente Federico García Lorca. Porque el rey no consentía (se indignaba, de hecho) que un grande de España o un político le llevaba la contraria. Eso era algo que solo le permitía a Carmen Moragas.
MATEO MORRAL. ¿Qué puede ocurrir en la cabeza de una persona para lanzar a una bomba a alguien que odia, sin importarle matar inocentes? ¿Cómo un joven preparado, culto, que hablaba idiomas y tenía todo un futuro por delante puede cometer una acción tan depravada? ¿Cómo alguien capaz de seducir con su conversación a los hermanos Baroja o a Valle Inclán no se dedicó a utilizar la pluma con su talento literario en vez de lanzar una bomba a los Reyes?
¿Por qué jugarse la vida por defender la vida de los que no tenían nada cuando él tenía de sobra? ¿Fue idea suya o se la inculcaron? ¿Fue un héroe o un títere? ¿Un mártir o un torturador? ¿Inteligente o estúpido? ¿Se suicidó o le asesinaron? Tantas preguntas y ninguna respuesta. Porque sólo sabemos de Mateo Morral que fue el hombre que intentó matar a los Reyes.
FICHA TÉCNICA:
Dirección: Anaïs Pareto y Estel Díaz
Basada en la novela de Pilar Eyre "ENA".
Guion: Javier Olivares, Isa Sánchez, Pablo Lara, Daniel Corpas
Dirección de producción: Juan López Olivar
Dirección fotografía: Juan Carlos Franco, Carlos de Miguel
Dirección de arte: Silvia Ballesteros
Dirección de vestuario: Zulma Velázquez
Año: 2024
Una producción de RTVE en colaboración con La Cometa TV.