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La realidad de los menores extranjeros no acompañados: "No tenía miedo, solo pensaba en cruzar y buscar algo mejor"

  • Casi 5.000 menores no acompañados llegaron a España por vía marítima en 2023, un 104% más que el año anterior
  • RTVE habla con dos de ellos, que relatan cómo llegaron a España en busca de una nueva vida

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Llegada de migrantes irregulares africanos a Canarias
Llegada de migrantes irregulares africanos a Canarias. EFE

Seis horas nadando en plena oscuridad son las que estuvo Ilyes para conseguir llegar a Ceuta. Seis horas en las que solo pensaba en su futuro. Tenía 17 años.

Moha tenía 14. Él permaneció más de cuatro horas en los bajos de un autobús. Su viaje fue desde Tánger hasta Algeciras, por carretera y en ferry. También soñaba con ese futuro mejor.

Las historias de Ilyes y Moha, que se pueden escuchar en el podcast de RNE “Sin Estigmas: Historias de llegadas”, se repiten cada día. En 2023, casi 5.000 menores no acompañados llegaron a España por vía marítima. Un 104% más que el año anterior según el Informe de la Fiscalía General del Estado. La mayoría lo hicieron a Canarias y, de allí, se trasladaron a otras autonomías. Aragón recibió 24 menores migrantes, como ha comunicado la consejería de Bienestar Social y Familia.

Aunque muchos los denominan por el acrónimo “menas”, estas siglas solo representan una categoría jurídica. Son niños y adolescentes que llegan solos a España, sin sus padres o sin ningún otro adulto. Huyen de la pobreza, hambre, guerra o falta de oportunidades que sufren es sus países de origen.

Una trabajadora de la Cruz Roja atiende a uno de los menores recién llegados al Puerto de La Restinga

Una trabajadora de la Cruz Roja atiende a uno de los menores recién llegados al Puerto de La Restinga

La mayor parte de los menores migrantes son hombres, solo el 6% son mujeres. Respecto a la procedencia, el 60% proceden del Magreb, concretamente de Marruecos —como nuestros protagonistas Ilyes y Moha— y de Argelia. El 20% de África Occidental, de Senegal, Mali y Mauritania. Y, en menor medida, de Europa del Este y Oriente Medio.

La integración, clave en su futuro

Tras más de seis horas a nado, lo primero que hizo Ilyes Jebroun cuando pisó Ceuta fue avisar a sus padres. Entristecidos al conocer la decisión de su hijo de emigrar en “busca de algo mejor”, pronto lo comprendieron. “Saben que es lo que hay”, explica en declaraciones a RTVE.

Cruz Roja fue la primera asociación que le ayudó. Luego pasó por el centro de menores de La Esperanza en Ceuta y, finalmente, fue derivado a Aragón. Estuvo dos años en una casa de acogida de ACCEM Aragón y después pasó al programa 17+, que abarca la independencia del menor migrante, poniendo la atención en su inminente vida adulta. “Cuando vienes todo es difícil, como el idioma. Empiezas a estudiar y a hablar con la gente, y poco a poco empiezas a acostumbrarte al mundo”, cuenta.

Ilyes en la casa de acogida de Añón del Moncayo y, actualmente, trabajando como montador de muebles

Ilyes en la casa de acogida de Añón del Moncayo y, actualmente, trabajando como montador de muebles RTVE

Sus mañanas las pasaba en la escuela y por las tardes continuaba su adaptación en la casa de acogida. “Te ayudan a preparar tu futuro a la vez que estudiar el lenguaje”, detalla. Así estuvo varios años y, cuando consiguió dominar el idioma y ser más autónomo, estudió una FP de Cocina en Borja (Zaragoza).

Ahora tiene 20 años. Ha realizado sus prácticas de Cocina y, en estos momentos, está trabajando en una empresa como montador de muebles. Su sueño: abrir su propio negocio. “Sí, un restaurante, ¿por qué no?”. “Empezar a moverme solo. Ser más libre”, concluye.

El papel de las comunidades autónomas

Hasta que alcanzan la mayoría de edad, son las administraciones públicas quienes se encargan de su tutela. A finales de 2023, el Registro Central de Extranjeros contaba con más de 15.000 personas de entre 16 y 23 años.

En Aragón hay 134 menores migrantes no acompañados tutelados por la autonomía

En estos momentos, en Aragón hay 134 menores migrantes no acompañados tutelados por la autonomía, según la consejería de Bienestar Social y Familia.

Los gobiernos, autonómicos y central, implantan programas destinados a este colectivo. El Ministerio de Migraciones asigna más de un millón y medio de euros diarios. Parte lo reciben las comunidades, pero esta financiación solo cubre el primer año de atención y estancia. El resto del proceso, normalmente hasta que alcanzan los 18 años, lo deben asumir las autonomías.

Aragón cuenta con 104 plazas, gestionadas por el Ejecutivo autonómico, para atender a menores migrantes no acompañados durante esa primera fase de valoración. Pero aquí no acaba el proceso. Cuando van adquiriendo autonomía, se les destina a programas para la transición a la vida independiente. En estos hay 105 plazas activas y son las entidades sociales aragonesas quienes se encargan del trabajo. Pueden estar en ellos hasta que cumplen los 23 años.

De menor migrante a integrador social

La historia de Mohamed Bouauda, recogida en el podcast de RNE “Sin Estigmas: Historias de llegadas”, es otro ejemplo de superación. Trabaja en ACCEM Aragón, una organización sin ánimo de lucro que ayuda a personas en situación de vulnerabilidad. Moha acompaña a los que un día fueron como él. Tanto a nivel laboral como en formación personal y económico residencial, sobre todo, en el periodo de transacción a la vida autónoma.

Los desafíos que se encuentran estos chavales es el idioma. Cuando les apuntas a cualquier actividad, a la hora de comunicarse y entender, ese tiempo de adaptación lo tienen que pasar”, expresa. Una adaptación que, en ocasiones, cuesta más. “Hay clasismo. Según cómo te llamas, te pican de una manera u otra. Suele haber miradas, gestos”, reconoce. Contra estas acciones, lucha cada día. Porque Moha quiere una sociedad futura “abierta”. “Sin etiquetas ni prejuicios”, sentencia.

Moha a su llegada a España

Moha a su llegada a España RTVE

No olvida cómo llegó a España. Tenía 14 años. “Mi viaje fue desde Tánger hasta Algeciras, escondido en los bajos de un autobús. No tenía miedo, solo pensaba en poder cruzar y buscar algo mejor”, recuerda. Cuando pisó la península, la Guardia Civil le interceptó y comenzó su paso por varias casas de acogida en Andalucía. Luego estuvo en la Fundación CEPA, la Asociación Orwell Castilla-La Mancha y finalmente acabó en ACCEM Aragón.

Y, precisamente, por todo lo que ha pasado, se ha hecho integrador. “Me sentía con el deber de ayudar como me ayudaron a mí. Me veía capaz de poder hacer lo mismo que hacían los profesionales que tuve en la casa de acogida. Eran mis referentes”, reflexiona, tras considerar que “vivirlo desde dentro, aporta mucho a la hora de trabajar”.

Doce entidades aragonesas volcadas en este colectivo

Aragón cuenta con dos programas de acogida. Uno de autonomía dirigido a menores migrantes de 16 años. “Viven todos en un centro y tienen asistencia 24 horas con educadores”, cuenta al Instituto RTVE Federico Abizanda, responsable de programas autonómicos de ACCEM Aragón.

Y el programa 17+, un programa pionero en España enfocado en la independencia para la inminente vida adulta. “Se crea para que los menores migrantes sigan teniendo ese apoyo una vez cumplan la mayoría de edad y no se queden fuera del sistema”, aclara. “Viven en un piso de estudiantes y tienen asignados unos trabajadores sociales que les acompañan, pero no las 24 horas. Además, estudian o trabajan”, expone.

Una actividad del programa 17+ de ACCEM

Una actividad del programa 17+ de ACCEM RTVE

Según Abizanda, estos programas de acogida se traducen en “historias de éxito”. “Más del 80% de los menores migrantes consiguen integrarse en la sociedad: encontrando trabajo, completando su formación o accediendo a la vivienda”.

Las entidades que se encargan de decidir qué programa y qué destino se adapta mejor a la situación y edad del menor migrante son: Ozanam, Fundación Picarral, Aldeas infantiles, FEPAS, CEPAM, San Ezequiel Moreno, FAIM, YMCA, Fundación SAMU, Kairós, APIP-ACAM y Accem.

Las rutas migratorias cambian, pero la situación en los países de partida no

La migración siempre ha existido. Las personas se mueven de un lugar a otro, generalmente, por causas económicas o sociales. Y los menores no son una excepción. Para Chabier Gimeno, doctor en Sociología por la Universidad de Zaragoza, la presión que está recibiendo ahora Canarias, con la llegada de más de 40.000 migrantes en 2024, se debe a las variaciones de las rutas migratorias. “Cambian en función de la presión que ejercen los gobiernos para cerrar fronteras. Antes la sentía la costa italiana”, explica.

Lo que no cambia —dice— es la situación los países de partida, que afecta en mayor medida a los menores. Precisamente, por esa condición de menores, la legislación internacional, la Convención sobre los Derechos del Niño, les permite una mayor protección.

Mientras en África no haya condiciones de vida, los menores seguirán migrando

Una “ventaja migratoria” para uno de los colectivos “más vulnerables”. “Sin papeles tienen los mismos derechos que una persona que sí que los tiene. Hay que proteger a estas personas, hacerse cargo de ellas, y esta vía también la exploran”, apunta.

Pero para Gimeno, los menores migrantes son también uno de los colectivos “más estigmatizados” en la sociedad. “Se debe al aumento del nacionalismo, ha generado un discurso de odio frente a la migración”, expresa. A pesar de ello, estas personas “aprovechan mucho las oportunidades”. “Consiguen trabajo a los 18 años para que a los 21 sean completamente independientes”, detalla.

Chabier Gimeno cree que este ciclo migratorio es “imparable”. “Mientras en África no haya condiciones de vida, los menores seguirán migrando”, asegura. “Vendrán a Europa, porque la juventud ha internalizado el discurso de que moverse te da acceso a ser global, tener esa vida estándar que quiere todo el planeta”, concluye.

Sin Estigmas

Profundizamos en la realidad de las personas migrantes en Aragón buscando romper los estigmas que pueden acarrear. Para conocer sus historias de superación, puedes seguirnos en @sinestigmas_z.

RTVE

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