Educación física: la evolución de la asignatura más querida y odiada por los escolares
- 'Descanso activo' es la innovadora actividad que lleva el movimiento a las aulas
- Deporte continuado, salud mental, compañerismo y alimentación saludable, nuevos pilares de la Educación Física


La educación física ha experimentado una transformación radical en las últimas décadas, pasando de ser una asignatura centrada exclusivamente en el rendimiento deportivo a convertirse en un pilar fundamental para el desarrollo integral del alumnado.
"La educación física de hace muchos años era más técnica, más específica, estudiaba deportes oficiales y se centraba en realizar los ejercicios locomotores a la perfección, la ejecución correcta", recuerda con cierta nostalgia David Gallardo, director del centro Alfonso VI de Toledo y profesor de educación física, quien analiza cómo las nuevas metodologías están revolucionando esta disciplina y creando generaciones más saludables y conscientes.
El enfoque más tradicional de la asignatura, si bien resulta muy efectivo para desarrollar habilidades deportivas concretas, creaba —analiza el experto—una brecha significativa entre el alumnado.
“Aquellos compañeros a los que se nos daba bien, disfrutábamos un montón, y los que no eran tan duchos en la práctica deportiva, pues lo pasaban un poco peor“
Esta división no solo afectaba al rendimiento académico, sino que tenía consecuencias más profundas: muchos estudiantes desarrollaban aversión hacia la actividad física, precisamente lo contrario de lo que la asignatura pretendía fomentar. La educación física se convertía así en un filtro que separaba a los "buenos deportistas" del resto, en lugar de ser una herramienta inclusiva para promover hábitos saludables universales.
André Paradanta
Educación Física como herramienta social y emocional
El cambio de enfoque ha sido radical, desarrollando una visión de la asignatura más global. "No solo tratamos la actividad física, sino que también tratamos el respeto y la salud", explica el docente. "Antes corríamos el peligro de que niños a los que no se les daba tan bien perdieran ese gusto que hace que el deporte te acompañe toda la vida".
“Intentamos inculcar a los chicos que con la actividad física se socializa con respeto, se evaden de las malas emociones“
Los educadores modernos han comprendido que la educación física puede servir como una poderosa herramienta para la gestión emocional, especialmente importante en tiempos donde los problemas de salud mental entre jóvenes van en aumento. El ejercicio se presenta como un aliado natural contra el estrés, la ansiedad y otros desafíos emocionales que enfrentan los estudiantes.
Descansos activos: cuando el movimiento invade el aula tradicional
Una de las innovaciones más revolucionarias en el ámbito educativo son los denominados "descansos activos", una metodología que rompe con la tradicional separación entre asignaturas "de pupitre" y la educación física.
La actividad física es fundamental y hay que realizar, según la OMS, una hora diaria de actividad, eso significa que solo con las clases de educación física no es suficiente. El descanso activo integra el movimiento en materias tradicionalmente sedentarias: "Es hacer las clases de matemáticas o de lengua con actividad. Por ejemplo: el profesor de matemáticas les pregunta a los niños ¿esta operación es correcta? Si no lo es, hacemos tres sentadillas, si lo es damos cinco saltos. Si es en clase de ciencias, el profesor enseña la rotación de la tierra y la traslación alrededor del Sol con vueltas al pupitre y la clase".
Los beneficios de esta aproximación son múltiples: aumenta la actividad física diaria, mejora la concentración, hace las clases más dinámicas y divertidas, y ayuda a fijar conocimientos a través de la experiencia corporal. Numerosos estudios neurocientíficos han demostrado que el aprendizaje asociado al movimiento tiene mayor probabilidad de ser retenido a largo plazo.
Nutrición y hábitos saludables
La transformación de la educación física no se limita al ejercicio, sino que abarca la nutrición y los hábitos alimenticios. Sin embargo, este es uno de los mayores desafíos que enfrentan los educadores.
“La dieta es algo complicado porque a veces las situaciones de las que vienen de casa no son las mejores“
Las diferentes realidades socioeconómicas de las familias dificultan la buena alimentación de los alumnos, también el sedentarismo que han traído las pantallas. "Nosotros hacemos juegos para que los niños vean los componentes de una dieta equilibrada, y en centros como el nuestro hacemos desayunos saludables. En el recreo traemos frutas y lácteos a los niños y niñas". Estas iniciativas no solo buscan mejorar la alimentación durante el horario escolar, sino crear conciencia que los estudiantes puedan trasladar a sus hogares.
'Varea de olivos', una tradición innovadora
La creatividad en la educación física moderna no conoce límites. "También realizamos la 'varea del olivo' en el colegio; con los olivos del cole hacemos nuestro propio aceite de oliva virgen y luego lo tomamos con pan", escribe con orgullo Gallardo.
Este tipo de proyectos transversales conectan la actividad física con el conocimiento del entorno, las tradiciones culturales y la alimentación saludable. Los estudiantes no solo realizan ejercicio durante la recolección, sino que aprenden sobre procesos de producción alimentaria, cultura local y sostenibilidad.
La lucha contra la obesidad infantil: un compromiso educativo
La creciente preocupación por los índices de obesidad infantil ha convertido a los centros educativos en primera línea de batalla contra esta epidemia. "La obesidad es un problema grave actualmente", advierte el director del Alfonso VI. "Nosotros actuamos mediante la sensibilización de las familias, contactando con ellas, y también mediante la acción con los chicos, intentando que hagan esa hora mínima al día que la OMS recomienda de actividad física".
El trabajo conjunto con las familias resulta indispensable. "Queremos que los padres sean nuestros confidentes y que realicen extraescolares deportivas", explica el profesor, destacando la importancia de la continuidad entre lo aprendido en la escuela y lo practicado en casa.
David Gallardo, profesor de Educación Física. André Paradanta
Educación en valores: tolerancia, respeto y autoconocimiento
El nuevo enfoque de la educación física va más allá del desarrollo de capacidades físicas para adentrarse en el terreno de los valores y el crecimiento personal. "Les enseñamos a tolerar sus límites y ver que todo no se nos puede dar bien, que hay deportes que se nos dan mejor, igual que hay otras asignaturas que se nos dan mejor, siempre con respeto", explica.
Esta filosofía ayuda a los estudiantes a desarrollar una relación sana con su propio cuerpo y capacidades, evitando frustraciones y fomentando la perseverancia. El mensaje es claro: no se trata de ser el mejor, sino de encontrar actividades que nos resulten placenteras y nos mantengan activos a lo largo de la vida.
El respeto, tanto hacia uno mismo como hacia los demás, se convierte en un pilar fundamental de estas enseñanzas. La competitividad malsana da paso a la colaboración y el apoyo mutuo —añade el profesor—, creando entornos donde todos tienen cabida independientemente de sus habilidades innatas.
Naturaleza y educación física: una alianza perfecta
La conexión con el entorno natural es otro de los aspectos que la educación física moderna ha recuperado y potenciado. "Tanto en los colegios como institutos hay un bloque muy importante de actividades en la naturaleza", explica el director del centro toledano. "Nosotros, raro es el curso que no hacemos carreras de orientación, senderismo, convivencias en parques o zonas verdes cerca del centro".
Estas actividades no solo proporcionan un contexto diferente para la práctica deportiva, sino que generan conciencia ecológica, fomentan el trabajo en equipo y ofrecen experiencias significativas que difícilmente se olvidan. En un mundo cada vez más urbanizado y tecnológico, estas vivencias en entornos naturales resultan especialmente valiosas para el desarrollo integral de los estudiantes.
Niños durante una clase de deporte en el patio del centro escolar. André Paradanta
Inspirando a las futuras generaciones
David Gallardo, reconoce que un profesor que él tuvo está detrás de su propia motivación profesional: "Yo me hice profe de educación física guiado por mi antiguo profesor, que me marcó el camino"
La educación física moderna no solo busca formar cuerpos saludables, sino también mentes críticas e inspiradas que puedan seguir transmitiendo estos valores a las generaciones futuras. Esta visión de largo plazo es quizás el aspecto más transformador del nuevo paradigma: no se trata solo de aprobar una asignatura, sino de incorporar el movimiento y los hábitos saludables como parte fundamental de nuestra identidad.
La evolución de la educación física desde una disciplina técnica y excluyente hacia un enfoque nutricional e inclusivo representa uno de los cambios más relevantes en el panorama educativo reciente. Las nuevas metodologías, como los descansos activos, los proyectos transversales o las actividades en la naturaleza, están transformando la relación de los estudiantes con la actividad física y sembrando la semilla de hábitos saludables para toda la vida.