OnlyFans, el precio de la intimidad a golpe de clic: “El problema llega cuando se cruzan las líneas rojas”
- OnlyFans se creó en 2016, aunque no consiguió popularidad hasta 2020, cuando permitió contenido para adultos
- Expertos analizan el debate abierto en torno a la plataforma, la pornografía y su relación con la prostitución
En 2024, Lily Phillips se acostó con 101 hombres en un día. Un acto que causó revuelo en redes sociales y dejó comentarios como “la salud mental es lo primero” o “qué necesidad había de hacer eso”.
El objetivo, según alegaba en su TikTok la influencer de OnlyFans —plataforma que permite a los creadores monetizar su contenido—, era “entrenarse” para poder acostarse con 1.000 hombres y poder batir así el récord que había alcanzado la actriz porno Lisa Sparks, quien se acostó en 2004 con 919 hombres en 24 horas. Meses después esa cifra ha sido superada por otra influencer, Bonnie Blue, quien ha asegurado haber tenido relaciones sexuales con 1.057 hombres en 12 horas.
Phillips, a pesar de explicar que la experiencia había sido dura —en un documental titulado I Slept With 100 Men in One Day, producido por Josh Pieters—, ha continuado con sus retos. Actos que han vuelto a poner en duda en redes sociales tanto a las creadoras de contenido, como a los que se prestan para crearlo, a los que lo consumen y, por supuesto, a OnlyFans. Una plataforma que se creó en 2016 para que los creadores fuesen dueños de su potencial y pudiesen monetizarlo, según explican en sus términos de uso. Sin embargo, su auge de popularidad no lo adquirió hasta 2020, cuando empezó a permitir contenido para adultos, interacciones con los creadores —en su mayoría mujeres— y empezaron a llegar celebridades, como Bella Thorne, una figura clásica de Disney.
En los inicios, OnlyFans tenía alrededor de 348.000 creadores de contenido, según los datos del portal de estadísticas Statista. El último dato, de 2023, refleja que el número de creadores ha sobrepasado los cuatro millones.
No es fácil encontrar personas que reconozcan que son usuarios de los servicios que ofrece OnlyFans. Tanto el consumo de los contenidos, como su creación, parece que se hace de forma clandestina y anónima, ya que, generalmente nadie reconoce pagar por este tipo de contenido. A través de Instagram, Elisa y Alba, (ambos nombres ficticios), relatan que comenzaron en OnlyFans para ganar un dinero extra, pero en ningún caso es su único modo de vida, y ambas dan mucha relevancia a guardar su identidad y que su vida digital no traspase a su vida personal fuera de la plataforma.
“Mi rostro jamás lo muestro“
Elisa, 40 años, lleva casi cinco años creando contenido. Comenzó cuando estaba en paro y desde el principio tenía claro que era importante ocultar su identidad: "Mi rostro jamás lo muestro", asegura. Una confidencialidad que, explica, mantiene para evitarse "situaciones incómodas" en futuros trabajos. Elisa es consciente de que muchas personas critican lo que ella hace, y reconoce que trabajar en OnlyFans requiere "mucha estabilidad emocional y paciencia", ya que a veces no sabe cómo vender el contenido. La mayoría de sus compañeras —explica— "lo hacen por el dinero y mayormente no les gusta el sexo".
Por su parte, Alba se abrió un perfil en OnlyFans durante la pandemia para conseguir "dinero extra". En su caso, cinco años después ya no sube contenido a la plataforma, pero tampoco ha cerrado su cuenta: "Por si alguien se subscribe ese mes y gano, aunque sea, 40 euros", asegura. Solía subir fotos eróticas (nada de desnudos) mostrando su cara, pero prefiere que que se guarde su identidad para que no afecte a su trabajo.
¿Cómo funciona OnlyFans?
La plataforma tiene un uso parecido al de cualquier red social. Según los términos de la propia aplicación, para empezar a subir contenido, sólo se exige un carnet de identidad, junto a una foto que lo verifique, y el número de cuenta en el banco.
Mientras tanto, los fans —como los denomina la propia plataforma— necesitan un email y contraseña, tener más de 18 años y aceptar el pago del contenido de la plataforma que puede oscilar entre 4,99 y 49 dólares. Además, pueden interactuar con ellos y pedirles contenido exclusivo previo pago. OnlyFans cobra como comisión el 20% del dinero que aporta el fan.
Un espacio blanqueado del sexo
Existen diversas opiniones respecto a la plataforma, ya que el uso que se le da a OnlyFans dista de lo que pretendía ser en su origen. Algo que denuncia la Federación de Mujeres Jóvenes a través de su informe “OnlyFans: Un espacio blanqueado del sexo”, en el que remarcan que este portal tiene mayormente contenido pornográfico realizado por mujeres y que los cambios de la plataforma surgieron en 2018 cuando Leo Radvinsky, empresario y productor de cine para adultos, compró el 75% de esta red social.
“Hay una pornificación constante de las mujeres a nuestro alrededor“
“Las mujeres que venden su contenido explícito de repente son creadoras de contenido, los proxenetas ahora son managers o agencias y los puteros, ahora, son fans”, asegura Laura Barrios, presidenta de la Federación de Mujeres Jóvenes, quien denuncia que OnlyFans y su entorno blanquea la plataforma cambiando la denominación de los términos.
Además, explica que la red social ofrece beneficios, como que cada creadora puede ser su propia jefa y tener sus horarios, pero en realidad estas ventajas laborales tienen un coste, como la estigmatización y la filtración de contenido. Además, les sorprende que la propia plataforma se pone siempre en contacto con mujeres, en vez de con hombres, y eso se debe a que “hay una pornificación constante de las mujeres a nuestro alrededor". Barrios considera que para ellas pasar de subir una foto semidesnuda de Instagram a OnlyFans "no significa nada" e incluso hay mujeres que llegan a tener relaciones y contacto físico con sus fans, asegura.
Además, insiste en que los managers y agencias que han surgido para “ayudar” a las creadoras a gestionar su contenido —que también se llevan un porcentaje de las ganancias— “se aprovechan de ellas”, al igual que lo hace la plataforma, y que los usuarios que pagan por el contenido siempre niegan el consumo.
“El problema llega cuando se cruzan las líneas rojas”
Históricamente, el desnudo ha sido visto como algo íntimo y privado. Sin embargo, según asegura la psicóloga sanitaria y sexóloga, Beatriz Aguilar, el avance de los movimientos feministas y la liberación sexual han desafiado estas creencias, además de los cambios generacionales —que tienden a tener actitudes más liberales hacia la desnudez—.
“El problema llega cuando se cruzan las líneas rojas”, asegura Aguilar, ya que “a pesar de que pueda parecer que detrás hay un empoderamiento económico, siempre se han sexualizado los cuerpos femeninos para satisfacer las necesidades masculinas”. Por ello, explica que habría que saber cuándo es una elección y cuándo una necesidad, aunque, insiste, en que OnlyFans, en ocasiones, no deja de ser un blanqueamiento del trabajo sexual.
Por otro lado, Aguilar expresa que es entendible que se pueda utilizar la plataforma como medio para aumentar el deseo sexual, pero que existen otras vías para hacerlo, como las novelas y los pódcast eróticos, ya que, la gratificación instantánea en este tipo de plataformas “puede crear problemas en la vida real sobre el consentimiento, las prácticas sexuales y sobre el derecho que creen los usuarios que pueden tener para acceder a la intimidad de las mujeres sin considerar los límites”, asegura.
Aunque los riesgos también existen para las creadoras, como la explotación, coacción, presión económica, estigmatización y doxing (exposición de información personal), expone Aguilar.
La huella digital: ¿es posible borrar todo el contenido?
A pesar de que los términos de OnlyFans aseguran que está prohibido copiar, descargar o compartir el contenido, e incluso ofrezca ayuda en caso de que esto ocurra, las filtraciones están a la orden del día. Algo que puede afectar a las creadoras de contenido en la plataforma.
Aunque este no es el único problema. Mara Palomino, especialista en eliminación de contenido digital de Égida —una consultora legal que da asesoramiento jurídico en internet— explica que, cuando surge este inconveniente, si el contenido se encuentra expuesto públicamente en una página, foro o red social, se le puede pedir a la plataforma que lo elimine. El problema surge —explica— cuando acaba en un grupo privado, descargado o en una página cuya sede se encuentre en un país donde no haya leyes de derechos de autor.
“Hay páginas web pornográficas que están programadas para duplicar el contenido de otras páginas“
Además, insiste en que la cuestión va más allá, ya que hay páginas web pornográficas que están programadas para duplicar el contenido de otras páginas. También comenta que, aunque se pueda actuar sobre el buscador, la página web y el servidor, nada está exento: “Yo puedo decirle a Google que una página está infringiendo mi propiedad intelectual y pedirle que lo borre. Este ocultará el enlace en su motor de búsqueda, pero si buscas en Bing, lo vas a encontrar”. Por ello, los expertos coinciden en tener precaución con todo lo que se publica en internet.
TRIPLE S | Sexo, seguridad y salud
Este reportaje pertenece al proyecto multimedia 'Triple S', que surge ante la falta de información que ha provocado un aumento exponencial de contagios de enfermedades de transmisión sexual en España desde 2002. Desde aquí profundizamos en las noticias relacionadas con el sexo, desde el punto de vista de la salud y la seguridad. Puedes seguirnos en @triple.3_s.