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De las películas X a la pornografía masiva: “La sexualidad adolescente se construye sobre unos cimientos irreales”

  • La sexóloga Verónica Blasco analiza en el pódcast ¡Sí! Aquí hablamos de sexo cómo ha evolucionado el porno
  • Un 97% de niños y un 78% de niñas de 16 años ya han buscado pornografía en internet, según un estudio

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Impacto de la pornografía en adolescentes
Un 97% de niños de 16 años ha buscado pornografía en internet, según datos del Ministerio de Igualdad GETTY

La “nueva pornografía” de consumo masivo online, gratuita e ilimitada está diseñada para hombres heterosexuales que siguen una masculinidad autoritaria y desigual, en donde las mujeres son meros objetos sexuales. “La pornografía no es mala, pero si no se ve y se entiende con las herramientas adecuadas, puede ser perjudicial, sobre todo a según qué edades”, afirma Verónica Blasco, psicóloga y sexóloga, en el pódcast ¡Sí! Aquí hablamos de sexo, donde se analiza cómo ha evolucionado el porno y cómo se concibe desde series, películas o libros.

La pornografía se ha convertido en los últimos años en parte de nuestro día a día. Se trata de una industria que no ha parado de crecer. Y, gracias a internet, ha hecho de este contenido algo accesible, sin restricciones, adictivo, anónimo y objeto de un actual debate político y social que está afectando a gran parte de la población joven. De hecho, un 97% de niños y un 78% de niñas de 16 años ya han buscado pornografía en internet, según datos ofrecidos por el Ministerio de Igualdad.

¿Cómo nace el porno?

La palabra pornografía —según la RAE— se refiere a una “representación explícita de actos sexuales que busca producir excitación”. Ciñéndonos a esta idea, podemos pensar que no es nada nuevo. Sin embargo, el impacto que ha sufrido en los últimos años la ha transformado completamente. Hemos pasado de pinturas en las paredes y revistas eróticas (con mujeres sexualizadas para satisfacer principalmente el deseo de los hombres), a poder acceder a todo tipo de pornografía simplemente buscando “porno” en internet. Un acto peligroso dependiendo de a quién llegue este contenido. 

A día de hoy, más de 12 millones de personas acceden cada mes a webs de contenidos para adultos, lo que se traduce en tres de cada diez internautas en España, según datos aportados GFK DAM —empresa especializada en medir el consumo en multidispositivos digitales—.

Los conejos de Playboy

Dos modelos en una fiesta de la Revista Playboy GETTY IMAGES

Hasta hace no mucho la gente se valía de revistas como Playboy, incluso en 1973 se publicó Playgirl, la primera revista que desnudó a los hombres para el goce de las mujeres. La sexóloga Verónica Blasco apunta que estas imágenes sugerentes podían llegar a ser incluso positivas (salvaguardando la sexualización y los estereotipos en ambos casos). “No se podía ni considerar pornografía, era erótica. Te llegaba una imagen sugerente y te permitía fantasear y trastear en tus propios deseos, lo que te gusta, lo que no… De algo muy “ligero” conseguías algo impactante; ahora es al revés, de algo impactante que te deja el cerebro a 200, luego te lo deja plano”, explica en el pódcast.

Después de las revistas, llegó el cine porno. En España, la primera película con clasificación X se estrenó hace más de 40 años bajo el nombre Lilian, la virgen pervertida. En 1983 se legalizó la pornografía en nuestro país con un gran recibimiento y público. Pero el boom y el descontrol llegó con internet. 

Actualmente, la facilidad con la que se puede acceder influye directamente en el contenido. “Engancha. Vivimos en la sociedad rápida y, si algo tiene la pornografía, es que es muy intensa en el momento y muy brutal, y al final eso produce una serie de necesidades”, cuenta Blasco. Actualmente, todo el mundo puede consumir porno dónde y cuándo quiera. Y no solo eso, acceder a estas imágenes a través de buscadores influye en el tipo de contenido que se recibe. “Si los buscadores ven que no estoy accediendo, poco a poco nos empiezan a mandar estímulos, muchas veces, superiores a lo que se consume”, denuncia.

Adolescentes y porno

Este fácil acceso ha hecho que adolescentes menores de edad accedan sin restricciones, consumiendo un contenido no apto para ellos, que influye directamente en cómo conciben el sexo. 

El contenido tiende a ser violento, desigualitario, con jerarquías de poder, prácticas de riesgo y creación de expectativas ficticias

La adolescencia es una exploración del propio ser, un ensayo y error constante hasta que se va fijando la identidad, una de las etapas más importantes en la vida del ser humano, ya que se presentan grandes retos, tal y como destaca la OMS. En ella, un aspecto fundamental es el cuerpo y los cambios que se van descubriendo en él.

Esta idea es la que ha llevado a muchos países, entre ellos España, a preocuparse por el fácil acceso y el impacto que la pornografía tiene en la adolescencia. El contenido tiende a ser violento, desigualitario, con jerarquías de poder, prácticas de riesgo y creación de expectativas ficticias. Así, la sexualidad adolescente se construye sobre unos cimientos irreales, tal y como apunta Blasco.

El ‘prime time’ del sexo

Aunque ahora el foco se pone en la pornografía como industria, también hay cantidad de contenido audiovisual donde aparece sexo, quizá no de forma tan explícita, pero sí sugerente, que también influye en la concepción del mismo. Normalmente, está representado de una forma idealizada y perfecta, sin ningún pero. “Si no se desmontan todos esos patrones, te los acabas creyendo y la vida en realidad es otra cosa”, señala Blasco, que también destaca las idealizaciones de estos contenidos y los estándares alejados de la realidad.

La pornografía no te deja trastear en cuáles son tus deseos

Todos los oyentes del pódcast ¡Sí! Aquí hablamos de sexo que han participado en este episodio, afirman que no les influye consumir porno en sus propias relaciones. “Creo que soy bastante consciente de que es una ficción, y sé que estas cosas no pasan en el día a día”, relata Juan, un joven de 23 años, (los nombres utilizados son ficticios para guardar la identidad de los oyentes), o María, de 24: “Algunas veces he pensado 'madre mía en comparación con esta gente sí que soy sosa', pero al segundo reflexiono y sé que es todo falso”.

Sin embargo, un informe publicado por Save the Children dice que un 52% de adolescentes les ha influido en sus relaciones de una manera directa e indirecta ver pornografía. Esta situación, tal y como destaca Verónica Blasco, afecta en nuestros propios gustos: “No te deja trastear en cuáles son tus deseos. Me creo lo que estoy viendo y creo que me gusta, porque considero que me tiene que gustar, no porque sea algo que yo desee”.

Porno de mujeres para hombres

Los hombres son los mayores consumidores de pornografía, según las conclusiones publicadas por la ONG Save the Children.

El porno actual es tapar agujeros. Está pensado por y para penes

Si las primeras revistas y películas de contenido sexual iban dirigidas a un público masculino, representando a la mujer como la dominada y sexualizada, a día de hoy sigue siendo así. “El porno actual es tapar agujeros. Está pensado por y para penes”, destaca la sexóloga Blasco. La industria pornográfica es una productora con intereses económicos y, al final, su material va dirigido a satisfacer al público que más la consume.

Impacto de la pornografía

Verónica Blasco, sexóloga en Amaltea (Instituto de Sexología y Psicoterapia en Zaragoza) RTVE

Si bien existe contenido dirigido a todo tipo de orientaciones sexuales y preferencias, la pornografía de consumo masivo está pensada para satisfacer principalmente el deseo de hombres heterosexuales. También, en ocasiones, los hombres comparten esta visión. En una charla en un centro educativo, cuenta Verónica Blasco, muchos jóvenes dicen no sentir excitación ante el porno, “a muchos les parece violenta y les da mal rollo. No solo este efecto se produce en las mujeres, también en algunos hombres”, aclara.

“Nueva pornografía” de consumo masivo online

Contenido sexual podemos encontrarlo en una gran cantidad de series, películas o libros. No en una manera explícita, pero sí erótica.

La obsesión por el porno pueden derivar en problemas que atan la masculinidad de los hombres y la sexualidad de las mujeres, dejándose influenciar por este contenido irreal que nos hace “llegar a un nivel de excitación tan alto, que todo lo que hay por debajo no nos sirve”, concluye la sexóloga. 

TRIPLE S | Sexo, salud y seguridad

Este reportaje pertenece al proyecto multimedia 'Triple S' , que surge ante la falta de información que ha provocado un aumento exponencial de contagios de enfermedades de transmisión sexual en España desde 2002. Desde aquí profundizamos en las noticias relacionadas con el sexo, desde el punto de vista de la salud y la seguridad. Puedes seguirnos en @triple.3_s.

RTVE

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