'Historia de nuestro cine' se asoma al true crime con dos capítulos de 'La huella del crimen'
‘Historia de nuestro cine’ posa su mirada en el fenómeno true crime y profundizará en los mecanismos que hay detrás de las historias basadas en crímenes reales. Para ello, recupera dos capítulos de la serie de RTVE ‘La huella del crimen’ (1985): ‘Jarabo’(Juan Antonio Bardem) y ‘El crimen de las estanqueras de Sevilla’ (Ricardo Franco).
En la charla intervendrán el productor, guionista y director Ramón Campos, cofundador de Bambú Producciones. Entre sus últimos trabajos destaca la serie ‘El Caso Asunta’ (2024); Paz Velasco de la Fuente, criminóloga y jurista especializada en personalidad psicopática y delitos violentos y autora del blog ‘Criminal-mente’, centrado en la divulgación sobre la mente y la conducta criminal; y junto a ellos el crítico cinematográfico del diario El País y colaborador del programa Javier Ocaña. La presentación de ‘Jarabo’ correrá a cargo del historiador cinematográfico y director artístico de Cineteca Matadero, Luis E. Parés.
‘Jarabo’ (1985)
La historia del cuádruple asesinato ocurrido el 21 de julio de 1958, dirigido por Juan Antonio Bardem y escrito por Alfredo Mañas, con Sancho Gracia, María José Alfonso, y Miguel Palenzuela. El asesino pertenecía a una adinerada familia de gran influencia política y se hacía llamar José María Jarabo Pérez Morris. La Policía descubre tres cadáveres en un domicilio particular, el de Emilio, su esposa y la criada. El cuarto asesinato, el de Félix, se produce en una tienda de empeños. Emilio y Félix eran socios en un negocio de compra y venta. Jarabo llegó a casa del primero reclamándole un anillo y una carta de empeño. En su declaración Jarabo confiesa haber cometido los crímenes para salvar el buen nombre de la mujer de la que estaba enamorado. Fue condenado a garrote vil y ajusticiado.
‘El crimen de las estanqueras de Sevilla’ (1991)
En julio de 1952, en el interior de un estanco de la calle Menéndez Pelayo de Sevilla, se encontraron bañadas en sangre a las dos hermanas solteronas propietarias del negocio. Nada apareció revuelto y nada se llevaron los asesinos. La justicia se cebó en tres parias con numerosos antecedentes. El 4 de abril de 1956 fueron ejecutados en el garrote vil lanzando gritos de inocencia. Nunca se supo el móvil ni la razón del ensañamiento. No apareció el arma homicida, ni fue hallada en el estanco una sola huella de ninguno de los tres inocentes agarrotados. Este capítulo está dirigido por Ricardo Franco.