'La noche temática' estrena 'Intoxicados por las redes'
Miles de millones de usuarios viven hiperconectados a las redes sociales. Los jóvenes son especialmente vulnerables a las campañas de desinformación y control en Internet y a la guerra tecnológica que se libra entre grandes potencias, como muestra este sábado ‘La noche temática’.
‘TikTok, la sombra china’
TikTok, la aplicación china favorita de los jóvenes, está en el punto de mira de EE.UU y Europa. El documental sitúa a esta red en el centro de una lucha por el dominio de la inteligencia artificial y del escenario mundial. Según el eurodiputado Raphaël Glucksman, “es la primera aplicación para jóvenes en Europa propiedad de un régimen que quiere debilitar nuestras democracias".
El documental describe a esta aplicación como “una revolución tecnológica cuyo sistema de gestión de contenidos sigue siendo opaco”. Se trata de una red de entretenimiento en torno a videos musicales cortos, con un algoritmo vertiginoso capaz de generar contenidos ultra personalizados al usuario, al tiempo que recaba información personal. Su sinfín de contenidos resulta especialmente atrayente para los jóvenes, convirtiéndose en “una especie de opio digital”.
En 2018, TikTok, seguía pareciendo una simple herramienta de entretenimiento. Pero en 2019 se detectaron las primeras señales de injerencia china en las manifestaciones en Hong Kong. El documental muestra evidencias de bulos en contra de los manifestantes prodemocracia. También aporta pruebas de interferencia china en las elecciones presidenciales en Taiwán en enero de 2023. Y resalta la alianza geoestratégica entre Vladimir Putin y el líder chino Xi Jinping coincidiendo con la guerra de Ucrania, y las posibles vinculaciones con TikTok.
‘Ya no siento nada’
David Borenstein, director del documental, defiende que son muchas las personas y empresas que hacen el negocio del siglo jugando con las emociones y sentimientos en la era digital.
El documental muestra varios ejemplos. Como en Moldavia, donde un oscuro consorcio azuza los miedos de miles de internautas. Elena, una cirujana, gana más infundiendo bulos que en su profesión habitual. Ella le ha sacado partido al infundio que proclama que el rastro de los aviones son estelas químicas nocivas.
O en China, donde la empresa Shengxi Entertainment explota el amor virtual. Adiestra a jóvenes streamliner para que desde sus incontables dormitorios falsos exalten, con dulces palabras, la imaginación de sus usuarios masculinos. Jin es la estrella de esta fábrica de amor. Sus empleadores están convencidos de que las relaciones virtuales pueden sustituir a las reales.