El trabajo de hacer reír, según los guionistas
Marta Sánchez Guillén, guionista de comedia: “No hay que buscar el chiste por el chiste. Tiene que tener una historia potente y un conflicto”.
Campeones, El buen patrón, La Llamada,… son muchas las comedias grabadas en el imaginario colectivo español. Revívelas en RTVE Play
Para escribir hay que empezar a escribir. Aunque uno de los mayores retos en esa tarea sea el papel en blanco. “Cada guion es una pelea distinta, cada película o serie nueva, vuelves a tener miedo de quedarte sin ideas”, asegura el guionista Diego San José en el pódcast “Se armó la broma” de RNE Audio. A pesar de haber escrito taquillazos como Ocho apellidos vascos, Ocho apellidos catalanes, Superlópez o El pregón, el guionista reconoce sentir ese vértigo cada vez que comienza un nuevo trabajo.
Sin embargo, la práctica hace el maestro. Y en el universo de la comedia, Billie Wilder, es uno de ellos. El director, guionista y productor estadounidense es considerado uno de los cineastas más influyentes del cine clásico de Hollywood, gracias a su capacidad para abordar temas sociales complejos con sentido del humor.
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Wilder es uno de los referentes de la también guionista Marta Sánchez Guillén. Así lo cuenta en el primer episodio de “Se armó la broma” la escritora de películas como Thi Mai, Menudas piezas o Papá o mamá, además de las míticas series de televisión Aída y 7 vidas, entre otras. De él aprendió que “estando muy triste, puedes escribir muy buenas comedias”. Ella asegura que no teme al papel en blanco. “Escribir mucho y reescribrir” es su arma secreta.
No obstante, la amplia oferta de productos audiovisuales que hay en la actualidad puede afectar al trabajo del guionista. “Eso te hace estar siempre en busca de algo especial que haga que el espectador se enganche al instante y no cambie de contenido”, explica Sánchez Guillén. “Eso crea un poquito de ansiedad. Te sientes muy presionado porque los productos se queman muy rápido”, añade.
Las claves para una buena comedia
Se suele pensar que quien se dedica al humor tiene que ser una persona graciosa, al igual que se entiende que para ser cantante hay que tener una voz prodigiosa. En cambio, eso no siempre se cumple. En ninguno de los dos casos. “Los guionistas solemos ser bastantes sosos cuando estamos en sociedad. Por ejemplo, yo no sé contar chistes, se me da fatal. Escribo gags, es completamente distinto”, cuenta Sánchez Guillén.
“Los guionistas solemos ser bastantes sosos cuando estamos en sociedad. Por ejemplo, yo no sé contar chistes, se me da fatal. Escribo gags, es completamente distinto“
En comedia, un gag es un giro cómico inesperado. Su función es hacer reír al espectador, originalmente, sin emplear las palabras y haciendo uso únicamente de imágenes. Uno de los primeros de la historia aparece en L’Arroseur Arrosé, de los hermanos Lumière en 1885, considerada la primera película de humor de la historia del cine.
La guionista opina que hay fórmulas que siempre sacarán alguna carcajada al público, como la típica caída al suelo de un personaje. También, las situaciones excesivamente trágicas. Ya sea Billie Wilder en Estados Unidos o directores como Berlanga en España, son numerosos los ejemplos de que, de situaciones dramáticas pueden nacer grandes comedias. “Somos así, si vemos a alguien sufrir, pues te ríes más”, apunta Sánchez Guillén.
El guion es el origen, pero no lo es todo; en una película hay muchos más factores: el ritmo, los silencios, la posición de la cámara… y, sobre todo, la interpretación de los actores. Para la guionista es esencial que el actor se tome en serio su papel, sin la pretensión de ser gracioso. “Nunca tienes que ser gracioso en una película de comedia, porque seguramente eso te lleve al desastre […]. El espectador verá la trampa y dirá ‘este quiere hacer que me ría’”.
“Yo creo que no hay un truco para hacerlo bien, pero sí para evitar hacerlo mal”, señala Diego San José. El que fuera guionista de programas como Vaya semanita o La noche de José Mota considera que copiar chistes de otros y dar siempre la razón al espectador son algunos de los ingredientes prohibidos de esta receta secreta.
“Yo creo que no hay un truco para hacerlo bien, pero sí para evitar hacerlo mal“
A él le gusta “ponérselo difícil” al público, cuando se trata de temas con peso moral. “Intenta al menos que se vea confrontado, que le lleves la contraria para que tenga que tomar una decisión”, añade.
Reflexionar a través de la risa
De los guionistas nacen las historias. Ya sea para películas, series o monólogos se encargan de construir el chiste que nos hace reír, aunque en ocasiones la realidad supere la ficción. La comedia, por su parte, puede convertirse en un paraguas a la hora de abordar asuntos controvertidos y de calado social al mismo tiempo. Política, alcoholismo, violencia, sexualidad, religión… son temas recurrentes.
Cuando bromeamos sobre una ruptura amorosa, es síntoma de que la hemos superado o, al menos, estamos en proceso de ello. Según Diego San José, lo mismo ocurre cuando se tratan temas polémicos en clave de humor: “La comedia es la primera señal inequívoca de que algo se está cicatrizando”.
Porque los seres humanos somos los únicos capaces de entender una broma y recapacitar sobre ello al mismo tiempo. “No se trata de hacer un chiste para que te digan ‘¡qué valiente eres!’, sino que sea gracioso, que no sea facilón y que esconda una reflexión que sea lucida”, explica San José.
“No todo es brocha gorda, no hay que buscar el chiste por el chiste. Tiene que tener una historia potente y un conflicto“
Lo mismo piensa Marta Sánchez Guillén. Para ella, en la escritura de los textos “no todo es brocha gorda, no hay que buscar el chiste por el chiste. Tiene que tener una historia potente y un conflicto”.
Un género popular, pero no premiado
En España, el cine de comedia es cada año el género cinematográfico preferido por la audiencia. Según datos del Ministerio de Cultura, las cintas de humor son las que más espectadores reúnen ante la pantalla y las que más recaudación generan. Por ejemplo, de las cincuenta películas más taquilleras del año pasado, veintidós son comedias.
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Sin embargo, el reconocimiento del público no siempre va de la mano con el de la crítica. Este género no suele encontrarse en las listas de nominaciones a grandes premios, ni tampoco recibir numerosas estatuillas. El buen patrón, protagonizada por Javier Bardem, es en estos momentos el último largometraje con tintes cómicos que ganó un Goya a la mejor película, en 2022.
Generar grandes taquillazos y la conexión del público son el late motive de las películas de comedia. Es lo que opina Diego San José: “Eso hace que hagas grandes historias, pero, tal vez algo más sencillas, menos complejas, y no tanto una película de festivales o de prestigio. Creo que porque la comedia se enfoca para ser un género comercial y eso no le pasa al drama”, concluye.
*Jesús Polo, alumno del Máster de Reporterismo 360º de la Universidad de Zaragoza y RTVE, supervisado por la redactora jefe del área de Sociedad de la RTVE Noticias, Esther G. Pérez.