'Documentos TV' estrena 'Irak, los niños proscritos'
- Jueves 28 de noviembre, a las 23:45 horas en La 2. Y preestreno a las 20:00 en RTVE Play
‘Documentos TV’ estrena ‘Irak, los niños proscritos’. Es la historia real de Ana, víctima de una doble violencia patriarcal: primero, por los terroristas y después, por su propio pueblo.
Los niños de mujeres yazidíes, secuestradas y violadas por yihadistas del Dáesh, no son aceptados por su comunidad cuando ellas logran regresar de sus cautiverios
Mujeres yazidíes: madres contra su voluntad e hijos prohibidos
En 2014, el Dáesh se hizo con el control del norte iraquí, el hogar de la comunidad yazidí. Asesinó a cientos de hombres y secuestró a mujeres y niñas que fueron llevadas a Siria, donde los terroristas habían establecido su cuartel general. Allí, fueron “ofrecidas” en cautiverio a los yihadistas para que las violaran a diario y las convirtieran a la fuerza al Islam. Fruto de las agresiones sexuales de los yihadistas procedentes de Europa, Asia Central, África y América nacieron los hijos denominados “bastardos del Dáesh”.
El mundo conocía estas perversiones, pero la directora del documental ‘Irak, los niños proscritos’ fue más allá y se hizo una pregunta: ¿dónde estaban todos esos niños de los que no había rastro?
Ana es el nombre ficticio de una de esas mujeres, secuestrada y violada por sus captores. Y tuvo a su hija Marya. Cuando fue liberada, el día que regresaba a su pueblo, su padre y su tío le dijeron: “No puedes venir a casa con tu hija porque su padre es un yihadista del ISIS”, relata Ana. Después, la obligaron a abandonar a su hija ante un juez y se la arrebataron de sus brazos para llevarla a un orfanato. Nunca más la volvió a ver. “Los yazidíes se niegan a criar a los hijos del ISIS”, cuenta Ana. “Nunca imaginé que pudieran hacerme algo así”. Sin embargo, desobedeció a su familia y, en secreto, consiguió que Marya fuera a vivir con sus abuelos, los padres del yihadista.
Seis años después y, gracias al documental, Ana mintió una vez más a su familia y tuvo la oportunidad de hacer un viaje de diez horas, con trece controles militares de por medio, para llegar hasta Irak y visitar, durante dos días, a su hija.