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'La Ruta Morancos' llega a Cataluña en un viaje con sabor a raíces familiares

  • Recogida de trufas, celebraciones y gastronomía local
  • Viernes 11 de octubre, a las 22:05 horas en La 1 y RTVE Play

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Una de las celebraciones que podrán verse en este capítulo
Una de las celebraciones que podrán verse en este capítulo

‘La Ruta Morancos’ supera el ecuador del camino y llega a Cataluña. Una etapa cargada de emociones para César y Jorge Cadaval: este viaje los conecta con sus raíces, ya que su madre era catalana.

En Lleida se adentran en la comarca del Solsonès, conocida como ‘la tierra de las mil masías’, donde la tradición se mezcla con la modernidad en un entorno montañoso y acogedor. Los Morancos comienzan su aventura en Lladurs, donde encuentran una masía transformada en un hotel japonés que fusiona culturas. Allí se sumergen en la ceremonia del té y aprenden a escribir su nombre en caligrafía japonesa. No pierden la oportunidad de probar uno de los manjares de la zona, la trufa. César y Jorge aprenden cómo recogerlas. Después de la recolección, viene la cata.

Solsona: tradición viva y reinventada

En Solsona, la capital de la comarca, descubren una localidad que ha sabido perpetuar sus tradiciones adaptándolas al presente. Conocen al equipo femenino de fútbol local, donde una de sus integrantes, con 21 años, no solo destaca en el deporte, sino que también cuida la masía familiar.

Lejos de los disfraces tradicionales, en Solsona celebran los Carnavales vestidos con coloridas batas. Los gigantes del carnaval, gran parte del patrimonio cultural de la localidad, también han evolucionado.

También conocerán a los Trabucaires. Armados con trabucos, disparan al aire en séquitos y festividades para marcar y celebrar eventos importantes. Con más de 450 años de historia, son los más antiguos de Cataluña, y su presencia en procesiones y actos festivos sigue llenando de ruido y emoción las calles.

Oficios ancestrales y gastronomía local

Durante su estancia en Solsona también descubren el arte del picapedrero, visitando a una familia que ha trabajado en grandes proyectos como la Sagrada Familia. Lluís se convirtió en maestro del oficio, transmitiendo su saber a sus hijas. Este oficio milenario sigue vivo, y César y Jorge no pierden la oportunidad de probarlo.

Para cerrar el día, los hermanos disfrutan de una cata de productos locales, donde destacan las patatas cultivadas en altitud, los guisantes negros, embutidos y manzanas de la zona. César, fiel a su amor por la buena comida, se resiste a abandonar la mesa.