La Lotería de Navidad es el impuesto de la felicidad y "el sueño de cualquier ministro de Hacienda"
- En España, la participación en el sorteo extraordinario supera la de las elecciones generales
- 25,7 millones de personas juegan a la Lotería de Navidad y contribuyen a las arcas públicas
La Lotería de Navidad es el impuesto a la felicidad y la ilusión, además de convertirse en "el sueño de cualquier ministro de Economía o Hacienda", según asegura a RTVE.es el profesor Fernando Ramos-Palencia, del Departamento de Economía, Métodos Cuantitativos e Historia Económica de la Universidad Pablo Olavide. Este economista explica que en el Sorteo Extraordinario del 22 de diciembre juega gente de todas las clases sociales.
El fenómeno de la compra en compañía extendido en España en el entorno familiar, laboral y social "reduce el carácter regresivo de las loterías, ya que atrae a las clases más ricas", apunta Ramos-Palencia. En general, los juegos de azar hacen mella en los bolsillos de los estratos socioeconómicos más bajos, solo hay que ver la distribución geográfica de las casas de apuestas, cuya concentración aumenta en los barrios más desfavorecidos y convierte en ludópatas cada vez a chicos más jóvenes.
Si las administraciones de loterías venden toda la emisión, un total de 193 millones de décimos que se han puesto en circulación este año, Hacienda recaudará 3.860 millones de euros solo con la venta, sin contar los impuestos de los premios.
Razones fiscales
"Todas las loterías del mundo existen por razones fiscales, por razones recaudatorias. En este sentido, las loterías públicas constituyen un impuesto regresivo (pagan quienes menos tienen) pero con el sorteo extraordinario la regresividad se reduce mucho y se convierte casi en un impuesto proporcional", señala este experto de la universidad sevillana. Habría que realizar encuestas detalladas para demostrarlo con datos empíricamente.
En principio, las personas de renta media-baja invierten proporcionalmente más dinero en juegos de azar que aquellas de renta alta. Asimismo las ventas de loterías están inversamente relacionadas con los niveles de educación (a más estudios menos consumo), Ramos-Palencia añade que los hombres gastan más dinero en juegos de azar que las mujeres y que históricamente las sociedades católicas eran más propensas al consumo de loterías que las protestantes.
Según el informe Juego y Sociedad 2023. Actitudes y hábitos de los españoles sobre el juego del Consejo Empresarial del Juego, 25,7 millones de españoles juegan a la Lotería de Navidad, mientras que la mitad prueban suerte con la Lotería del Niño, 13,8 millones. En España, solo las elecciones generales igualan la participación ciudadana del sorteo extraordinario y no siempre, en la última convocatoria de 2023 se quedaron por debajo con 24,9 millones.
Participar con la esperanza de que te toque El Gordo es un acontecimiento nacional, habitualmente compra billetes para este sorteo entre el 73% y el 75% de la población entre 18 y 75 años.
Una práctica generalizada
Más allá de las razones que explicaban su origen a mediados del siglo XIX, llenar las menguadas arcas públicas, el consumo de lotería de Navidad se transformó en una práctica social institucionalizada, es decir, devino otra costumbre equivalente a comprar adornos navideños o que las ciudades dediquen un cuantioso presupuesto a iluminar las calles en estas fechas.
En el caso del anuncio del sorteo extraordinario, supone en España un acontecimiento publicitario similar al intermedio de la retransmisión de la final de la Super Bowl en Estados Unidos. En la memoria colectiva, alguno recuerda al calvo de la Lotería, que protagonizó los spots a principios de siglo, y para el actor protagonista puede ser un trampolín a la fama.
La lluvia de millones del 22 de diciembre se concreta en un total de 2.702 millones de euros en premios, el 70% de la emisión del sorteo, mientras que en el año 2023 repartió 2.590 millones, por lo que la cantidad aumenta en 112 millones de euros.
Los acertantes de la máxima categoría de la Primitiva o el Euromillón obtienen mayores premios, pero sus probabilidades son muchísimo más pequeñas. La recompensa de acertar en las apuestas deportivas como la Quiniela es mucho menor. Además, es difícil comparar la lotería con los juegos online por su mayor grado de adicción y porque las cantidades apostadas son muy variables.
Ramos-Palencia indica que la compra online en administraciones famosas como La Bruixa d'Or de Sort puede aumentar, pero duda de que se generalice por el factor de la compra compartida, ya que "si tú compras un décimo de Navidad por internet y resulta premiado el importe es única y exclusivamente para quien ha pagado la apuesta. En ese caso, cómo haces para compartir o regalar un décimo. Demasiado complicado".
Los mismos motivos
Los motivos para comprar Lotería de Navidad no cambian. Alrededor de este sorteo se desencadena una presión social difusa en la que se combinan la costumbre, la tradición, la idea de que con él comienza la Navidad, el intercambio social, las necesidades de financiación de las asociaciones, clubes deportivos, cofradías y hermandades de Semana Santa, que obtienen de la venta de participaciones una parte relevante de sus recursos.
En concreto, se mantiene una elevada proporción de compradores de participaciones de asociaciones de todo tipo: casi dos de cada cinco de los que juegan llevan este tipo de participaciones, es el 39,5%.
Otro factor desencadenante es la “envidia preventiva”, la sensación de que les puede tocar a otros, especialmente a los conocidos o a los compañeros de trabajo, que seguramente sea el resorte más efectivo a la hora de rascarse el bolsillo.
El décimo sigue arrasando
Los canales de venta varían lentamente, se incrementa la compra on line y retroceden un poco las ventas en los despachos tradicionales de Lotería. Entre los que participan en el sorteo de El Gordo, el 88,9% compra décimos o participaciones en papel, el 11% la compra por internet, pero la mayor parte de este porcentaje también lleva participaciones o décimos (9,2%).
En grandes cifras, según la última memoria publicada (2023), la Sociedad Española de Loterías y Apuestas del Estado vendió 9.956 millones de euros, de los que 6.184 millones fueron a premios.
El informe de CEJUEGO concluye que "da la impresión de que esta lotería se hubiera convertido en un ritual en el que se repiten escenas y acciones, lo que refuerza su dimensión de acontecimiento nacional. Su valor es el mismo que tienen otros ritos: reforzar los lazos de la comunidad en torno a la repetición de acciones, lo que sitúa estos actos más allá de la racionalidad económica para localizarlos en el ámbito de interacción simbólica". La Lotería de Navidad más que un juego, una tradición.