A esta madrileña de 28 años y licenciada en Derecho, España se le quedó pequeña enseguida, y decidió viajar e instalarse en países tan dispares como Argelia o Catar, donde llegó a montar una pequeña empresa de eventos y organizar su particular versión de la feria de abril para unos asistentes que jamás habían oído ni unas sevillanas ni probado la manzanilla.