Con algo más de dos mil habitantes, Ezcaray está situado en el Alto Oja, una comarca natural de grandes atractivos medioambientales y paisajísticos que cuenta además con una popular estación de esquí a 14 kilómetros. Destaca también por el estado de su casco antiguo, excelentemente conservado, y sus calles y plazas porticadas, donde abundan hoteles y restaurantes que dan fama a una región que acogen cada año a miles de turistas atraídos por su buena gastronomía, sus vinos y su legado histórico y cultural.
28 años | Directora de exportación
Nací en Tarragona, pero mi padre era de Ezcaray y toda la familia nos trasladamos al pueblo cuando yo tenía 9 años. Después estudié Publicidad y Relaciones Públicas en Madrid y me marché a Londres a estudiar inglés, donde estuve dos años. Cuando iba a regresar a Madrid, mi padre me contó que buscaban a alguien de mi perfil para una empresa del pueblo. Decidí probar suerte y me vine. Después di el salto a la empresa familiar que fundó mi abuelo y en la que fabricamos mantas siguiendo la misma técnica que él usaba. Siempre he sido muy cosmopolita, pero ahora no vuelvo a Madrid por nada.
32 años | Bodeguero
Cuando acabé mis estudios de diseñador gráfico tomé la decisión de hacerme cargo de la finca de viñedos que mi padre había comprado hacía años. Junto a mi hermano Eduardo, pusimos en marcha una bodega que para nosotros significa todo. Sin Ezcaray, nuestros vinos no tendrían salida ya que a él le debemos nuestra principal fuente de ingresos. Levantarme por las mañanas y ver los viñedos es, para mi, una sensación increíble.
32 años | Directora de hotel
Nací en Santo Domingo de la Calzada, pero llevo 10 años viviendo en Ezcaray. Después de estudiar y de trabajar en distintos hoteles, mi padre compró y rehabilitó un antiguo palacio para convertirlo en hotel y yo decidí hacerme cargo de la gestión. No me arrepiento de haber dejado la ciudad y haber vuelto al pueblo. Aprovechas mucho más cada minuto. Ahora recuerdo como muchas de mis amigas de la facultad eligieron ciudades grandes como Madrid y Barcelona para vivir porque allí las posibilidad de trabajo eran mucho más amplias y ahora quieren volver a sus pueblos porque saben que vivirían mucho mejor.
47 años | Tallista de madera
En un pueblo como éste, en el que la tradición de la madera es tan importante hay muchos artesanos, así que la pasión por el tallado me vino de forma natural. Desde muy joven decidí dedicarme a esto, pero ahora como me gano la vida realmente es trabajando en una empresa de butacas que se venden por todo el mundo. Ezcaray es un lugar muy agradable y no echo de menos Logroño. Aquí hay actividad suficiente para no aburrirse nunca.